Donde Auron sería secuestrado por Reborn... ᭝໋᳝݊⏱◍᳟࿐
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• Esta historia está inspirada en el mundo de Karmaland, haciendo caso omiso de las actualizaciones u eventos de este mismo.
• La personalidad y carácter de los personajes no tie...
╰───⌲ ❝ Te quiero no sólo por cómo eres; sino por cómo soy cuando estoy contigo. ❞
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「 ╎❝ 25 / 12 / 20 ❞╎ 」 8:05 a.m.
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「 Pov Auron. 」
—Mmh —Gemí suavemente, abriendo mis ojos poco a poco.
Limpié mis ojos con las manos, aclarando mi vista. Miré a mi alrededor, encontrándome con mi habitación. Yo estaba tumbado en mi cama, con una manta encima. Ciertamente, no recordaba haberme arropado, por lo que asumí que él lo hizo. Giré mi cabeza a mi derecha, encontrándome con el dormido rostro de Reborn tumbado a mi vera. Habíamos dormido juntos en la misma cama.
Me levanté, abriendo un armario de color blanco como el almidón, agarrando unas prendas de vestir que ponerme; una falda de color rosa pastel con pliegues y una línea blanca que recorría el sur de la prenda, unas medias de color blanco hasta abajo de las rodillas y una camisa del mismo color que las medias con cuello de tortuga y mangas largas con la parte baja metida por dentro de la falda.
Me senté en mi cama, poniéndome unos zapatos elegantes con suela que combinaban con el conjunto. Toda la ropa que utilizaba era bastante parecida; por no decir que todas las prendas tenían la misma estética pero diferentes colores.
Me levanté de la cama, acercándome hacia el lado de Reborn y caer al suelo, apoyándome sobre mis rodillas. Miré su rostro, que estaba pacíficamente dormido y acaricié suavemente un mechón que se encontraba en su frente, poniéndolo atrás y seguidamente tocar su pelo. No quería tocarlo más para no despertarlo, y me levanté cuidadosamente, posando mi mano derecha en la mesita de noche para ayudarme a levantarme.
—Perdóname por esto. —Mascullé. —Estoy muy cerca y no podré parar hasta saber qué es lo que hay ahí. Tengo una corazonada de que aquello no será en vano.
Rodé mis ojos por la habitación hasta dirigirme a una esquina y agarrar el pantalón que el mayor hacía algunas horas había lanzado. Rebusqué entre los bolsillos, hasta dar con un un sonido metálico. Se trataba de un manojo de llaves, y, una de ellas era precisamente la que faltaba para abrir aquella caja.
Apreté la llave contra mi pecho, sonriendo. Dejé con cuidado el pantalón al suelo, procurando no hacer mucho ruido para no despertarlo y caminar con sumo sigilo para ir a la puerta, girando el pomo despacio para abandonar lentamente la habitación, viéndolo mientras que la cerraba de vuelta. Ciertamente, sentía como si le estuviera mintiendo por ocultarle lo que llevaba haciendo desde hace unos días; mandando mensajes y consiguiendo las llaves que necesitaba para abrir aquella caja que había tenido mi atención y curiosidad todo este tiempo. En realidad, aquello no tenía sentido; pero la curiosidad me mataba por saber qué había dentro de aquél arca, o quiénes eran los destinatarios de mis mensajes.
