16 ⸙͎۪۫ ┊❝Crisis❞

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[3 meses después]

Sunoo

Mi mañana empezó con un fuerte grito proveniente de la cuna de mi hija. No quería abrir los ojos, pues anoche apenas y pude dormir unas tres horas antes de que mi hija se despertara pidiendo alimento y posteriormente un cambio de pañal. Fue una noche muy pesada, pero no era la primera y sabía que no sería la última, pues mi hija apenas había cumplido el día de ayer tres meses y aún era muy pequeña para entender que su padre se encontraba cansado de alimentarla, cambiarle el pañal, darle golpecitos en la espalda, bañarla y muchas más cosas que tenías que hacer al tener un bebé.

Finalmente me levanté de la cama, con un ojo abierto y otro cerrado, por no decir que tenía ambos cerrados y estaba caminando a ciegas. Solo me atreví a abrir los ojos cuando mi pie pisó un juguete de Hana y este me ocasionó y fuerte dolor en la planta.

── ¡Rayos! ── maldije, tratando de tomar mi pie en manos, pero dejándolo de lado al escuchar los golpes en mi puerta y la voz de mi madre, que me avisaba que la bebé estaba despierta. ── Como si no lo supiera. ── Susurré. ── ¡Lo sé, mamá, gracias por avisarme! ── le grité irónicamente, escuchando poco después como se marchaba.

Apenas llegué a la cuna de Hana la cargué, escuchando sus gritos más cerca a mi oreja y amenazando con dañarme un tímpano.

── Ya estoy aquí, mi amor... ── susurré, acariciando su espalda lentamente y buscando con la mirada el paquete de pañales que había abierto anoche para cambiarle. ── ¡Maldición! ── grité ya alterado de escuchar los gritos de mi hija. ── ¿Dónde rayos están los malditos pañales?

Dejé a mi hija en el centro de mi cama, rodeándola con mis almohadas, y comencé a buscar los benditos pañales, que entre tanta ropa de bebé, mi ropa, juguetes, pañitos, etc. se había perdido. Estaba perdiendo la paciencia y seguía sin encontrar los, ya malditos, pañales. Por un momento pensé en mandarle a comprar otro paquete a mi padre, pero cuando busqué debajo de la cama los encontré.

── ¡Aquí estaban desgraciados! ── grité, tomando el paquete y sentándome en la cama. Estaba retirando el pañal de Hana cuando mi puerta nuevamente fue tocada y entonces perdí la poca paciencia que me quedaba y lanzando el pañal me encaminé hacia la puerta. ── ¿Qué quieren? ¿Qué rayos quieren? ── les grité tanto a mi padre como a mi madre, quienes preocupados me veían llorar.

── Tranquilo, cariño. ── susurró mamá, dando leves caricias en mi hombro, mientras papá se adentraba para calmar a mi hija y terminar de cambiarle el pañal. ── Ya todo pasó, ya todo está bien. ── trató de tranquilizarme, aunque en realidad esas palabras no lograran su cometido.

El llanto de mi hijo dejó de escucharse y al dar media vuelta encontré a mi padre cargando a Hana y sonriéndome, como si calmar a mi hija fuera tan fácil como la tabla del uno.

── Estás muy cansado, hijo. ── me dijo a la par que se me acercaba. Sabía lo que Hana quería y ahora no quería llorar de desesperación, sino de dolor, del dolor que sentiría cuando Hana comenzara a succionar mi pezón. ── La bebé tiene hambre, hijo. ── me dijo una vez que me la extendió.

Tuve tantas ganas de gritarles a ambos que los pezones me dolían y que no había dormido bien desde hace tres meses atrás, pero en vez de eso tomé a mi bebé en brazos y caminé con ella hasta llegar a la cama y comenzar a desabrochar mi camisa de pijama.

── ¿No crees que deberías tomarte un día libre, cariño? ── preguntó mamá, acercándoseme. La miré con cara de pocos amigos, aunque en verdad no quisiera hacerlo, y tras un suspiro hondo pasé a alimentar a mi hija.

❛ Pequeño papá « ✇ ุ๋ ⸱ sunsun ❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora