Poder amarte. (KIRISHIMA Y TU)

Capitulo 2

Te despiertas de golpe dando un brinco sobre tu cama, se te dificulta en respirar y sientes pequeñas gotas de sudor resbalando por tu espina dorsal, rápidamente cubres tu rostro con tus manos atrapando las lágrimas que empezaron a caer... hace más de un año y medio que no tenías estas pesadillas, respiras profundamente tratando de convencerte de que no son más que tontas pesadillas.

Ves la hora en tu celular, prácticamente acaba de amanecer, te levantas y vas a ducharte, el sentir el agua recorrer todo tu cuerpo te hace sentir tranquila y en paz, tarareas un poco una canción que ha estado en tu mente estos últimos días, al salir te ves al espejo, las ojeras son notables bajo tus grandes ojos, no les prestas atención y vas a vestirte.

Sales de casa siendo las 6:10 de la mañana, te sobra algo de tiempo para que tengas que llegar al trabajo, decides ir caminando, tomando el camino más largo, en el trayecto te topas con un precioso jardín lleno de flores y otras plantas, desde niña te han gustado mucho las flores, sacas tu celular y tomas unas cuantas fotografías.

Antes de poder seguir con tu camino escuchas una extraña voz familiar, te das la vuelta para ver de quien se trata.

Antes de siquiera verlo ya sabias que era el héroe del que Emma hablaba el día anterior, su extraño cabello rojo cual sangre hoy caía sobre su rostro, algo extraño de ver...

–¿Cambiaste tu peinado? –sueltas sin pensarlo a lo que él te ve algo confundido tomando un mechón entre sus dedos

–Realmente no, no suelo echarle gel si solamente voy a correr–te responde despreocupadamente.

Asientes y ves en otra dirección... –Entonces... debo irme, adiós– le dices dándole un leve asentimiento de cabeza como despedida. Antes de darte cuenta el chico está caminando junto a ti–¿Vas hacia tu trabajo? –pregunta a lo que vuelves a asentir.

–¿Puedo acompañarte? Realmente luego de correr iba a pasar, me hacen falta unas cuantas cosas– menciona soltando una risita ligera, te encojes de hombros yendo más lento.

–Veo que te gustan las flores–vuelve a hablar tratando de hacerte conversación–si, en verdad me gustan–le respondes sonriendo por primera vez en el día.

–¡A mí también! –sisea alegremente– en especial creo que las rosas serian mis favoritas, en especial las rojas.

Continúan hablando sobre plantas y flores mientras caminan hacia tu trabajo, en verdad te sorprende lo mucho que sabe sobre ellas.

–Mi nombre es Eijiro Kirishima–suelta de la nada– ¿puedo saber el tuyo?

–Soy t/n–abres la puerta, buscando a Emma con la mirada, al parecer aun no llega, tomas tu delantal y volteas a ver al chico–Debo ordenar unas cosas, tomate tu tiempo y dime si no encuentras algo– el chico asiente y tu ordenas las cosas del mostrador.

Alrededor de 30 minutos después, entra una Emma llega de alegría saltando por todo el lugar, al verte da un grito ahogado–No pensé que ya estarías aquí–salta hacia ti yendo a darte un gran abrazo.

Charlan un poco, Emma rápidamente te cuenta que estuvo hablando toda la noche con su novio y que por eso venia feliz, te alegra que tu amiga sea feliz, ríen juntas de algunas anécdotas o chismes que Emma siempre tiene para contar.

Empiezas a tener un mal presentimiento al ver que en realidad no habías visto al chico por un largo rato, ves por los pasillos y lo encuentras frente a las bolsas de chucherías, se ve distraído.

–¿Está todo bien? –le preguntas acercándote, el dio un salto por el susto y empieza a reír, –me asustaste, si... todo está bien, es solo que, no puedo elegir cual llevarme.

–¿Has estado pensando durante más de 30 minutos y no puedes decidir cuál llevarte?

–si... realmente soy muy indeciso–se sonroja levemente, avergonzado.

–Claro... entonces, te dejo pensar–comienzas a dar la vuelta, pero antes de poder avanzar, el habla, – ¿Me podrías recomendar uno?

Ríes negando con la cabeza tomando una bolsa de burbujas color rosa, – realmente de todos, este es el que más me gusta–le extiendes la bolsa y la la toma viéndola.

–Okay ¡me llevare esta! – mete dos bolsas a su canasta–entonces iré a pagar, gracias por ayudarme–te sonríe yendo hacia la caja, terminas de ordenar unas cosas que estaban cerca de ahí y regresas con Emma al mostrador.

–No entiendo cómo es que se ve tan caliente pero tan tierno a la vez–dice Emma metiendo una papita en su boca, tomas la bolsa y le robas una, comiéndotela– creo que no es muy ético que pienses que los clientes son calientes–le dices soltando una risa mientras ella se encoje de hombros.