El chico de la librería. ❬TaeKook❭

04

Al llegar a su casa subió las escaleras hacia su habitación, rápidamente. Al entrar en está, se recostó en su cama, boca arriba, mirando el techo.

Suspiro suavemente, llevando su mano derecha a su pecho, sintiendo su corazón un poco acelerado. Se sentía un poco ansioso y nervioso, con sus manos sudando levemente.

Definitivamente había sido al nuevo, y quería volver a hacerlo, ver de nuevo a ese dulce chico de sonrisa geométrica. Su pulso se aceleró de solo pensar, una sonrisa risueña levantó sus comisuras.

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–Bueno, creo que ya terminamos por hoy.– Dice la instructora de JungKook, ya era lunes.

El castaño asintió, mordiendo su labio inferior. Levantó la mirada, viéndola con atención, preguntándose si decirle o no.

–Mm.– JiHye lo miro, cuando sintió un suave tirón de la manga de su suéter.

–¿Podríamos ir al centro comercial?– Su instructora quedó sorprendida, JungKook quería salir de la casa.

–Ah, no estoy segura, deberías decirle a tu padre.

–Por favor.– Junto sus manos en forma de súplica, y parpadeando varias veces.

Suspiro suavemente. –Esta bien, vamos, ponte una chaqueta.– Se levantó, y ambos fueron a la entrada, poniéndose sus zapatos y chaquetas.

Fueron caminando, en un ameno silencia, hasta el centro comercial. Al llegar, JungKook mira a su alrededor con un poco de pánico creciendo dentro de él, todavía seguía siendo algo nuevo para él.

Cuando estuvieron enfrente de la librería, vió hacia adentro. Voltio hacia JiHye, aún inseguro.

–¿Estás bien?– Le sonrió dulce, pensando en que le podría dar un ataque de nervios.

Respiró hondo y asintió, entrando al local, paso sus manos por su pantalón para quitar el leve sudor de ellas.

Su mirada se dirigió a la caja registradora, pero para su sorpresa no estaba el peligros, entreabrió sus labios.

–Hola, bienvenidos, ¿Les puedo ayudar en algo?– Les recibió una mujer de edad avanzada, con una suave sonrisa. Pensando que son madre e hijo, por sus cabelleras castañas y piel pálida.

JiHye miró al castaño dudosa, él le hice una seña para que se acercara, no quería hablar con la señora, le daba pánico.

–TaeHyung.– Le murmuró, esperanzado. Ella le vió confundida.

–¿Se encuentra TaeHyung?– Se dirigió a la anciana, JiHye.

–No, él trabaja nada más los sábados.– Dijo después de pensarlo.

–Okey, muchas gracias.– Hizo una reverencia, que el castaño imitó.

Al salir JiHye miró a JungKook atenta, con curiosidad de que el castaño buscará a alguien que no sea su padre, o el simple hecho de salir de casa a un lugar tan concurrido, como lo es el centro comercial.

Y él caminaba con la mirada gacha, ansioso y un poco decepcionado.

–Kook, ¿Quieres un helado, cariño?– Dijo para no presionarlo a decirle su repentino interés por el muchacho, esperaría a que se lo dijera.

Simplemente asintió, un poco abochornado, por decirle el nombre del chico.

Ella sonrió feliz de que el joven Jeon, por fin abriera sus alas pero empezar a volar alto, y apenas estaba emprendiendo vuelo.

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Estaba en su habitación, sentado en la cama, escuchando una canción cualquiera en la radio. Estiró su brazo cogiendo el libro envuelto en el empapelado mostaza opaco, vió un escrito en él, era la fecha en la que lo compra, sonrió tenue.

Se levantó, dejando el libro donde estaba, salió de su habitación, camino por el pasillo hasta las escaleras, bajandolas inhaló hondo, dándose valor para hablar con su padre.

Adentrándose en la cocina, vió a su papá tarareando canción desconocida para él y moviendo levemente sus caderas, mientras cocina.

Respiró hondo. –Papá.– El señor Jeon volteó sorprendido, pero luego sonrió en grande.

–Oh, Kookie. ¿Qué paso?

–Queria...– Hizo una pausa. –Queria, preguntarte si... Puedo ir al centro comercial contigo, pá.– Juego con los dedos de sus manos, nervioso pero viéndolo.

–¡Claro! ¡Sería fantástico!– Exclamó sumamente feliz de que su hijo le dijera eso.

Kook le dió una pequeña sonrisa, y su padre se merecía mucho más que una simple sonrisa, pero era lo único que le podía dar, le daba felicidad verlo tan feliz.

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670 palabras.