En un presente no muy lejano, se entrelazaba una importante amistad entre Alek y Anne. Ella, una joven de ojos grisáceos dedicados a iluminar su alrededor de la mismaforma que lo hace la luna, lucía además un cabello rubio que llamaba la atención decualquiera capaz de admirar su belleza. Alek en cambio lucía ojos y cabello oscuro, deun tono formado de la misma forma que oscurece la noche. Separados eran físicamente diferentes, pero juntos eran dos almas complementadas.
Se les conocía por su peculiar forma de ser sus propios contrarios y a la vez sus vínculos más cercanos. Vivían en la intrigante isla de Miyajima, conocida por ser la isla sagrada.Ellos cada noche que podían decidían asomarse a una parte del océano que les rodeaba, para así observar el cielo y reflexionar sobre los misterios que podía ocultar esa capa que permanecía siempre despejada. Ya que a diferencia de otros lugares,cuando llegaba la noche solo se podía observar un oscuro cielo y una luminosa luna, no había estrellas ni nubes de por medio, era simplemente una capa lisa sobre ellos.
Conforme fue pasando el tiempo, se quedaron sin misterios que resolver sobre el cielo, y decidieron fijarse en la única cosa que podía verse a parte de esa dulce oscuridad, la luna. Su brillo llamó demasiado la atención de ambos, y poco a poco comenzaron a pensarla más. Pensaron y pensaron al punto de llegar a una especie de obsesión, que incluso podría denominarse como un flechazo.
Ya no era solo cuando estaban juntos, la luna dejó de ser una charla nocturna y comenzó a ser un pensamiento constante. Un bucle en sus cabezas que de alguna u otra forma necesitaban sacar a la luz. Así que finalmente una noche decidieron abrir sus sentimientos y hablar sobre cómo la luna había hechizado sus corazones.
Tumbados en el lugar donde siempre reflexionaban sobre el cielo, una vez más se dedicaban a hacerlo, pero esta vez sobre qué tipo de magnetismo tenía la luna en ellos para querer estar a su lado ante todo. Su habla se hizo larga al no saber resolver ese misterio, y hubo un momento concreto de la noche que probablemente fue el más surrealista de sus vidas. En aquella noche la luna comenzó a brillar más de lo normal, iluminando así la mirada de los jóvenes cada vez más.
En ese cierto instante, apareció una bella mujer de cabello largo y blanco, mirando fijamente a los ojos de aquellos. Era difícil definir lo que aquellos jóvenes sintieron en aquel momento, ya que fue algo que nunca volvió a repetirse. Aquella mujer misteriosa y mística se presentó ante ellos como la luna en forma de humano, explicándoles que había escuchado cada una de sus charlas nocturnas sobre ella.
-Si amáis de mi todo aquello que conversasteis, coged mi mano y estaréis a mi lado.-Propuso la luna.
Los jóvenes estaban enganchados a la mirada de aquella mujer, y exigieron que su amor fuera seleccionado. Cosa que la luna decidió rechazar, advirtiéndoles que no podía escoger a uno de los dos, ya que eran dos almas complementadas necesitadas la una y la otra. Entre la desesperación de los jóvenes por irse con aquella mujer debido al brillo que producía en ellos y el amor que habían aprendido a sentir por ella, no tuvieron plegarias en aceptar su propuesta para irse.
A partir de aquella noche, nadie más llegó a saber sobre aquella amistad tan peculiar enla isla. A su sorpresa para aquel lugar, el cielo dejó de ser una simple capa lisa y comenzó a ser estrellado. Los habitantes aquellos que recuerdan, dicen que los jóvenes son las estrellas, ellos representan la unión entre el brillo de la luna y la oscuridad. Ella sin él no tenía a quién iluminar, y él sin ella no tenía luz que iluminara su oscuridad. Así que se unieron para brillar juntos, formando así las estrellas que pueden observarse desde aquella esquina donde conversaban juntos sobre el cielo.

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La luna y su oscuridad.
Romansa[Microrelato] Ella sin él no tenía a quién iluminar, y él sin ella no tenía luz que iluminara su oscuridad.