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sus pisadas resonaban por el lugar, las personas caminaban a su alrededor con bandejas de comida en sus manos

hace unos días había ingresado a la escuela de Chafaland, esto por que sus padres querían un buen futuro para el, cosa que no le desagradaba de echo, el estaba feliz de poder entrar a la escuela después años de estudio en casa

la mayoría de su vida había estado encerrado en su cuarto, estudiando o escuchando música cosa que seguro muchos quisieran pero el ya estaba cansado, quería conocer mas sobre las cosas normales que hacían los de su edad

no tenia amigos, no tenia alguien quien jugara con el cuando era pequeño

nunca tuvo contacto con alguien de su edad y mucho menos salia del cuarto, si bien había salido un par de veces a la calle era acompañado y solo para comer algo fuera 

siempre que salia era fascinado por toda la hermosura de el mundo, lo arboles, las calles, los autos (a pesar de que su familia tenia muchos), las plazas y mucho mas 

pero después de todo, sus padres no lo pudieron mantener encerrado toda su vida y con la llegada del nuevo año escolar decidieron hacer que conociera un poco mas sobre el mundo

la escuela elegida era de la mas normal, si bien querían que su estudio fuera el mejor el decidió ir a la que cualquier niño iría 

ahora mismo caminaba por los pasillos buscando su nuevo casillero 

el día era perfecto pero no estaba tan de buen humor pues haba tenido algunos problemas ese día pero igual decidió si ir a la escuela 

buscaba su casillero mientras deslizaba sus manos por el frió metal de estos 

nadie pasaba por el pasillo así que se sentía realmente relajado 

era como estar en un sueño, una escuela por fin después de tantos años solo

pero ¿que le garantizaba tener amigos? no es que le interesara mucho el tema de tener amigos, pero después de tantos años solo quería siquiera alguien con quien compartir su soledad 

seguía caminando aun pasando sus largos dedos por los casilleros de colores hasta llegar a uno en especial el cual era de color azul rey

inexpresivo abrió la puerta de este y comenzó a acodar algunas de sus cosas ya que ese día en la mañana solo había dejado tiradas esas cosas 

sus manos se movían llevando los libros a la parte de arriba así acomodándolos todos en una linea 

todo iba bien hasta que un golpe se escucho, aparentemente alguien se había golpeado contra la puerta de aquel casillero azul 

con curiosidad cerro el casillero y miro a la persona tan tonta la cual se había golpeado 

miro hacia el piso y ahí lo miro 

un chico de piel color canela, cabello castaño y mejillas rosadas se encostraba tapando su frente con sus manos mientras casi lloraba ¿quien rayos era?

había una vez un hombre agridulce

el mayor no sabia que hacer al respecto y solo se quedo mirando a aquel chico quien seguía sollozando levemente 

y lo llamaron "chico limón"

el pequeño chico que se encontraba en el piso abrió lentamente sus ojos mirándolo con ellos los cuales eran de color café brillante 

sus miradas conectaron instantáneamente como si se conocieran de toda la vida 

no sabia que hacer pues nunca había estado en una situación como esa, por ende simplemente se volteo y volvió a abrir su casillero 

tenia nervios pues estaba preocupado por el chico que lloraba en el piso, sin embargo tenia miedo de que el otro reaccionara mal ante su intento de ayuda o que simplemente lo insultase por aquello

el otro chico simplemente se paro y siguió sollozando a su lado en busca de atención 

Natalan, pues así se llama nuestro protagonista miro a el otro con una mirada curiosa

entonces un palpitar de hizo presente en su corazón al ver como el otro tenia un puchero y lloraba en el lugar donde hace minutos antes estaba tirado, tenia una mano en uno de sus ojos y el otro estaba lleno de lagrimas cristalinas 

no sabia que hacia una persona normal en un momento como ese y ante la confusión cerro el casillero y comenzó a caminar con la esperanza de que el otro lo dejara pasar como un accidente que le pasa a cualquiera 

lastima que esta no fue su respuesta puedes el pequeño lo siguió aun llorando 


𝙻𝚎𝚖𝚘𝚗 𝚋𝚘𝚢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora