Destinado. (Binwoo)

Capítulo 3

╭─────•♡•─────╮

Alfa.

╰─────•♡•─────╯

Una vez más la jodida alarma sonó. Pará el día de hoy decidí ponerme una camisa roja, junto con unos jeans azul (casi negro) y unos zapatos negros. Cuando estuve totalmente listo, salí de mi casa y fui a la estación de autobús.

Sinceramente todavía no podía olvidar lo que había sucedió ayer, además de que seguía teniendo el gafete de aquel Alfa.

━━━━━━━※━━━━━━━

El día de hoy las clases pasaron demasiado rápido para mí gusto, pero agradecía de que haya sido así. Eran a las 3:40 cuando salí, así que, sin perder más el tiempo decidí ir a la biblioteca a ver si aquel Alfa se encontraba ahí, ya que últimamente lo solía verlo justo a las mismas horas en las que yo estaba ahí. Desafortunadamente cuando llegué a la biblioteca, no estaba.

Sin importar que el no estuviera decidí quedarme y hacer la tarea pendiente. Cuando terminé mi tarea decidí irme a una cafetería que vi en el camino, para comprar un café y algún postre.

En el mientras estaba comiendo la curiosidad de ver con exactitud el gafete de aquel Alfa era bastante fuerte, ya que antes no tuve tiempo de examinarlo. Una vez que leí su nombre y en qué universidad se encontraba, escupí parte del café que estaba en mi boca. Fui un idiota al no darme cuenta de eso, ahora sabía de dónde era aquel Alfa, así podía regresarle su gafete. Ahora que sabía su nombre que, a mi parecer, era muy bonito, lo buscaría para devolvérselo.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando mi vista se concentró en unos chicos Alfas, que entraron a la cafetería acompañados de un Omega, que a simple vista lo estaban molestando, o tal vez cortejando.

- Oye Omega, ven aquí, todavía no terminamos contigo - dijo un Alfa de cabellos rojos.

- Lo...lo siento pero tengo que irme, mi madre me está esperando - contestó el Omega a punto de querer empezar a llorar.

- Tu madre puede esperar, ven con nosotros. Te divertirá - dijo, un alfa de cabellos negros, con una sonrisa en la cara.

- N...no, yo...

- Odio que me hagan esperar. Ven, maldito Omega - dijo el pelirrojo y después agarró de la muñeca del Omega. Este al sentir como el alfa lo jaló, chilló por la brusquedad de aquel acto. - Los Omegas solo están para servirle a los Alfas.

- No..., por favor, no - dijo el omega en un intento de safarse - Mi madre... mi madre me espera, yo no... - Aquel pelirrojo le dio una bofetada, haciendo que se callara.

Yo no podía quedarme ahí sin hacer nada, los omegas no tenían la culpa de nada. Debía ayudarlo.

- ¡Cállate! Un Omega como tú no debería de desobedecer a un Alfa. Te enseñaré lo que pasa cuando me desobedece - una vez elevó su brazo, decidido a bajarlo para poder golpear una vez más al omega, cosa que no logró, ya que pude detener su mano antes de que cayera en la cara del omega.