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― ¿Me das un beso de despedida? ― pregunté mientras ella esperaba a que llegara el ascensor. No tardó mucho en poner sus pequeñas manos a los lados de mi cara y pegar con cuidado sus rosados labios. Ambos sonreímos al mismo tiempo en medio del beso, y cuando me dio el último de todos, me susurró un "Nos vemos esta noche" y se fue.

Cerré la puerta principal cuando despareció tras las puertas metálicas del ascensor. Miré la hora en el reloj del salón y me dirigí a la cocina para preparar algo que desayunar. Mientras estaba haciéndome un café, alguien llamó al timbre del apartamento, enseguida reconocí esos grititos de delfín ahogado nada más escucharlos y fui a abrirle.

― ¿Sabes? Acabo de ver a Shu Yan salir del ascensor, ¿es que ha estado aquí? ― Chenle era sin duda una de las personas más entrometidas que había conocido en estos veintidós años que llevaba de vida.

― Sí sí... Se acaba de ir. ― dije y me llevé la mano a la nuca, rascándome un poco incómodo por la mirada sugestiva del menor. ― ¿Ha pasado algo para que hayas venido? ―

― La verdad es que no, solo pasaba para recordarte que el lunes tenemos una reunión a las diez. ―

― Chenle, te recuerdo que existen los teléfonos. ― dije y me eché a un lado de la puerta para que entrara en el piso, pero negó con su cabeza y volvió a llamar el ascensor.

― Solo pasaba para ver si seguías con vida porque no me cogías las llamadas desde el jueves, y hoy es sábado. ― sentía que le debía una disculpa por haberlo preocupado. Chenle era alguien que a la mínima se alteraba si no le contestabas los mensajes o llamadas en un periodo de tiempo razonable.

― Perdón si te preocupé, he estado liado estos días. ― volvió a levantar sus cejas sugestivamente un par de veces con una sonrisa pícara en sus labios. ― ¡No con ella! ―

― Ya, lo que tú digas. Nos vemos el luneees. ― cerré de nuevo la puerta principal tras su ida y yo seguí haciéndome el desayuno.

***

Vale vale, sé que me váis a echar en cara que soy una contradictoria de mierda, pero en serio, no podía negarle nada. Si me pedía que lo acompañase en un atraco, yo iría con él. Quería negarme a sentir algo por él, pero se me hacía imposible. Sabía lo precipitando que sería que se enterase de mis "sentimientos encontrados", y sí, lo digo con comillas porque aunque sabía que había algo que sentía por él, no sabía qué era, no sabía si solo me gustaba su físico, su forma de comportarse o la forma en la que me trataba, lo único que sabía era que estaba confusa respecto a mis sentimientos cuando pasaba mi tiempo con él. A parte de que lo dejamos todo claro el día en el que ambos firmamos un papel en el que ponía algo así como:

"Wong Yukhei y Quian Shu Yan se comprometen a tener una relación de solo roce, sin sentimientos."

O algo parecido, tenía el papel metido en algún libro que me dejé a medias, usándolo de marcapáginas. Y sí, en ese cacho arrugado de folio de hacía cinco meses, ambos habíamos firmado. ¿Y qué hacía yo? Exacto, caer en sus redes de chico seductor que te encandilaba con su estúpida sonrisa.

Como fuera, antes de poner en marcha el coche, un mensaje nuevo entró en mi bandeja de entrada. Desbloqueé el teléfono, abrí la notificación y leí el nombre del usuario de Instagram, "mark.a_de_agua" vale, admitamos que era muy ingenioso y gracioso.

Yannieee!!

¿Quién era este ser? ¿Y por qué me hablaba como si fuésemos amigos de toda la vida?

smirks. [ Wong Lucas ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora