◇𝔸𝕟𝕥𝕖 𝕌𝕟 ℝ𝕠𝕓𝕠◆ 𝕆𝕟𝕖-𝕤𝕙𝕠𝕥

𝙵𝚊𝚛𝚒𝚍

Su mañana estaba de maravilla.

Sus hijos habían ido a la escuela para después quedarse con Amity y Luz lo que restaba la tarde, debido a una tarea que habían enviado y claro, para ver al nuevo cachorro de King. Su esposo había vuelto de la reunión que tenía fuera de las islas y ahora estaba en castillo terminando su papeleo faltante, y el.

Bueno.

El terminaba de hacer sus quehaceres, si, el gran Edric Bleigth ahora portador del apellido de la dinastía hibrida Wittebane, el rey emperatriz, estaba haciendo quehaceres. Y no, no domésticos. Estaba depositando en el banco central de la ciudad.

Además, a pesar de tener todo el dinero que quisiera en parte por ser el encargado de la empresa de sus padres junto a Emira y ahora el esposo del emperador, Edric se mantenía a raya con su cuenta bancaria antigua. No porque este inseguro de la estabilidad del negocio o por perder a su amado, no.
Eso jamás.

Sino que la pereza por tener que hacer el trámite para anular la cuenta le daba flojera, consigo el leve pensamiento heredado por los conocimientos de su madre.

"Se precavido".

El peliverde se había tomado eso demasiado enserio, y eso llevaba a guardar parte de su dinero en su cuenta común en las islas con el apellido Bleigth, estaba decidido a qué cuando llegará la ocasión ese dinero quedaría para alguien que lo necesitará en su familia o amigos. Si no llegaba el caso, se lo daría todo a sus nietos, si es que los tenía algún día.

Heredarían su dinero y mantendría una cuenta estable para algún inconveniente dónde se viera afectado el o su familia, por ello, se le podía ver saliendo del banco.

No tenía la necesidad de llevar escoltas consigo, solo había salido a comprar unas cosas además de visitar algunos lugares particulares y por ahora ya no tenía dinero el cual gastar o no físico, tenía su tarjeta de mordedura guardada con su pergamino en un glifo de almacenamiento que se había tatuado a petición de Hunter. Según el para mantenerlo seguro si llegaba a pasar alguna controversia en medio de alguna caminata.

¿Exagerado?

Definitivamente, por el Titan, ¡Podía defenderse solo! Aún recordaba la charla en mitad de la noche, habían terminado exhaustos debido a la hiperactividad de Mirya, su hija mayor. Y lo único que quería era descansar, o al menos el. Se había encargado de la revoltosa niña todo el santo día, estaba tan exhausto y quería el cariño de su esposo. Lamentablemente, Hunter había estado tan pensativo y él lo único que pudo hacer es tratar de volverlo al mundo real hablando.

Aumento de crímenes debido a su descuido al ayudarlo con los niños, se había distraído a tal punto que el papeleo yacía acumulado en el escritorio de la habitación, y ni hablar el de la oficina. Hablaron, y allí entre algunas risas y besos, Hunter le pidió que tatuara el glifo en la parte posterior de su clavícula. No estuvo de acuerdo, pero aun así lo hizo, quería sus mimos y si aceptar tatuarse hacían callar a su esposo, el feliz aceptaba.

Aunque si lo pensaba, no había sido tan mala idea. Podía sacar su pergamino y billetera sin tener que rebuscar en sus bolsillos o la bolsa, solo pensaba en el objeto, tocaba el glifo y salía. Nada más, pero el punto era, que su esposo no le creyó capaz de defenderse en alguna situación de peligro. Estaba indignado, pero se calmaba siempre que su mente le pasaba imágenes de él y su esposo besándose sin resistencias y Hunter diciéndole palabras hermosas mientras besaba su cara y tocaba de manera tan dulce que lo hacía morir de amor hacía su rubio.

Una jodida noche tan hermosa que hacía bajar su enojo hacía la petición de su esposo. Cómo sea, el aún debía de terminar de comprar una última cosita que le faltaba y era el dulce favorito de Hunter, él podía hacerlo, créditos a Amity que había tomado su tiempo cuando eran jóvenes para enseñarle a cocinar ¿Objetivo? Poder sorprender al rubio con su comida favorita en su aniversario de noviazgo, pero ahora tenía mejores planes. Aun así, eso no evitaría que le diera algo a su Hun-Hun por haber vuelto sano y salvó.