Lunes 25 de Enero de 2024, 6:32 P.M.
Instalaciones privadas de I.C.E, Canadá.No sé dónde estoy, ni que día es, o si lo que vivo es una larga alucinación producto de esa explosión. Me siento tan extraño, muy desorientado y mi brazo derecho está esposado a una cadena que sale de una mesa frente a mí. Abrir los ojos me cuesta, pero al hacerlo puedo ver una sala pequeña con un gran espejo enfrente mío, similar a un cuarto de interrogatorio.
No sé cómo he llegado aquí; lo recuerdo casi todo, excepto lo que ocurrió después de la explosión en las instalaciones. Se siente extraño, como si todo lo que he vivido hasta ese momento hubiese pasado hace muchísimo tiempo, pero cuyos recuerdos son recientes... No sabría describirlo con exactitud.
La duda en mí persiste, ¿Acaso funcionó? Después de todo lo que he tenido que pasar, ¿El sacrificio de todos valió la pena? ¿El de ella lo ha valido? Prometí que, sin importar lo que pasara, haría lo necesario para remediar las cosas. Mi deber como persona, cómo defensor, me orientó a cumplir mi palabra, y eso es lo que haré así me lleve la vida en ello, se los debo.
Apenas recupero la conciencia, un hombre en un traje negro entra en la habitación. Su presencia es imponente y su mirada fría, calculadora, sugiere que sus intenciones no son amistosas. Lleva un reloj de lujo que brilla levemente bajo la luz del techo, y sus pasos son firmes y deliberados. Me observa fijamente durante unos instantes, imponiendo su autoridad, y luego toma asiento frente a mí.
—So, you finally woke up, ¿how do you feel? —dijo el hombre con una voz seca pero calma, hablando en inglés con un acento canadiense distintivo. Esto me da una pista sobre mi posible ubicación, pero mi inglés no es muy bueno para responder—, Are you ready to tell us what you know?
—Yo no hablo mucho inglés. I can barely speak English—fue lo único que pude responder, evitando el idioma porque entiendo lo que dice, pero no soy muy bueno hablando en inglés.
Supongo que el hombre entendió lo que le dije, porque, después de escucharme, salió de la habitación sin decir nada más. Me quedé solo por segunda vez, sintiendo un escalofrío recorrer mi cuerpo mientras mi mente intenta asimilar la situación.
El pequeño cuarto, apenas iluminado por una lámpara en el techo, me parece aún más claustrofóbico en ese momento. Mi mente está llena de preguntas y dudas. Pensé en intentar liberarme, pero sin la llave de las esposas, mis esfuerzos resultan en vano. Así que tenía que esperar, enfrentando la incertidumbre de lo que vendría a continuación.
Pasados cinco minutos, entró otro hombre en la habitación. Llevaba un traje gris, gafas negras y un plato con rosquillas. En comparación con el sujeto anterior, su apariencia era menos amenazante, casi como el clásico "policía bueno" en estos escenarios, algo que reconozco muy bien por mi experiencia. El hombre tomó asiento frente a mí, al igual que el anterior, y dio una mordida a su rosquilla antes de hablar.
—Por Dios, hombre, no se ve nada bien... Es un milagro que siga vivo. Me dijeron que no habla inglés, por eso me han traído aquí. Déjeme presentarme, mi nombre es Maximilian, pero puede llamarme Max. ¿Quiere una rosquilla? —dijo Max mientras acercaba el plato hacia mí. Para mi alivio, él sí hablaba español, aunque su acento canadiense se mezclaba con el idioma.
—Toma la que gustes, porque estaremos aquí un buen rato—añadió con un tono amigable.
Escuchando a Max, tomé una de sus rosquillas con la mano que tenía libre. Por un lado, le agradezco el gesto, ya que me estaba muriendo de hambre; por otro, no tengo muchas opciones aquí, especialmente con una mano esposada.
—¿Dónde estoy? ¿Qué día es? ¿Y por qué estoy esposado? —pregunté al hombre, buscando aclarar el confuso panorama en el que me encontraba.
—Sabía que lo preguntaría. Estamos a 25 de enero de 2024, hoy es jueves—dijo el hombre con calma—. Sé que esas esposas pueden parecer extrañas, pero no se preocupe; es parte del protocolo con todos los individuos que llegan aquí.
—¿Qué es este lugar? —pregunté, tratando de entender la situación.
—Está en Canadá. Ahora, respondiendo a su pregunta sobre este lugar, se encuentra en un centro de investigación de casos especiales—explicó Max mientras sacaba un pequeño cuaderno de notas—. Aquí tratamos con asuntos de causa mayor... grandes fraudes, terrorismo, robos, atentados y otros casos de alta importancia. Usted ha hecho algo que ninguna otra persona ha hecho, o más bien, que ninguna otra persona hará dentro de los próximos cuatro años. Por eso ha captado nuestra atención y la del gobierno canadiense.
—¿A qué se refiere?—pregunté, desconociendo cuánto sabía y tratando de adivinar qué de todo lo que he hecho es a lo que se refiere aquel hombre.
—Tranquilo, no está en problemas. Solo queremos que nos cuente por lo que ha pasado, para tener una visión más clara de lo que se avecina. Si no le molesta, debemos mantener un reporte en regla. Entonces, si gusta cooperar, empecemos con lo obvio: dígame su nombre y ocupación.—dijo el hombre mientras se preparaba para escribir todo lo que dijera en un pequeño cuaderno de anotaciones.
—Mi nombre es Chris García. Fui un detective en el departamento de homicidios de mi distrito, hasta que todo ocurrió.
—Su llegada fue algo impresionante. Sí, llamó la atención de todos los medios de comunicación. Una gran esfera de energía apareció en la ruta 138 en Quebec, el cielo se oscureció, rayos golpearon los alrededores, los autos colapsaron y de todo eso emergió un hombre moribundo que desfalleció después de unos cuantos pasos. Cuando lo encontramos, usted portaba un maletín con diversos reportes y notas, así que estamos al tanto del panorama general. Sin embargo, queremos que nos cuente todo desde su perspectiva: ¿Qué más sabe? ¿Cómo ocurrió? ¿Cuándo comenzó? ¿Y por qué fue usted el único? Cuéntenos todo lo más detalladamente posible.
—No recuerdo cómo llegué aquí. Solo recuerdo un estallido, y momentos después me encuentro esposado en un cuarto de interrogatorio, hablando con un sujeto que parece tener más confianza de la que debería. Sin embargo, empiezo a recordar mi misión principal. —dije, tratando de dejar clara mi situación. Una cosa es segura: llegué a donde quería llegar; ellos ya lo saben. Empiezo a recordar lo que era importante desde el principio. Además de lo que pudieron leer en esos documentos, durante mi trabajo como detective noté muchas cosas, pero nunca les di importancia. Cuando ocurrió todo, lo obvié, pero quiero pensar que esta vez haré lo correcto... Quiero cerrar el caso de una vez por todas.
—Y nosotros le ayudaremos, pero necesitamos su cooperación. Entonces, ¿qué dice?
—Lo contaré todo...
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Life Or Death
Khoa học viễn tưởngSIPNOSIS: En un mundo con pequeñas pinceladas de grandes avances tecnologicos en una estapa prematura de desarrollo y crecimiento mundial, los agentes patogenos siguen evolucionando, ocasionando que cada vez sea más dificil su eliminanción... Y...