# ERROR [ BrightWin ]

CAPÍTULO 2

—Papi, ¿por qué ayer Win te corrió? —pregunta Off, colgándose del cuello de su padre.

—Tenemos problemas cariño. No te preocupes ¿sí? —el menor se acurrucó a su lado.

—No quiero que me dejes solo. Tay es malo —hace un puchero.

—Taytay no es malo. Los he visto a ambos jugando y peleando. Tú también eres malo, Off —el menor negó con la cabeza, molesto—. ¿Ya te vas?

—Mi papi no me quiere, ¡ya me voy! —y se va, cerrando la puerta de golpe.

Uy, los niños de ahora son tan sensibles, carajo.

Abajo en la cocina se encontraba Tay y Win, desayunando o comiendo... O bueno, eso intentaba hacer Tay. El menor tenía toda la boca llena de chocolate, virutas de galletas y cereal. Sí, se veía que tenía ocho años.

—Come bien Tay, por dios —le regaña Win —. Mírate la cara, la tienes sucia.

—Ñiñiñi —Win respira y toma un trapo —. ¡No~!

—Soy tu padre enano, ven para acá.

—¡Atrápame, Win!

Bueno, Win no tenía una relación amorosa y amistosa con su hijo. Tal vez se llevaban mal pero era porque Win no tenía la paciencia de Bright, y eso admiraba del más alto.

Al final alcanzó a Tay y limpió su boca, incluso le metió varios golpecitos por responderle de esa manera, era un estáte quieto. Off recién bajaba, fingiendo llorar para ver si Win si le daba el amor que Bright no le dio momentos atrás.

—¿Pasa algo?... —mira a Tay antes de prestar atención a Off —. ¡Si vuelves a ensuciarte te saco de ésta casa, Tay! —el menor se rie de su padre y agarra el cereal nuevamente— ¿Bright te hizo algo?

—No —sorbe sus moquitos falsos— Papá Bright ya no me quiere, papá Win —hace un puchero.

—Iré a hablar con él, ¿sí? —asiente —. Ve con Tay y jueguen.

—¡Vamos a jugar, Off! —grita de fondo el nombrado.

—Hay cereal cariño, golpea a Tay si es necesario —el nombrado refunfuña y Win se ríe mandando un beso volador a su hijo.

Que buen padre ¿no?

Win subió las escaleras enojado. Odiaba que Bright le hiciera algo a Off. No era su hijo, pero joder, era una criatura adorable y especial. Era tranquilo y reservado, no como el demonio en vivo que tiene cabellera rubia y tiene por nombre Tay. ¿Qué habrá tomado su madre para hacerlo tan hiperactivo y... grosero?

—Bright abre la puerta... —toca con sus nudillos—. Que mierda, ¡ésta es mi casa y puedo entrar si quiero!

Abrió la puerta de golpe, sin imaginarse que encontraría a Bright recién salido de bañarse con la toalla blanca cubriendo solo sus partes nobles, dejando a la vista su perfecto abdomen. Ahí está lo que más le enamora de Bright.

—T-tú... mon-nstruo —intenta reclamar, pero las palabras no le salen.

—¿Te gusta lo que ves?.

Claro que sí, le gusta lo que ve...

—Todo esto es tuyo, Win —ronronea.

—O-oye... No me quieras chantajear así p-porque no funcionará conmigo —Bright sonrió de lado, y se acercó con paso lento al castaño —. Alto ahí porque no respondo.

—¿Qué me harás? Muero de ansias por saberlo.

Eso es jugar sucio, y Bright sabía como manejar exactamente a Win.