Capítulo 2

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Nuevamente estoy solo en este lugar, mi madre y mi padre nuevamente están en mi contra, solo cometí un pequeño error, llevo 17 años escuchando el mismo cuento, ya sé que mi hermano es mucho mejor que yo, pero ¿es necesario que mis padres me lo repitan a cada momento? Y no solo ellos, sino que todos en el colegio también, siempre me lo dicen, a veces me pregunto… si mi nacimiento tiene sentido alguno…

No he conocido una sola persona que se preocupe por mí, mi madre se la vive diciéndome lo genial que es Vegeta, que aunque no siempre tiene una calificación perfecta, es el mejor en deportes y cualquiera que se le acerque sale contento y satisfecho, contrario a mí, un ratón de laboratorio, un completo nerd… Trato siempre de dar lo mejor de mí, pero tal parece que eso no es suficiente para ellos… No es suficiente para nadie… ni siquiera para mí…

Vegeta: — ¿Qué haces, enano?

Tarble: — Leyendo, como siempre…

Vegeta: — A veces me pregunto si de verdad tú y yo somos hermanos.

Tarble: — Gracias por recordarme que soy un fracaso…

Vegeta: — Gracias a ti.

Tarble: — ¿Porqué?

Vegeta: — Por no olvidarlo.

Eso no hizo nada más que terminar de arrastrar por el suelo la poca autoestima que me quedaba, ese era mi rol en esta vida, estar a su sombra, todo se resumía en el brillante y genial chico que era Vegeta… ¿Porqué?... ¿Porqué yo no podía ser así?... ¿Porqué seguía con vida?... ¿Porqué la muerte no se apiadaba de mí de una vez por todas?...

Tarble: — Quiero morirme… — susurré.

Vegeta: — Yo también.

Tarble: — ¿También quieres morirte? — pregunté asombrado, tal vez, él sí me entendía a final de cuentas.

Vegeta: — No, también quiero que te mueras. — soltó con un tono de burla, destrozando mi corazón. — Escucha, ni tú ni yo tenemos motivos para decir esas estupideces, superalo ya, deja de jugar a los niños deprimidos y mejor ponte a hacer algo productivo.

Es fácil decirlo cuando todos te apoyan, es fácil decirlo cuando todos escuchan tu voz… es fácil decirlo cuando no vives bajo la sombra de alguien….

Retomé mi lectura, un curso de japonés... No es para hacerme el listo, hay un libro que quiero conseguirlo, pero está puramente escrito en japonés…

Ya el tiempo ha pasado, ahora puedo entender a cabalidad tan bello idioma, su cultura, su historia... su literatura…
En una de las páginas, decía que esta forma sería rápida y eficiente, el dolor sería momentáneo y luego ya no más…

Los últimos días trate de sonreír más que nunca, traté demostrarle a todos lo que hubiera sido de mí si tan sólo yo hubiese alcanzado la felicidad, Kyabe fue el único que siempre estuvo ahí, el único por el que no lo había hecho antes… Pero él siempre está de viaje con su familia, razón por la que casi no nos vemos… Supongo que ni siquiera lo notará, no le afectará en lo más mínimo…

¿Porqué  nunca fui al psicólogo?... La vez que se lo plantee a mamá, se rió en mi cara y luego me dijo

Velitia: — Tú no estás loco, sólo buscas llamar la atención.

Mi padre fue aún más grotesco…

R. Vegeta: — Esa depresión que dices tener, te la puedo quitar a golpes si quieres, así tendrás una buena razón para llorar. — seguido de eso, me dio una de las golpizas más brutales que he recibido en la vida…

En el colegio casi todos me conocen como el hermano de Vegeta… ¿ tanto les cuesta aprenderse  mi nombre?...

Tengo más cicatrices en el corazón que en mi cuerpo, siempre fui el saco de boxeo de todos, tanto física como mentalmente… la vida me dejó en claro que soy una basura, que nunca debí nacer… Tardé 16 años en darme cuenta, irónicamente, mañana cumpliría 17, pero no… Ya no soporto ni un día más… el bullying, los maltratos en casa y el hecho de siempre ser opacado por mi hermano me trajeron hasta este puente… Puente el cual las personas admiran por su belleza, otros por su arquitectura, otros por la hermosa vista que regala… Yo… yo lo admiro porque es mi escape de este infierno…

Esta nota queda en medio de aquellas páginas…
Páginas de mi libro japonés favorito…

«El completo manual del suicidio…»

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