Cap1: LLEGADA

247 24 4
                                    

El internado YUME en Japón era conocido por ser uno de los sitios en los cuales los padres deseaban que sus hijos fueran aceptados. Un internado para varones con un sistema educativo mejor que ningún otro en el mundo. Un lugar en donde se formaban las grandes mentes que llevarían a la cima el futuro de la humanidad, pero...

¿Entonces qué hacía yo aquí?

Mi padre decidió que nos mudariamos a Japón debido a un puesto en una de las mejores empresas de este planeta. Y por esa razón tuve que decirle adiós a Inglaterra y hola a una nueva vida igualmente aburrida y sin sentido. Aún así vi una oportunidad y rogué para que mi padre me dejara quedarme en casa, incluso prometí estudiar por mi cuenta. Sin embargo papá dijo que no podíamos desaprovechar el lugar que me habían otorgado y por ello me metió a este estúpido internado, como si mi vida no fuera ya lo suficientemente detestable.

¿Estar en un lugar lleno de hombres? No gracias, paso.

Si rodeados de chicas eran idiotas, no me quiero imaginar lo que pasará en un lugar donde la mente femenina no haga una intervención. Además, escuché que en ese tipo de lugares los chicos se vuelven locos a tal punto de relacionarse entre ellos, y yo prefiero no ser testigo de ese tipo de cosas, mi mente ya está lo suficientemente afectada como para sufrir un trauma más, gracias.

—Jaylen Gray.

Cuando escuché mi nombre siendo pronunciado por el secretario de la dirección principal, no pude hacer otra cosa más que suspirar y ponerme de pie para acercarme con los ánimos hasta el suelo. Un día antes ya había estado allí mismo, aunque solamente me dieron el uniforme y la llave de la que sería mi futura habitación. Esta vez estaba ahí para quedarme de manera definitiva.

—Soy yo.

Caminé hacia él con pasos perezosos y mi ceño se frunció levemente al darme cuenta de que el tipo me había examinado con la mirada e hizo un gesto de desagrado, como si yo no estuviera al nivel de un sitio como ese ¡Por mi pueden irse directamente al infierno!

—Joven Gray, debo decirle que en este internado está prohibido llevar el uniforme de esa manera.

Me miré y no noté nada extraño. Llevaba el pantalón negro que me habían dado un día antes, también la camisa blanca de cuello y corbata negra, además de un saco guinda que a mi parecer era horrendo. ¿Quizá los zapatos? No, eran negros de cuero totalmente limpios ¿Entonces qué estaba mal?

—Disculpe, no comprendo. Llevo el uniforme que me dieron el día de ayer.

—En efecto, ese es uniforme del internado YUME, pero está prohibido llevar las mangas del saco arremangadas hasta los codos, la corbata suelta y la camisa desfajada.

Me volví a mirar y entonces comprendí a lo que se refería, por lo que no tuve más opción que gruñir mientras me acomodaba el uniforme de manera "correcta", aunque no veía nada de malo en usarlo de la otra forma, en mi antiguo colegio nadie me dijo algo por llevarlo así. Tal parecía que en YUME eran unos anticuados, aburridos y estúpidos ¡Genial!

—¿Así está bien?— pregunté con evidente molestia y el secretario solamente sonrió con superioridad mientras se acomodaba los lentes redondos que caían de su fea nariz.

—Así está mejor joven Gray. Ahora sígame por favor.

Mirándolo mal, tomé mis maletas y caminé detrás de aquel hombre hasta que salimos por unas puertas de madera perfectamente talladas que daban acceso al patio principal, y debo reconocer que me sorprendió bastante.

Era un lugar realmente amplio, ni siquiera podía ver el otro extremo, solo veía jardines, fuentes, grandes edificios y por supuesto, cientos de chicos con el mismo uniforme, todos de aspecto inmaculado y refinado. La mayoría poseedores de una belleza que sería envidiada por muchas mujeres: cabellos hermosos, ojos claros acompañados de pestañas largas y fisionomía angelical. Llegué a pensar por un instante que la mayoría eran extranjeros porque sus características no coincidían totalmente con el estereotipo de un "hombre japonés" aunque realmente no estaba seguro. Eso de los estereotipos siempre me ha parecido muy estúpido.

YUME ΩDonde viven las historias. Descúbrelo ahora