Si yo me volviese invisible, ¿te darías cuenta que lo hice?
Esa pregunta rondaba en la cabeza de Jean en esa solitaria y fría noche de insomnio.
Acaso, ¿ella si quiera notaría el hecho que ya no estaba más?, o, es más, ¿ella acaso notaría el hecho de que sí estaba?
¿Notaba la brillante mirada que le entregaba?
¿Los nervios que su sola presencia le brindaban?
¿Las sonrisas bobas que se le escapaban?
Acaso, ¿ella los notaba?
Jean tenía la respuesta, una muy clara respuesta, pero se negaba a que ello fuese la realidad, se negaba que para ella simplemente fuera uno más, no un amigo, no un compañero, sino uno entre muchos.
Un suspiro salió de sus labios, sentía nuevamente esa angustia en su pecho, tomó asiento en una de las mesas del comedor y se apoyó en ella.
¿Cómo podía estar tan perdido por un amor?
¿Por qué de alguien que jamás lo voltearía a ver?
Porque sí, para ella solo existía una persona dueña de sus pensamientos, porque ella jamás renunciaría a su héroe y salvador.
Pero, él no la podía juzgar, después de todo él mismo estaba en la misma posición que ella, amando a alguien que no te corresponderá, o al menos eso parecía la situación aparente.
Dime, ¿algún día me mirarás con los mismos ojos que ves a ese chico?, o, mejor aún, ¿alguna vez me mirarás de una forma que solamente será para mí?
Suspiró nuevamente, notablemente frustrado, si tan solo pudiese arrancarse estos sentimientos llamados amor, si tan solo mañana despertara y cuando la viese sintiera absolutamente nada.
Su mano pasó con desesperación por su rostro, su respiración se volvió agitada y un nudo amargo se formaba en su garganta.
-¿Por qué tengo que amarte tanto? - soltó con molestia y dolor, sí, dolor, porque el hecho de amar y no ser correspondido era sumamente doloroso, porque el hecho de no poder olvidar cuando tú lo desees era una tortura asfixiante.
Jean solo quería olvidarla y centrarse en lo que era verdaderamente importante en ese momento, vidas corrían peligro, pero no él solo se encontraba comiéndose la cabeza porque la chica que amaba jamás le corresponderá.
-Maldición, ¿por qué soy tan jodidamente infantil? - su voz sonaba ahogada, ahogada de tanto callar y jamás contar.
¿Era egoísta pensar en su agonía infantil antes que la vida de muchas personas?
Si, claramente lo era, pero muchas veces en la vida necesitamos ser egoístas, velar por nosotros y no por los demás.
Su mirada se dirigió hacia la tenue luz de la luna que atravesaba los pequeños espacios de la estructura en la cual se encontraba.
Tal vez rendirse era una gran opción.
Sí, eso funcionaría, sin embargo, ya sería la tercera vez que lo intentaba, intento que terminaría, seguramente, en lamentarse justo como lo estaba haciendo en ente instante.
La tercera es la vencida, ¿verdad?
Después de todo ella no se daría cuenta de su alejamiento, ella no notaría la distancia que él pondría entre ambos.
Ella no notaría que dejó de mirarla.
No notaría que la evitaba.
No notaría que aguantaba las sonrisas que querían salir al verla.
Esa era la conclusión del martirio que se formó en su cabeza, ella jamás voltearía a verlo, ella jamás renunciaría al incondicional amor que tenía por ese idiota, jamás lloraría si llegase a morir, jamás se preocuparía si él estuviese en peligro, ella jamás lo amaría como él la ama a ella.
Un último suspiro con un atisbo de resignación salió de sus labios temblorosos.
Porque para ella él ya era invisible.
Todo en él tembló.
-Mikasa, ¿qué soy yo para ti? - solo un murmuro que se lo entregaba al viento para que así se perdiese junto todos sus sentimientos.
Y mientras que él terminaba de pensar en todo aquello que lo torturaba, ella, escuchaba esos cortos diálogos que salieron de él haciendo que tuviese sus propias dudas, ¿a quién amaba tanto?, ella quería intervenir y tratar de ayudar en algo, no solo escuchar la agonía de alguien cercano, pero, ¿qué podría decirle?, ella no era buena con las palabras, ella no era buena consolando gente, pero podría escucharlo y tal vez lograr que se desahogue un poco.
Cuando ella decidió moverse para ayudar, escuchó la última frase, en donde claramente estaba su nombre, ¿ella era la razón de su tortura?, sintió culpa, la cual fue acompañada de un gran rubor en su rostro, ella nunca pensó que alguien podía fijarse en una persona como ella, en una persona que solo pensaba en Eren y nadie más.
Más culpa.
Tal vez estaba tan cegada por Eren que jamás vio que alguien la miraba con amor, no amor fraternal ni de amistad, sino con ojos de un amor romántico.
Ella era una tonta, una tonta consiente que el amor por Eren era dañino y asfixiante, pero trataba de negarlo.
Tal vez debía cambiar, pero tenía miedo, tenía tanto miedo de soltar algo tan primordial para ella.
Su corazón golpeaba su pecho de manera rápida y fuerte, ella era amada por alguien, y eso la hacía sentir viva.
Tal vez podía empezar a mirar a otro lado.
Tal vez se permitiría iniciar lazos con la gente de su alrededor.
Y, quien sabe, tal vez de a pocos podría encontrar algo que nunca buscó en la gente.
Tal vez Jean se equivocó, tal vez para Mikasa él ya no era invisible, o al menos ya no lo sería.
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Espero que les haya gustado 😔👈, ya llevaba tiempo que quería escribir algo de ellos, no soy la mejor pero espero que se hayan entretenido un poco.
¡Gracias por leer!
Dibujito kk hecho por mí 😔
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Jeankasa One-shots
FanfictionUnos one shots de esta pareja que se me hace muy agradable, pensamientos, cartas y situaciones. Espero que sea de su agrado. Portada hecha por mí 😔