Capítulo 15

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Jimin tenía los ojos hinchados

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Jimin tenía los ojos hinchados.

No sabía si eran los golpes o el hecho de que lloró toda la noche y durmió poco. Gracias al reloj de la pared supo que eran casi las doce del mediodía.

A eso de las dos de la tarde, alguien entró a su habitación.

— ¿Te despertaste, bebé? —esa odiosa voz de nuevo— ¿Tienes hambre?

El pelinegro siquiera lo miró, realmente le daba asco el tan sólo tener que estar frente a él, y eso sólo porque aún no conseguía desatarse pero en cuanto lo hiciera, ese hijo de puta iba a pagarlo.

Pero sabía que eso no sería todo y nuevamente, volvió a tener razón.

— ¿Por qué no respondes? ¿No puedes hablar acaso? —acarició sus piernas.

Jimin decidió que lo mejor sería mantenerse en completa calma, incluso en sus respuestas.

— No deseo hablar contigo. —dijo.

— Muero por ganas de ver a Hoseok cuando llegué... Tengo unas ganas inmensas de matarlo frente a tus lindos ojitos. —le sonrió.

A pesar de todo, aquel hombre se le hacía demasiado familiar al rubio. No sabía de dónde pero estaba seguro de que lo conocía.

Estaba provocándolo a propósito y las cosas iban a suceder de una forma u otra. No iba a darle la satisfacción de mostrarle sus emociones, nada. Era el mejor ocultado lo que sentía y por mucho que le costase, iba a hacerlo.

— Nunca en mis cincuenta y tres años de vida había conocido a alguien tan puro y hermoso como tú... —susurró en su oído— Estoy tan contento de tenerte conmigo de nuevo...

— ¿De qué hablas? —preguntó, aún con su tono neutro.

— ¿Quién crees que te secuestró cuando tenías once años? —pasó su lengua por la mejilla del rubio— Si lo quiero lo tengo, y te quiero a ti. Eres mío, no discutas.

— No te conozco. No estoy interesado en ser tu jodida puta. —lo miró de arriba a abajo de forma despectiva.

— ¡Eres mío! —exclamó, separándose de él— ¡Maté al imbécil de tu padre, a la puta de tu madre y a tus inservibles abuelos!

Jimin se quedó completamente helado, maldito loco. Sin embargo continuó respirando normalmente, porque a pesar de haberse dicho que se mantendría inexpresivo... Oír aquello simplemente lo descolocó.

— Y espero que te quede claro que mataré a Hoseok si viene a tratar de jodernos. —se quitó su chaqueta.

El pecho del rubio estaba a punto de romperse pero así y todo sólo se enfocó en poder enfriar su mente. Se convenció a sí mismo que esas cosas, por más duras que fueran, sucedían todo el tiempo en el mundo de la mafia y los narcotraficantes. Más con los que eran de alto nivel y tenían tantos enemigos esparcidos por todos lados.

❥ SIRENS → [Hopemin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora