~One Shots~ Bia

• Propuesta (Thiana) •

— Amo Europa — sonríe la pelirroja mirando desde una de las torres más altas el lugar, Grecia, se respiraba amor, se respiraba paz, se respiraba historias griegas que sorprendían a la pareja cada vez que eran escuchadas.

Ana y Thiago llevaban juntos hace tres años, justamente ese día cumplían tres años, 4 de mayo, el ambiente de la ciudad era cálido y fresco a la vez.

Habían decidido que por esos días, como aniversario viajarían, lejos, no a Brasil como siempre, lejos, y con ahorros de ambos llegaron a una soñada gira por Europa, por lo que, Alemania, Inglaterra, Francia, Italia y Grecia, eran los países visitados. Ya habían visitado todos los demás lugares, Grecia fue el último, porque Ana soñaba con conocer Grecia desde pequeña, fue de los pocos países que no pudo recorrer cuando estuvo perdida por diez años. Y la historia griega la apasionaba, las lecturas y sus cuentos, la música.

Thiago decidió entonces que ese día de aniversario, la llevaría a ese lugar tan preciado que siempre quiso conocer, al llegar a lo más alto del lugar la pelirroja derramó un par de sensibles lágrimas. Su vida había cambiado muchisimo durante esos tres años y más estando a su lado, sentís que él la había salvado y que el amor que sentía por él era tan grande que hasta sentía esa pequeña presión en el pecho al verlo.

— Viste, es hermoso — la abrazó de espaldas.

— Me encanta — suspira secando su rostro y lo abraza fuertemente — Gracias por dejar que esto sea lo último, siempre dicen que al final llega lo mejor y los nuevos comienzos — sonríe y Thiago igual.

El morocho la mira con ternura, con amor y con pasión. No podía todavía creer todo los que estaban viviendo juntos, su vida había girado totalmente y para bien, y adoraba por fin tenerla a su lado, con un amor correspondido.

Besó su mejilla y ella achinó sus ojos riendo.

— Te amo ¿Sabías? — ríe jugando con su cachete y ella ríe.

— Lo sabía bastante bien y desde hace mucho — sonríe.

El ambiente estaba fresco, ambos estaban apegados, y en el lugar mucha gente no había, todo era planeado por Thiago, quería que todo salga bien y por ahora, lo estaba logrando.

Compromiso y matrimonio, algo que a ambos en ciertos puntos de sus vidas los llegó a atemorizar. Él siempre asumía compromisos, y desde pequeño le ilusionaba el amor en si y la vida junto a una persona que amas. Sus papás le habían enseñado eso, y para él el matrimonio era algo muy grande, tanto que daba miedo, pero era la unión legal a la persona más valiosa de tu vida.

Por otro lado, Ana nunca soñó con esas cosas, muchas niñas o mujeres tienen aquel sueño de casarse, ella no era el caso, cuando estuvo con Thiago diferenció el amor del cariño, amor era lo que ella sentía por él, ese ardor en el pecho que parecían llamas y que aparecían cada vez que se encontraban cerca, la tensión, el cariño de sus manos juntas, la ternura de sus labios juntos y la comprensión y paciencia que tenían entre ellos, Thiago la vio tantas veces mal, y estuvo cada vez que fue necesario, y eso la compensaba demasiado.

Sin embargo, para ambos el tiempo había pasado volando, y ahora casualmente cumplían sus años de aniversario. El brasilero después de pensarlo por muchos meses decidió hacerlo, pedirle matrimonio, no cualquier día ni en cualquier lugar, Grecia era especial para ella, y el día también. Estaba nervioso, le costó muchísimo organizarse solo, el único que intervino y sabía era Luan, quién le hacía el aguante cada vez posible.

— Que lugar tan pacífico — dice envuelta en brazos del morocho, feliz.

— La verdad que sí, es hermoso — miraban el paisaje a lo lejos.