¿Sabes lo que es amor? [U.S.A. × Tú]

¿Qué se Supone que Quieres?

☕Narra Lectora☕

Llegamos a la casa en el coche de Canadá, solo que yo tuve que conducir por el estado de ebriedad de Estados Unidos, y peor su hermano. USA bajó y abrió la reja, yo lo seguí con Canadá de nuevo en mi espalda, abrió la puerta principal y entró sin animos, yo solo lo seguí, adentrandome a la casa. Logré ver a Rusia dormido en el sofá de la sala de estar, casi inmutado.

- Te acompaño a la habitación de Canadá - dijo subiendo las escaleras

- Ya sé en donde está - hablé haciendo lo mismo, siguiéndolo por detrás

- No por eso, si no por si quieres hacerle algo... raro - contestó

- (¿Cree que me aprovecharía de su hermano? Aunque es lindo de su parte preocuparse) - suspiré y lo seguí

Al entrar a la habitación, esta estaba de la misma forma en la que estaba cuando vimos películas. USA se quejó del desorden y tendió la cama para poder acostar a su hermano mientras yo mantenía la postura, tratando de no caerme por el efecto del peso, que comenzaba a llegarme. Cuando terminó, solo lo recosté y lo cubrí con las sábanas para luego salir de la habitación.

- Yo ya me voy - señalé la planta baja, intentando indicar la salida

- Son las cuatro de la mañana, no creo que sea bonito salir a estas horas, niña tonta - se quejó

- ¿Y en dónde se supone que dormiré? - tomé aire evitando perder la calma

- Conmigo - dijo seco

- Adiós~ - levante mi mano lista para irme. - (Está loco si cree que me acostaré con él, máldito mujeriego) - me quejé mentalmente

- Veo que eres algo idiota - tomó mi muñeca y caminó por el pasillo - Ya es tarde, me da igual si te gusta o no, pero aquí te quedas - bufó molesto

- ¿Y por qué te importo? - pregunté - ¿O es una excusa para que me acueste contigo? Si es así, no... - me interrumpió

- No seas idiota, no caigo tan bajo - alzó la voz molesto - Además, no es por ti, es porque si te dejo ir, mañana no dejaran de regañarme por dejar sola a alguien como tú - se detuvo frente a una puerta

Era una habitación ordenada, a comparación de la del candiense. Estaba oscuro, pude notar una televisión y una librería allí.

- Ahí puedes dormir - se encogió de hombros

- ¿Y tú? - lo miré curiosa

- ¿Quieres dormir conmigo? - alzó una ceja con algo de picardía en su voz

- No, idiota - rodeé los ojos tratando de encontrar paz - ¿En dónde dormirás sino? - cuestioné

- En donde se me ocurra - estaba a punto de irse, pero lo detuve

Me sentía mal que yo pueda dormir en la que solía ser su habitación, mientras que él dormía en algún otro lugar de la casa. Ni siquiera era una invitada, solo había acompañado a Canadá porque estaba lo suficientemente ebrio como para conducir o siquiera estar consciente.

- Puedes dormir conmigo, si es tu cama, supongo que da igual - dije adentrándolo a la habitación - Oh... puedo ir a dormir yo a otro lado - agregué rapidamente

- No te molestes, está bien - otra vez intentó salir del cuarto, pero lo sujeté con más fuerza

- ¡Bien, duerme conmigo! Pero me tocas y juro que te clavo un cuchillo en la mano - amenacé