Me teletransporté junto a Liana hacia donde estaban Verónica y las demás.
-¿Qué les pasa? ¿Acaso no tienen algo más importante que hacer? ¿Su vida es así de mala?- solté teniendo a Liana a mi lado.
-¿De qué hablas, cariño?- Verónica se me acercó.
-Sabes bien de qué hablo.- fruncí mi ceño.
Verónica alzó su mano. Noté que quería lanzarme un hechizo al instante.
-Te equivocaste de persona, Verónica.- hablé con tono desafiante.
-¿Quieres intentarlo?- cuestionó, refiriéndose a una batalla de poderes.
-¿Ahora?- hablé vacilante.
-¿Acaso tienes miedo?
Suspire profundo. Nunca antes había batallado con ella ni con otra persona.
Mi mente dijo que no, pero mi boca dijo otra cosa.
-De acuerdo.- respondí.
Verónica hizo un movimiento con sus manos y de pronto sus amigas estaban a su lado.
-Espera, es no es justo.- fruncí mi ceño.- ¿tres contra uno?
-Eres la mejor de la escuela, ¿no?- habló con un tono inocente.- puedes tener el poder de tres personas sin problemas, ¿o me equivoco?
-Sigue siendo trampa.- froté mi rostro y miré a Liana de reojo. No, definitivamente no dejaría que eso se quedara ahí.- pero está bien.
-¡Elena, no!-escuché exclamar a mi mejor amiga.
-Aléjate, Liana, por favor.- volteé a verla.
-Esto puede no terminar bien.
Suspiré.
-Quiero que esto acabe de una vez por todas.- manifesté.- no soporto que te lastimen.
-¡Con cuidado!- fue lo que gritó, y poco después sentí cómo me ardían los pies.
Di un grito de dolor y, con un movimiento de manos, apagué el fuego y restauré la zona afectada al instante.
-Hemos comenzado.- dijo Verónica.
-Ya me di cuenta.- contesté.
Le lancé una bola de humo a su rostro, luego vi que una de sus amigas se puso detrás de mí para lanzarme cuchillas. Chillé al no poder esquivar una y que se me clave una en mi mano derecha. Saqué el objeto y restauré mi piel lo más pronto que pude.
-¿Tu especialidad es la restauración?- me preguntó Verónica.
-Afortunadamente, sí.- di una sonrisa traviesa.
Y es que a las personas que su talento era la restauración había que tenerles miedo. Eran conocidos como "invencibles". El dato era que siempre se mantiene en secreto.
Verónica me miró con terror.
-¿Ahora me tienes miedo? hace poco me retaste a una batalla de poderes.- me burlé.
Ella frunció su ceño y apretó sus labios.
-¿Tenerte miedo? eso nunca.- respondió.- solo hay una forma de vencerte, entonces...
Negué con la cabeza.
-No quieres intentarlo.
-No pienso perder.- habló lanzándome un hechizo que reconocí y esquivé al instante: convertir las cosas en piedra.
-Wow, felicidades. Poca personas pueden hacer ese hechizo.- le sonreí sin preocuparme.
-¿Qué te pasa? este es el único método con el que puedes perder y... ¿reaccionas así?- Verónica parecía estar tan confundida como frustrada.
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Elena Valente
FantasyElena jamás pensó que llegaría a enamorarse, y menos de un humano... sobretodo si ella era una bruja. Lamentablemente, en su familia no existía el humano+bruja= amor. Por lo que sabía que debía olvidarse de ese chico de ojos color caramelo. Llegó a...