Mi niño 2

764 83 5
                                    

Emilio besa con suavidad esos labios adictos que tanto ama. Tonet correspondía de una forma traviesa metiendo sus manos debajo del pantalón del moreno, ansioso comenzó un leve movimiento de cadera rozando su miembro con el mexicano soltando pequeños jadeos de placer. Emilio tomó sus caderas, detuvo ese movimiento escuchando un pequeño chillido de su niño.

.- Emilio… -. Se quejo haciendo un pequeño puchero.- ¿Que… ?

.- Armando y Yun están afuera -. Susurró en su oído con suavidad. Tonet asintió con la cabeza.

Las voces de Armando y Yun se podían oír más cerca, hasta el punto donde ya se encontraban frente de la puerta del cuarto donde están. Tonet inquieto y travieso volvió hacer sus suaves movimientos, rozando su miembro con el de Emilio, ahora escuchando puros suspiros, esto de ser descubiertos por ellos lo excitaba cada vez más.

Cómo pudo, Emilio volteo a Tonet, ahora poniéndolo debajo para que estuviera tranquilo besando otra vez sus labios para callarlo. Bajo el pantalón de Tonet lentamente y acarició sobre la tela del bóxer su miembro mientras lo seguía besando. Escuchando la conversación de Armando y Yun.

Tonet ya no podía más, corriendose en sus boxer con ese simple roce que le daba su morenito. Emilio mordió con suavidad su labios inferior separándose del beso viendo esos ojos cafés que tanto le gusta.

.- Eso fue rápido -. Volvió a susurrar Emilio bajando ahora el boxer de su niño. Sin desconectar la mirada de sus ojos viendo ese brillo que tenía Tonet de lujuria y ganas de ser follado no dudo en meter los 3 deseos de golpe. Observó cómo cerró sus ojos soltando un pequeño quejido.- No seas ruidoso o entrarán

Solo miro como asintió avergonzado.

¿Cómo era posible callar esos gemidos y jadeos? si Emilio lo estaba haciendo tocar el mismísimo cielo, no podía ser ruidoso, pero tampoco podía controlarse. Le estaba dando embestidas acertadas en su próstata, de sus ojos salían pequeñas lágrimas de placer y mordía la almohada para no hacer ruido. No sabía cuánto más aguantaría. Sus piernas temblaban, se sentía a desfallecer, el sexo con Emilio le encantaba y por el lo haría con su mexicano todos los días.

La continuación del cap anterior uwu.

¡Papa Armando!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora