Capítulo 1

6 0 2
                                    


 Rock Hill


Cuatro meses atrás.

Jakob miró, una vez más, su nueva habitación, se encontraba como un pez fuera del agua, rodeado de desconocidos, en un país extraño, en una casa más ajena aún. Se acercó a la ventana y observó lo que le rodeaba.

Habían previsto que llegara justo para el comienzo de las clases, pero después, de manera inesperada, todo se había acelerado y los papeles para poder viajar habían estado listos antes de tiempo, así que había llegado con semanas de antelación a ese pequeño pueblo tan diferente del lugar en el que había crecido en Alemania.

Se miró las manos, todavía las tenía doloridas y las heridas no habían cicatrizado del todo, golpeó con fuerza la pared junto a la ventana y apoyó la frente sobre el vidrio sin dejar de preguntarse cómo habrían sido sus vidas de haberlas vivido en ese pequeño pueblo.

Al menos el idioma no sería una barrera. Lo hablaba y comprendía a la perfección, su madre se había preocupado de ello, aunque siempre pensó que era por su futuro laboral, no porque se iba a llevar la sorpresa de que su padre estaba vivo, que había abandonado a su madre sin saber que estaba embaraza y que ella nunca se lo había hecho saber. Todo eso justo en su lecho de muerte...

Así que cuando lo contactaron para comunicárselo se llevó la misma sorpresa que él. Y, ahí estaba, en un pueblo de costumbres tan diferentes que en realidad no estaba seguro de poder adaptarse. Esperaba que todo mejorara cuando comenzaran las clases dentro de unas semanas.

Estaba aburrido como una ostra, ya había terminado su carrera matinal y había hecho sus ejercicios de entrenamiento. Miró hacia la casa de al lado y suspiró. Su padre le había pedido que le echara una mano al señor Thomson con su jardín y no le había agradado la idea para nada. Por otro lado, no conocía a nadie ni tenía la intención de trabar amistad con ninguno de los chicos de allí, tampoco le apetecía salir y conocer la ciudad y además necesitaba justificar de alguna manera el hecho de tener dinero.

Bajó la escalera que separaba la planta superior de la inferior. No era una mansión, pero su progenitor vivía bien. La casa era amplia, tenía tres dormitorios, aunque uno lo usaba como despacho y biblioteca.

Lo primero que le dijo al llegar fue que tenía prohibida la entrada en esa estancia, el dormitorio libre era para él. No tenía claro por qué esa prohibición le hizo enfadar y esa misma noche se largó en busca de un lugar en el que poder ser él mismo. Un lugar en el que lo dejaran en paz, tampoco salió como esperaba y antes de darse cuenta se había metido en una pelea.

Miró sus manos de nuevo, todavía estaban frescas las heridas, pero le había servido para que un chico se acercara a él y le propusiera pelear. Su primera pelea en ese país. Y estaba expectante. Lo necesitaba. Tenía que sacar la adrenalina que se acumulaba en sus venas y que amenazaba con explotar.

Salió al exterior y se dirigió a la casa de su vecino, un hombre mayor que, al parecer, no tenía a nadie que le echara una mano. Su padre le había advertido que era un hombre hosco y que pasaba mucho tiempo fuera, pescando. Así que tenía permiso para entrar y la llave para abrir la caseta de las herramientas.

Al llegar al jardín se dirigió al pequeño cobertizo de madera y abrió la pesada puerta que se quejó con un chirrido estridente. ¿Cuánto tiempo llevaba sin ser abierta? Por el sonido que había proferido... mucho.

La luz entró por la puerta y buscó algo para cortar la hierba, hasta que vio el aparato adecuado. ¡Bien! Parecía que no iba a ser complicado, solo tendría que ponerlo en marcha y todo iría... sobre ruedas. Sonrío. Había estado divertido.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 21, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Bad RomanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora