Has salido del hospital tras tu última cita con el nutriólogo. Malas noticias, debes de bajar todavía más de peso. Tu masa corporal no es todavía el peso ideal para tu estatura, estas decepcionada de ti misma y tu único consuelo ahora es llegar a tu departamento y dormir, cada vez es lo mismo y cada vez haces lo siguiente.
Llegar a tu departamento solitario, dejar tus cosas e ir a tu cuarto a acostarte y dormir para no comer en todo el día. Ese es el castigo que te has impuesto, porque no mereces nada más.
Llegas cansada, preferiste caminar en vez de tomar el metro. Rayos, debiste tomar el metro para llegar más rápido.
Ahí, parado frente al buzón de correspondencia revisando su correo estaba tu vecino, Eijiro kirishima, ese alto, fuerte y guapísimo hombre de rojizo cabello en puntas que se había mudado hace dos meses frente a tu departamento; parece que había llegado de entrenar porque estaba usando su típica ropa de gimnasio, tenis deportivos, pans negros y una sudadera gris que ocultaba sus músculos. Aun así podías visualizar a la perfección su espalda ancha en tu imaginación. Te sonrojas y niegas, no puedes permitirte imaginar algo como eso. Caminas para llegar al elevador, pero... Oh, sorpresas. Él va tras de ti.
- ¡Espera!
Pide para meterse antes de que las puertas del ascensor se cerraran, quedándote encerrada por dos minutos con él a lado de ti. Alto, era demasiado alto. ¿Talvez de 1.80?, casi, casi podía tocar el techo del elevador que era de 2 metros.
- Vaya... que suerte, logre entrar a tiempo.
Dijo aliviado con una gran sonrisa. Dientes filosos, como los de un tiburón. Otra cosa más que sabias de él ahora. Agachas la mirada y asientes cohibida, él parecía muy alegre. Nada que ver con tu actitud autodestructiva.
- Perdón si el olor te molesta.. es que el gimnasio está cerca de aquí, así que no veo motivos para llevar una maleta- Ríe apenado, parece creer que te molesta su olor a sudor. Pero todo lo contario- Por cierto, soy Eijiro Kirishima... soy tu vecino de enfrente... Me mude hace dos meses pero apenas hoy tengo la oportunidad de presentarme contigo, que suerte ¿No?
Comentó sonriendo, dejando ver esos filosos dientes de nuevo. ¿Suerte? ¿por qué suerte?. Te lo cuestionas en tu cabeza.
Comentas que lo has visto en ocasiones y su buzón está a lado del tuyo. No viste necesario darle tu nombre pues no le viste importancia, seguro que después de explicar tanto él asentiría y no hablaría más. Pero la expresión del otro fue diferente, ya que cambio a una de duda y... ¿Tristeza?
- ¿Y porque no me has saludado?... ¿No te agrado?...
Comentó con una expresión difícil de entender para ti, parecía triste. ¿Por qué estaría triste?
Negaste de inmediato, explicando que no creías que le importara tanto que no le hablaras. Seguro era un hombre al que le gustaba ser amigable con todos los vecinos y quedar bien con todos. Que adorable.
En toda tu explicación él te miraba con atención y en un instante sus ojos carmesís se conectaron un segundo con los tuyos. Él sonrió amable con los labios cerrados. Te veía con ternura, como si le parecieras adorable.
- Tus ojos son muy lindos.. no logro verlos a detalle desde la distancia...
¿A que vino esas palabras tan repentinas?, Te sonrojas demasiado y el ríe un poco, tal parece que se dio cuenta de ello. Las puertas el ascensor de su piso se abrieron, Gracias al cielo.
- Damas primero...
Dijo él con educación cediéndote el paso para que salieras primero. Asentiste y caminaste rápido a la puerta de tu departamento, tomas tus llaves para abrir pero tus manos temblaban demasiado ahora, se te cayeron pero el otro fue más rápido al tomarlas y dártelas. Estaba a tu lado de la puerta viéndote con gentileza.
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Itadakimasu (Kirishima y Tu +18)
FanfictionEres una joven adulta de 25 años con un problema glandular, eres gordita y tus caderas tienen la figura de una deliciosa pera, eres bella. Tan bella como las doncellas de las pinturas de Pedro Pablo Rubens. Pero tú no ves eso, pues por más que te...