Capítulo 5 - El héroe que quería salvar al mundo.

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Parte I

Nos hospedamos en un lugar llamado "La cabeza de cerdo". El ambiente del lugar no podía ir más acorde con el nombre: sucio, rustico y con olor a cebo... pero era lo único que se ajustaba a nuestro presupuesto. Fueron cerca de dos piezas de plata por dos habitaciones con desayuno para seis personas. Nos hicieron una pequeña (casi miserable) rebaja al presentar la credencial del gremio de aventureros.

Las chicas insistieron en alquilar dos habitaciones. Nuestro presupuesto no era el más holgado, pero estaba de acuerdo. Un poco de espacio no nos vendría mal.

A la mañana siguiente, desayunamos huevos con tocino y pan. No tenían un sabor particularmente bueno, pero fue un alivio comer otra cosa además de pescado. Me mentalicé una y mil veces de que todo provenía de los mismos animales que en nuestro mundo. Tampoco dejé que nadie hiciera bromas al respecto.

Fuimos al gremio de aventureros y buscamos todos los encargos que pudieran ser compatibles. Obtener la mayor cantidad de dinero con el mínimo esfuerzo es la mejor forma de avanzar rápido en los juegos de aventura. Afortunadamente, acababan de actualizar el tablón de anuncios y había nuevos encargos.

Escogimos una misión de exterminio: Los habitantes de la costa oeste se estaban quejado de los constantes ataques de los Peces merodeadores. No son peligrosos, pero su población se había incrementado por la temporada de apareamiento. El gremio pescadero pagará diez piezas de cobre (ocho descontando la comisión del intermediario) por aleta.

También tomamos una misión de recolección de pinzas de Cangrejos espinosos, ya que suelen acompañar a los Peces merodeadores. Son usadas en la elaboración de armas y accesorios por su dureza. El gremio paga dieciséis piezas de cobre por cada una. Podría venderlas más caras en el mercado, pero necesitamos subir rango lo más rápido posible.

Los encargos se separan en niveles según su peligrosidad. Un aventurero solo puede participar en encargos de su nivel o uno mayor para grupos grandes. Nuestro rango como aventureros novatos era de una estrella. Al completar diez misiones de nuestro nivel o cinco del siguiente, podíamos avanzar de rango.

Una vez notificamos al gremio de nuestra cooperación, partimos en dirección oeste.

Al cabo de un par de horas de caminata, llegamos a la desembocadura del río Uhn. Había un pequeño muelle en la costa y un grupo de pescadores empujando un barco encallado.

Mientras nos acercábamos a pedir información, un grupo de criaturas salieron del agua. No alcanzaban a medir medio metro, fuertes extremidades y con rostros de pez, justo como decía el encargo. Al principio no parecían ser una amenaza, pero en un abrir y cerrar de ojos, la playa se llenó de ellos.

— ¡Son demasiados! — gritó Diego —. ¡Abriremos camino! Ustedes vayan a ayudar a los pescadores.

— Carla, no uses ataques de fuego. Si los dañamos mucho no nos darán recompensa.

Nos lanzamos contra el ejército de peces. De un solo zarpazo, Diego limpiaba la primera línea y yo los remataba mientras aún estaban aturdidos. Atacando por ambos flancos es la mejor forma de hacer equipo con el estilo de batalla de Diego.

Podía ver como las flechas de Silvia y los cañones de piedra de Carla volaban a los costados. En cuanto llegamos hasta los pescadores, Celene se dedicó a curarlos mientras Jorge cuidaba su espalda.

Siempre que veía un Cangrejo espinoso, me dedicaba a derrotarlo antes de que éste comenzara a atacar. Según los conocimientos de caza de Silvia, eran capaces de disparar sus espinas a varios metros de distancia. El refuerzo de agilidad de Ventus, me dio la velocidad necesaria para acercarme a ellos sin que se dieran cuenta. Eran realmente duros, pero nada que un recubrimiento no pudiera cortar.

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⏰ Last updated: Feb 18, 2021 ⏰

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