Capítulo 3

194 15 7
                                    

Llegamos al cuartel y sólo hay dos soldados en la puerta haciendo guardia, que saludan con respeto al chico que me arrastra y le abren el paso. Una vez dentro él empieza a chillarme.

- ¿¡Quién cojones te has creído que eres!? ¿¡De verdad crees que puedes pegarme delante de mis compañeros sin consecuencias!? ¡Deberías empezar a darte cuenta de lo que te rodea! – sin darme tiempo a responder, me tira dentro de una habitación y se va, cerrando la puerta con llave.

Miro a mi alrededor. Es una habitación pequeña con una bombilla colgando del techo y una pequeña ventana que da a la calle. Hay posters y periódicos viejos pegados a la pared así que me entretengo leyendo los que están escritos en inglés, la mayoría están en alemán. Hay muchos artículos sobre política, nunca me ha gustado éste tema, siempre trae problemas. Finalmente, me siento en el suelo y espero, sin saber a qué.

Cuando me canso de estar en la misma posición, me levanto para estirar las piernas y miro por la ventana, ya es de noche. Sin darme cuenta debo de haber pasado horas encerrada. Creía que él volvería para sacarme de aquí después de haberme "dado una lección", pero no ha aparecido así que empiezo a dar golpes a la puerta pidiendo que me abran, aunque no obtengo ninguna respuesta. Sigo dando golpes hasta que me doy cuenta de que no hay nadie. Estoy sola. Mis padres creen que estoy con Rebeca y ella ni siquiera sabe que iba a visitarla.

Me viene a la cabeza el chico al que dispararon. ¿Qué demonios está pasando? ¿Es ésta la razón por la que a papá no le gustan los alemanes? tiene que ser algo más grande que esto...

Se quedó mirando... el chico de ojos azules se quedó mirando sin hacer ni decir nada al respecto... lo odio. Los odio a todos...

Me encuentro arrodillada en la plaza y esta vez el arma apunta hacia mí. Sin embargo, no puedo verle el rostro a su dueño. A mi lado yace muerto el chico de antes, rodeado de un charco de sangre que llega hasta mis rodillas y me moja el vestido.

- ¿Es esto lo que quieres Elsa? – la silueta que sujeta el arma se dirige a mí, con la voz distorsionada. - ¿Quieres morir?

Me dispongo a responder pero, aunque mis labios se mueven, no sale ningún sonido de ellos.

- Vas a acabar como él... - me dice señalando al cuerpo inerte del chico y luego vuelve a apuntarme.

Me levanto y salgo corriendo hacia ninguna parte. Corro sin parar pero los pasos detrás de mi no cesan y cada vez los siento más cerca. Tropiezo y me caigo al suelo. Los pasos detrás de mí se detienen de repente y veo que tengo alguien de pie delante. Levanto la cabeza y le veo allí, al chico de ojos azules. Un suspiro de alivio escapa de mis labios y le tiendo la mano para que me ayude a levantarme. Entonces él esboza una sonrisa de lado y levanta el brazo para luego apuntarme con su arma. Sus ojos... ya no son azules sino que se han tornado de un rojo intenso.

- No importa lo que hagas Elsa... vas a acabar como él... - seguidamente me apunta al pecho y aprieta el gatillo. Todo lo que escucho en ese instante es un ruido sordo y el peso de mi cuerpo desplomándose a un lado. Estoy tirada en el suelo y lo único que veo son sus zapatos. Me llevo las manos al pecho y luego las levanto para descubrir que están cubiertas de sangre, que ahora gotea cerca de mi cara.

El chico se agacha a mi lado y se acerca para susurrarme a la oreja.

- Te he avisado Elsa... no deberías haberlo hecho.

- Te he avisado Elsa...

- Elsa...

- Elsa... despierta. - una voz familiar me aleja de allí y en abrir los ojos vuelvo a encontrarme en la habitación empapelada con periódicos. Dos ojos verdes me miran preocupados.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 09, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Hard choicesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora