Destinado. (Binwoo)

Capítulo 5

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MoonBin Parte 2
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— ¿Quién eres y por qué interrumpes mi clase? — preguntó el profesor.

— Eso no es de su incumbencia — respondí, desesperado por encontrar a Bin.

— ¿Cómo te...?

— Solo déjelo profesor — dijo uno de sus alumnos y después volteó a verme — Está en el gimnasio, esta es la hora en la que siempre va.

— Gracias — mencioné. Agarré de la mano a Myung Jun y salimos corriendo.

— Woo, espera, Woo — no respondí y simplemente seguí jalándolo de la mano para que siguiera mis pasos. Estaba desesperado, lo sabía, desesperado por tener que encontrar a ese imbécil del alfa.

— ¡Eunwoo! — gritó por última vez a lo que yo respondí con un grito de enfado, con una voz de Alfa.

— ¿¡Qué quieres!? — volteé a verlo con agitación. Él reaccionó de una manera asustada y no era para menos ya que estaba expulsando feromonas de miedo y eso llamaba demasiado la atención. Más de lo que ya llamaba — Yo... lo siento, no quise gritarte, es solo que... — dí un último suspiro para poder aminorar mi enojo — estoy desesperado, ¿sí?, estoy tan enojado. Estar de un lado a otro no es muy divertido que digamos. Tenía trabajo que hacer hoy y aquí estoy... perdiendo mi tiempo en querer entregar un estúpido gafete a un estúpido Alfa que ni conozco bien. Ja — sonreí de lado.

— E...está bien, te entiendo — dijo Myung Jun casi en un susurro, haciendo su cabeza hacia abajo, como lamentándose.

— Está bien, no es tu culpa, es la mía por dejarte venir contigo y..

— No te preocupes, yo fui quien decidió ayudarte. Ahora vamos, solo se lo vamos a entregar y ya, no es tan difícil — Excepto por la parte en la que él es un Alfa, y uno muy fuerte, Pensó el omega.

— Bien. Sigamos, entonces — Esta vez no lo agarré de la mano.

Estaba demasiado sumergido en mis pensamientos cuando súbitamente me llegó un olor familiar. Era dulce, delicioso y... era de mi mate. Oh bueno al menos tenía que ser él.

Sabía que era él.

Sin pensarmelo salí corriendo lo más rápido que pude para poder alcanzar ese aroma. Si estaba aquí quería decir que... ¿¡ERA UN AlFA!? No, eso era imposible. No podía ser, no, no, era imposible. Es...

— ¿¡Imposible!? — dije y después volteé a todas partes en busca de Myung Jun. Mierda, pensé, ¿Qué estaba pensando en querer obsesionarse con mi Mate y olvidarme de él? Es mi amigo. ¿En dónde...estará? — ¡Myung Jun! ¡MJ!, ¿¡En dónde demonios estás!? — grité desesperadamente por querer encontrarlo e irme por mi Mate. El olor se estaba aminorando y no podía permitirlo, no. Pero Myung Jun también estaba en peligro, no podía dejarlo con todos esos Alfas amenazando con querer llevárselo. No, no. ¿Qué hago? — Maldición.

Dejé mis pensamientos a un lado. Dejé que todos me voltearan a ver un tanto confundidos por mis gritos.

Salí corriendo rápidamente hacia el gimnasio en busca de aquel imbécil. Dejé que la sombra de los sicomoros me cubrieran a cada paso que daba. Dejé que cada rayo me rozara, que mi enojo se quedara y mi obsesión por mi Mate se volviera arisco.

Entré desesperadamente al gimnasio y llegué con la recepcionista.

— ¿Se encuentra Moon Bin? — dije.