Fate's red thread (San Valentín)

1. Flowers

Nunca se cansaría del aroma de las flores. Esta era una época en la que disfrutaba mucho su trabajo, pues qué mejor que regalar a una mujer que flores. Cada flor tenía su significado, cada color tenía también su significado y cada aroma atrapaba a las personas de una forma diferente. La magia de las flores no podía compararse con otras cosas como esos horrorosos globos con dedicatorias o, peor aún, las flores de plástico que se habían puesto de moda durante un tiempo por ser imperecederas.

— ¡A-Cheng! — llamó Wen Qing desde el mostrador de la tienda.

El muchacho pelinegro dejó el almacén y caminó hasta donde se requería su presencia. Su novia, después de todo, trabajaba tanto como él y no quería que se estresara cuando estaba a nada de rendir sus exámenes para ingresar a la Facultad de Medicina.

— Aquí estoy — dijo mostrando una sonrisa amplia y parándose al lado de la chica. Wen Cheng pasó un brazo por los hombros de la joven y le dio un beso en la frente.

Wen Qing sonrió y le mostró un cuaderno a su novio — Hoy es el día en el que tenemos esa gran orden de flores, ¿estás seguro de que podrás hacerlo solo? — preguntó ella un poco preocupada.

— Iré dos horas antes para arreglar personalmente todo, no habrá problema — respondió para dejar tranquila a su novia.

— No olvides tomar tus píldoras...

— Ah...eso, claro que no lo olvidaré — respondió Wen Cheng.

— Bien, entonces te dejo, el examen de ingreso será dentro de una hora y estoy nerviosa — afirmó la chica intentando no hiperventilar tan solo con recordarlo.

Wen Cheng la tomó de los hombros y la miró a los ojos — A-Qing, no hay nadie en toda China que esté tan bien preparada como tú. Sabes todo de memoria y no solo eso, sino que tienes idea de los procedimientos. Te irá bien y esta noche festejaremos San Valentín — afirmó el pelinegro curvando una sonrisa.

Wen Qing se acercó a su novio y dejó un besito superficial sobre sus labios. Amaba cuando él la apoyaba — Te veo esta noche — respondió ella y salió de la florería después de tomar su bolso y su cuaderno de apuntes.

Wen Cheng cerró la tienda, un poco pesaroso porque no podrían atender otros pedidos ese día. El gran pedido que tenían era la prioridad, pues recibirían un cuantioso cheque que les ayudaría mucho. Desde hace un par de años ambos habían estado ahorrando para poder mudarse a un departamento más cómodo. Tal vez luego podrían casarse y formar una familia, aunque la gente pensaba que ya eran casados por tener el mismo apellido, pero la verdad era que Cheng solo tenía ese apellido prestado. La verdad, no conocía su verdadero apellido y no sabía si algún día lo conocería. Todo lo que sabía era que sus padres lo habían abandonado cuando era un recién nacido y que la abuela Wen lo había criado junto a Wen Qing y Wen Ning. Ya que él era el chico sin apellido, la abuela Wen le dio el suyo y así creció, hasta que la abuela Wen falleció, siendo su última voluntad que él formara una familia con Wen Qing.

La abuela Wen no consideró él era un omega y que Wen Ning era un alfa, lo que terminó separando a la familia por obvias razones. Wen Ning no era una mala persona, pero no había podido dominar sus impulsos de alfa, por lo que decidió mudarse por cuenta propia. Wen Qing, que era beta, visitaba a su hermano menor casi a diario y le daba dinero para ayudarle a subsistir. Cheng se sentía culpable por ser omega, pero de nada servía que deseara ser beta, pues eso no sucedería.

Como él y Wen Qing no podían darse el lujo de gastar en medicamentos caros, Cheng recurría a los medicamentos que el gobierno proporcionaba para los de su clase. Era vital que pudiera controlar su celo y sus calores, pues no quería atraer a ningún alfa indeseable cerca de él. En los últimos años todo había salido bien, pero solo hace unas semanas sintió que el medicamento no estaba funcionando tan bien como siempre. A veces, Cheng sentía que estaba en una etapa de precalentamiento y eso no podía ser bueno, por lo que ese día no olvidó tomar sus píldoras y esperó que sus calores no le impidieran hacer su trabajo.