El tiempo contigo 『 Ryūnosuke Akutagawa 』

◈ TRES ◈

— Akutagawaaa —canturrea abriendo la puerta corrediza— Traje el libro que...

Layla se quedó de pie observando algo desconcertada al varón «Esta durmiendo ¿en serio?» había tratado unos diez minutos más de lo usual en ir al balcón ¿fue tiempo suficiente para que se quedara dormido?

— Heeey, Akutagawaaa —insiste sin resultado alguno— Tienes un sueño muy pesado...

«Y unos mechones de cabello muy largos... ¿por qué se pintara las puntas de blanco?» se mantuvo en silencio observando desde el otro lado de la reja que les separa. Inesperadamente tuvo una idea algo infantil.

— Definitivamente tengo que tomar una foto —murmura para si misma mientras saca su celular. Apuntó la cámara hacia él y tomo la fotografía sin flash.

Akutagawa aparece dormido, con la cabeza ligeramente ladeada y un moño rosa en cada mechón de cabello a los costados de su cara. Sus labios están entre abiertos y sus manos reposan en su regazo junto un libro abierto.
Layla se ríe tal cual niña después de hacer una travesura cuidando de no despertar al varón. Dejó de ver la pantalla de su celular y alzó la mirada al chico frente a ella «Tantos piercings...» piensa con curiosidad mientras se toca uno de sus oídos «¿No dolerá?» Akutagawa tiene piercings casi en todo la orilla de su oreja, en ambas de hecho, aunque solo en una tiene el arete de la cruz. Layla se puso de cuclillas para verlo con más detalle, entonces pudo notar la perforación en su nariz «¿En serio?» Lo escudriñó con la mirada cuestionándose si tendrá algún tatuaje o solo es fanático de los piercings «¿Por qué tarda tanto en despertar?» extendió su mano a él con la intención de moverlo pero el grito de los chicos en la cancha la sobresaltó antes de que pudiera tocarlo.

— ¡Buen tiro, Chuuya!

— ¿Chuuya? —murmura inaudible dirigiéndose al instante a la barandilla.


Ahí estaba festejando con todo su equipo alegremente. La mirada de Layla entristeció un  poco «Fui descuidada y no lo vi» se dijo a si misma mientras su mirada se pierde en la cancha «Aunque... es raro. Justo ahora solo quería tener mi atención en...» dirigió su mirada al joven dormido a su derecha, confundida.



— ¿Quieres un pocky? —dice su amiga. Layla asiente con la cabeza y toma uno. Están en receso sentadas bajo un árbol de cerezos frente a la enfermería. La chica pelirroja observó a Layla con curiosidad— Pareces más feliz últimamente.

— ¿Hm? —observa interrogante a su amiga de trenzas.


— ¿Ver a Chuuya es así de genial? —cuestiona con cierta picardía mientras le da sutiles golpes con el codo.

— Lucy —dice su nombre mientras ríe y habla burlona— ¿Y qué hay de ti? ¿Es genial ver a Nakajima?


— ¿Ah? No lo veo —niega al instante.

— Claro que sí.


Desvió su vista por un momento a la ventanilla de la puerta, pudo ver pasar a Chuuya junto con todos sus cercanos, entre ellos Akutagawa. Layla divaga mientras Lucy da una extensa lista de porque no podría gustarle Nakajima a pesar de que es muy obvio «¿Realmente he estado viendo a Chuuya estos últimos días?»

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Lo de siempre, diez votos y actualizo rápido. De lo contrario actualizo cuando el trabajo me de chanza jsjsjs.

-Catharphis