Reto de escritura por 30 días.

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Primavera.

La estación del año más cálida. Dónde puedes presenciar el florecimiento de las plantas.

Las parejas de animales que se cortejan.

La estación perfecta para poder procrear.

Dónde los cortejos se vuelven más íntimos.

Pero para Bruce Wayne no era así.

Aún no había encontrado a su alfa.

Se sentía solo y su lobo interior aullaba de dolor por sentirse deprimido.

El millonario de controlo, no permitiría que nadie se diera cuánta del dolor que estaba sufriendo.

-Alfred, prepara el Jet nos iremos de viaje -con eso dicho colgó la llamada.

Hace tiempo que no visitaba su hogar, aquel en dónde creció.

Extrañaba mucho ese lugar, se había ido de ahí porque le dolía.

Los recuerdos de sus padres y el siendo felices.

"-Recuerda bien esto hijo mío, un Omega no debe aceptar un cortejo en primavera a menos de que sepas que él o ella es tu Alfa destinado...

-Además, eso lo sabrás porque tú Omega interno se llenará de goso, alegría y desprenderas un aroma ya sea dulce o amargo para atraer a tu pareja -le explicaron sus padres."

Ese recuerdo lo hizo sonreír.

Con las personas que había conocido y que querían cortejarlo nunca sintió lo que sus padres describieron.

Supuso que su alma gemela debía estar en otros lados del mundo al que aún no había tenido la posibilidad de ir.

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-Amo Bruce, hemos llegado a casa -dijo Alfred despertando al Omega.

-Es bueno estar de vuelta. Es más hermoso de lo que recuerdo.

Ambos salieron del Jet para caminar hacia la entrada del hogar.

Entraron y lo que Bruce no sabía es que un joven con lentes y ojos azules lo veía desde la otra casa á la par.

Ninguno de los dos podía sentir el lazo que los unía.

El joven vecino de 25 años de edad, percibió un olor agridulce tan exquisito que lo hizo salivar.

No sabía de donde provenía el aroma. Lo único que sabía es que estaba asustado.

Nunca le había pasado el percibir el aroma de algún Omega o Alfa.

"Al ser un Beta no podía distinguir los aromas de ninguna casta." ese fue el diagnóstico d3l médico.

Pero muy dentro de sí mismo algo le devia que no era un Beta como los demás.

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-Alfred, tráeme los supresores por favor -pidio el Omega.

Su celo se había adelantado y para el alivio de Bruce, no estaba rodeado de Alfas sino que de puros Betas.

Lo que no sabía es que un "Beta" lo estaba pasando igual que él.

Ese beta nunca había experimentado un celo, pero su cuerpo y su lobo le reclamaban y rugian por el Omega vecino.

Sin ser conciente de sus acciones, entro al hogar del Omega.

Su boca babeaba en exceso ante tal aroma.

Una mezcla perfecta de helado de vainilla con chocolate.

Sus pupilas dilatadas y su cuerpo encendido en deseo, lo guiaron a la habitación del otro.

Al llegar el aroma se había hecho más fuerte, los jadeos aumentaron y parecía que lo llamaban.

El Omega soltó un sonido para llamar a su pareja.

Clark entro en un estado de locura.

Entro en la habitación, vio al Omega retorciéndose en la cama.

-Mío -bramo Kent

Se acerco para poderlo olfatear y restregar su rostro en el pecho del Omega.

Bruce aún dentro de la bruma de su celo, se sentía aliviado de saber que ese joven a su lado es su pareja destinada.

-Mío -volvio a repartir.

Sus cuerpos pedían a gritos tocarse.

Se besaron apasionadamente, con desesperación.

Ambos sabían que esto estaba bien.

Alfred sabía que Bruce estaba en buenas manos.

Por eso fue a la casa de alado para evitar el insomnio.

Esa pareja debía estar sola para reconocerse y formar el lazo de unión así como el cortejo después de este.

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Jimmy 🦄