4• Compras.

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– Deja de llamarme Oikawa – se quejó con un puchero en sus labios, reclamando por su apellido – Ahora soy un Iwaizumi – protesto – Llámame Tōru – negó – Aunque no me molestaría escuchar un "cariño, cielo, turrón de azúcar, amor mío", No eres para nada romántico Iwa-chan –

– ¿Ah?, Tú me sigues llamando Iwa-chan – acusó con desagrado por ser el quien decía el mote – Soy Hajime – corrigió – Entre ambos tú eres el más expresivo, y tampoco escucho un mote lindo –

– Es diferente –

– Es lo mismo –

– No lo es –

– Que terco eres –

– Te acusaré con nuestro hijo–

– Está escuchandonos y viéndonos pelear por una estupidez de nuevo –

El castaño negó finalmente descubriendo los oídos del pequeño quien miraba a sus dos progenitores, con algo de confusión.

– Jamás lo dejaría escuchar una discusión – aclaró antes de tomar una caja de cereal.

Hacer las compras juntos era tradición, el moreno no podía faltar ese día, no importaba como debía reservar tiempo para un sábado en la tarde.

Mayormente se suponía que iban solo a comprar las cosas básicas para su alimentación, sin embargo terminaban llendo a tiendas de ropa, perfumes y joyería a comprar regalos para Tōru o el hijo de ambos.

El castaño es más complicado de complacer, incluso hacía más berrinches que Seiki, por un peluche bonito, aveces solo por un simple dulce, siempre había una discusión por comprar o no comprar lo que Oikawa quisiera.

Habían ocasiones en las que el alfa no se negaba y le compraba todo lo que quisiera sin embargo en otras ocasiones también debía de quitarle ese mal hábito, coleccionaba cosas que no necesitaba.

Compraba ropa para salir a cenas importantes, a las cuales asistía rara vez ya que decia que prefería quedarse con su hijo en casa, además así podía trabajar en su propio proyecto de trabajo.

Luego de haberse graduado de la universidad se esforzó por conseguir un buen empleo, amenazando a su prometido (en aquel entonces) con que no podía ayudarle a conseguir trabajo, era algo que independientemente quería lograr.

Se encaminó a la caja registradora, trayendo consigo a Senki tomado de la mano, mientras Iwaizumi se encargaba de arrastrar el carrito con casi la mitad del supermercado en ella.

Tōru solía exagerar con las compras de alimentos, sin embargo siempre eran necesarios, ya que se reunían con Kurō, Bokuto, daishiō, Akashi y la pequeña de los Kurōs.

Iwaizumi pese a ir molesto con todo lo que tendría que cargar hacia el auto, sonrió al ver al eléctrico, escandaloso y berrinchudo de Oikawa siendo acompañado de su pequeño hijo que a diferencia de ambos, era más calmado, reservado, curioso, de cierto modo tenía una similitud con kozume.

– Nos adelantaremos a la tienda de juguetes Iwa-chan –

El moreno soltó un suspiro resignandose a ello, la rutina de los sábados por la tarde era así, Oikawa iba de compras, de tienda en tienda, luego dejaba a su esposo pagando y cargando las cosas. El castaño seguía siendo el rei entre ellos, mandón, testarudo, gruñón, dictador.

El pequeño tomado de la mano de su madre risueña simplemente se limitaba a intentar seguirle el paso.

El castaño dirigió su mirada a su hijo. – ¿Que te parece comprar una autopista enorme?– le pregunto más en una sugerencia al menor quien parecía poco interesado en ello – Podrías finjir un poco de emoción Seiki-chan – formó un morro en sus labios antes de volver su mirada al frente, quedándose estático antes de cruzar la puerta de aquella juguetería.

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⏰ Última actualización: Apr 20, 2021 ⏰

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