CAPÍTULO 3

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Damiam

- No tienes mas opción, toda en esa unión nos beneficia y esto es una orden no un pregunta de un si o no - hablo mi padre

- Y si ella aparece, padre por favor, no puedo hacerlo, yo no la amo ella no me ama, como podemos estar juntos si no hay nada que nos una - hable lo más relajado posible

- El amor es algo irreal, y no te lo estoy soicitando Damian, TE LO ESTOY ORDENANDO - gritó

- Como puedes pedirme algo como esto, como puedes pedir a tu propio hijo que renuncia a su mate por alguien que no hay el mas minimo afecto - respondí

- Ya esta pactado con la familia de ella, la coronación será en tres meses, y el anuncio de su unión será el mismo día. - dijo mi padre aun ignorando mis palabras

- Haz lo que quieras pero si mi mate aparece no la rechazare - dicho esto me retire, no tenia por que estar ahí.

Nunca quise ser rey, ni nada, todos mis amistades solo querían ser mis amigos por mi posición.

- Mi príncipe todo esa listo, esta seguro que quiere hacer esto, si su padre... - lo interrumpí

- Si mi padre se entera no dirá nada, quiero al menos estos tres meses vivir como una persona normal. - respondí

- Pero el pueblo lo reconocerá- hablo

- Lo se, pero quiero intentarlo por favor - supliqué

- Esta bien príncipe, mañana comienza las clases - me dijo con una sonrisa

Solo asentí- por favor retírate- y se fue.

Iba a cargar el peso de un reino entero en mis hombros, al principio me emocionaba pero después vi como seria la realidad, no estaba listo.

********************

Me desperté con el sonido de la alarma, me arregle lo más normal que pude, no podía verme como alguien que quiere llamar la atención, sialí de mi habitación, y lo que menos quería era encontrarme con mi padre y paso.

- Ya me contaron lo que pretendes hacer, ni lo intentes negar - hablo.

- Me voy - fue lo único que respondí.

Pase por lado de el, sin siquiera verlo, no quería vivir mi vida como la de el, al menos quería un poco de diversión.

- Entonces hazlo - pare, no creía oírlo, me di la vuelta para encararlo pero el seguía de espaldas - son tres meses aunque es poco tiempo espero que lo disfrutes porque después de eso tu le perteneceras a la corona.

Dicho esto siguió su camino, no volteo, solo siguió no tuve más que seguir con mi plan.

- Te espere por mucho- hablo Camila, que se supone que estaba haciendo aquí.

- A donde vas - pregunte.

- Contigo, a estudiar y aparentar ser chicos normales- ella sonrió mientras me guiñaba el ojo

- Quien te lo dijo - alce mi ceja

- Ya todos lo saben, seguramente alguien te escuchar hablar, y los rumores vuelan cariño, no te iba a dejar solo - hablo mientas se subía al auto.

Solo le seguí y también subí al auto, ella era la que iba a manejar, y no me importaba.

- Hasta que al fin - hablaron Adam y Leo, haciéndome asustar.

- Es enserió- pregunte, se supone que iría solo.

- Pues nosotros somos tus amigos, y no solo por tu asqueroso trono, si no por que somos amigos de verdad - hablo Adam enojado- también teníamos que ir, te guste o no

- Esta bien, vamos - sonreí.

Hubo un tiempo en el que tenia la idea de dejar mi puesto como futuro rey, los que decían ser mis amigos se alejaron de mi, y ellos dos junto a mi beta y Camila, fueron los únicos que se quedaron conmigo, y así es como se formo una verdadera amistad.

- Entonces camino a clases - dijo Camila arrancando el auto.

Mientras íbamos en el auto, nos reíamos de cosas que recordábamos, hacíamos chistes de mal gusto que solo nosotros encontrábamos sentido.

Después de un largo rato, llegamos al instituto, mientras bajábamos del aunto, vimos como algunos se sorprendían y otros nos esperaban.

Agacharon sus cabezas como símbolo de respeto, pero no quería que lo hicieran, pero era su deber, así decía mi padre.

- Ahí están - hablo Camila, mientras dos chicas y el idiota de Nicolas mi beta, se acercaban.

- Vamos, ahora estamos completos - dijo ella.

Nosotros solo compartimos miradas y alzamos los hombros, ella era la persona que con más facilidad hacia amistades, así que por ese lado no seria tan difícil.

Pasamos más adelante y habían dos chicas, una olía a una humana lo cual era demasiado extraño este instituto y este pueblo eran lugares donde los humanos ni pisaban, si pasaban ellos morían.

Pero mis sentido se pusieron en alerta, cuando la otra chica tenia un olor a vampiro, me di cuenta como todos las veían con asco y desprecio.

Las miradas pasaran a nosotros y todos agacharon la cabeza, ellas voltearon y sus ojos se cruzaron con los míos, mi corazón quería salirse, su olor ya no era solo a vampiro si no a leña mojada, libros viejos, maldición me di cuenta que ella se tambaleó.

- Estas bien, te pusiste pálida - preguntó la humana

- Si, no, me siento un poco mareada, siento que....- ella cayo en brazos de su amiga.

Me acerque un poco, y algunos veían las escena con mucha diversión lo cual me daba mucha ira.

- Qué pasa, tomaste tu medicamento- volvió a preguntar la humana.

¿Medicamento? Es enserió, lo que me faltaba, aparte de vampiro esta enferma.

- Yo - sus ojos se cruzaron con los mios - o vamos, es el primer día y ya somos el centro de atención- se desmayo.

Nadie se acerco su amiga intentaba despertarla pero ella no lograba, tenia que hacer mi acto de beneficencia.

Me acerque a ella y la humana me vio asustada

- Hazte un lado, tengo que llevarla a enfermería- y ella hizo caso.

La alce entre mis brazos aun inconsciente, y la lleve, su amiga venia detrás de mi.

Todas nos seguían con la mirada, voltee un poco y mis amigos solo alzaron la ceja, pude ver como Camila estaba realmente enojada.

Ella no era la típica chica que sentía celos, pero al aparecer mi mate ella ya no era tan importante para mi, pero de que se preocupaba si igual ibamos a contraer una unión ya que mi padre no permitiría que me una con alguien de su especie.

Entrando a la enfermeria la baje de mis brazos y la acosté en la camilla.

- Por favor revisale, que todo este bien - dije antes de irme .

- Es ella verdad - hablo la enfermera, que en realidad era una bruja.

La mire y no entendía de que hablaba.

- Ella es tu....- la interrumpí

- Solo curala - hable

- Sabes que huele a... - otra vez.

- Amelia solo hazlo es una orden - dicho esto salí.

Ella era un poderosa bruja que había echo algunos trabajos para mi padre, teníamos un relación estable, ni las brujas nos atacaban ni nosotras a ellas.

Me quede un rato para escuchar si hablarían o no.

- Como se llama - preguntó Amelia

- Sara, Sara Ross - dijo la amiga.

Después de escuchar eso me retire, Amelia si ayudara y eso me alegraba, no tenia nada más que hacer ahí no tenia y no debia de crear mas vinculos con ella mi lobo buscaba la manera de salir pero no podia, no era correcto..

THE LAST KINGDOMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora