O b s e s s i v e 「Yandere!Tododeku AU」

*•.❥ T H I R T E E N

⚠️ ADVERTENCIA: CONTENIDO SEXUAL ⚠️

-Shoto, hay un paquete para ti-

Hace casi dos horas exactas, su acosador le escribió un mensaje asegurando que le haría envío de un regalo que tiene la intención de alegrarle el día, no obstante, jamás se le cruzó por la cabeza el hecho de que aquel paquete podría llegar tan rápido a su residencia.

-¿De quién es?- pregunta, levantándose del tatami de su habitación para dirigirse hacia su hermana. Necesita mantener la compostura para no alarmar a la mujer.
-¿Oh? ¿Estás esperando un regalo de alguien en específico?- inquiere alzando una ceja, aunque luego de procesar la situación su gesto se transforma en una expresión de sorpresa. -¿Acaso conseguiste novia?-

La palabra «novia» le provoca un profundo escalofrío que le eriza el vello de todo el cuerpo, causándole también una drástica y repentina baja de temperatura. La persona tras el paquete podrá ser cualquier cosa que se proponga, pero jamás se convertirá en su objetivo amoroso.

-No estoy buscando una relación- aclara, frunciendo el ceño. -¿Podrías decirme el nombre de quién me envió eso?-
-Yume Sato- ella le dedica una mirada interrogante a su hermano. -¿Seguro que no es tu novia la que envió esto? No quiero que sigas los pasos de Natsu y me ocultes a tu novia, sabes que no voy a ponerme celosa si alguna mujer quiere estar contigo-

Con nula delicadeza y gran desesperación, Shoto arrebata el paquete de las manos de Fuyumi para luego sacarla de su habitación con suaves empujones, cerrando la puerta con seguro cuando ha cumplido su cometido. Por el momento no puede explicarle su situación.
Sus ojos miran con desconfianza la caja que envuelve el supuesto regalo hasta que se arma de valor para tomar un cúter cuyo filo le permite romper la cinta adhesiva que mantiene sellada la caja.

Debe admitir que esperaba algo grotesco que sirviese como prueba de todos los crímenes cometidos contra sus compañeras, no obstante, en el interior del paquete sólo hay un suéter negro de cuello de tortuga, un peluche de All Might —el héroe principal de su serie favorita— y un sobre de color rosa que se apresura a abrir.

❝ Espero que te guste mi regalo. Sé que pronto será verano, pero aún hay días en los que el frío es bastante cruel, así que espero que uses el suéter cuando tu cuerpo esté helado. También aprendí a confeccionar peluches, aunque tuve que buscar muchas referencias ya que nunca he visto la serie de All Might, pero si a ti te gusta, a mí también.

Nos vemos pronto, Shō.

Con mucho amor,
Yume ❤︎
「佐藤 夢」❞

No puede reconocer la caligrafía, pero si puede observar que los caracteres son precisos, evidenciando que su acosador —en algún punto de su vida— ha tomado clases de shodō. «Yume Sato» aún le parece una identidad inventada, no obstante, al final de la carta se encuentra estampado el inkan rojo de un hanko legal el cual posee los kanji que componen aquel nombre que, de ser cien por ciento real, lo convertiría en la persona más cínica con la que Shoto ha contactado.

Desconfiado, pero curioso decide sacar la prenda de ropa del interior de la caja, rompiendo en el acto el plástico que la envuelve. Las yemas de sus dedos exploran la suave tela que compone el suéter, sin embargo, la característica que más le llama la atención es el aroma hipnotizante que está impregnada en la prenda.

¿Así es cómo huele su acosador?

¿Tan... Excitante?

Sin pensar con claridad acerca la vestimenta a su nariz para continuar deleitándose con el aroma que esta desprende. Es obvio que se trata de algún tipo de droga, pero se ve incapaz de hacer algo para detener sus acciones, su cuerpo rápidamente ha dejado de responder al sentido común y ha preferido dejarse llevar por sus instintos que han sido estimulados por la extraña sustancia.

Se puede decir que Shoto nunca antes tuvo algún tipo de fantasía sexual. Sí, ha tenido erecciones inesperadas como cualquier joven de su edad, sin embargo, su método para deshacerse de ellas siempre se basó una mezcla de respiraciones profundas y relajación muscular, no en la masturbación.

Bueno, siempre hay una primera vez.

Traga áspero en el momento en que baja su pantalón de chándal junto a su ropa interior, dejando expuesto su erecto miembro, el cual prosigue a acariciar con timidez. Un pequeño espasmo lo hace entrecerrar sus ojos y los dedos de sus pies se contraen cuando opta por presionar la base del pene, acción que inmediatamente trae a su mente a quién últimamente ha estado ocupando sus pensamientos.

-Izuku...- jadea, moviendo su mano de arriba a abajo con lentitud, deteniéndose de vez en cuando para estimular el glande, lubricándolo con el líquido preseminal.

Cada respiración le permite inhalar el aroma del suéter, subiendo su excitación y avivando su imaginación, misma que le hace creer que Midoriya se encuentra junto a él, ayudándolo a estimular sus partes íntimas. Con dificultad desliza la pierna izquierda fuera del pantalón, separando ambas extremidades inferiores para así acomodarse al borde del colchón, teniendo un perímetro adecuado para autocomplacerse.

Un cosquilleo en la parte baja de su abdomen lo lleva a mover su mano más rápido, centrándose en realizar movimientos semicirculares que lo llevan al límite del placer. Todo su cuerpo se tensa en un instante y un fuerte gemido abandona su garganta al llevar su cabeza hacia atrás en el momento en que el semen salpica su mano y el borde de su camiseta.

Respirando de forma agitada se deja caer sobre la extensión de su cama, observando el líquido blanquecino que mancha sus dedos, mismo que se desliza en dirección hacia su antebrazo. Sólo puede levantarse cuando la cabeza ha dejado de darle vueltas, por lo que sube su pantalón y hace ingreso a su baño personal donde lava su mano y camiseta con notoria desesperación.

¿Cómo verá a Midoriya a la cara?

Sabe que no hay forma en la que Izuku se entere de lo que ha ocurrido al interior de esas cuatro paredes, pero también reconoce que no puede simplemente sentarse en su habitación a masturbarse pensando en que está teniendo intimidad con su amigo, por lo que opta por deshacerse del suéter antes de meterse en más problemas.

Aunque no puede negarlo, realmente se sintió bien.