7. Recuerdos

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Los adultos presentes observaron con amor como Emma se quedaba profundamente dormida en los brazos de Clara, por la puerta se podía ver como se asomaban la cabeza de los dos ¨guarda espaldas¨ del señor Hugo Daniel, claramente era una escena linda para Hugo ver a su nueva hija dormir tan tranquila, se le notaba la felicidad en la miraba.

Hugo: creo que jugó mucho hoy *acariciando la cabeza de la niña*

Clara: jeje de hecho, cuando la deje en los juegos traía vestido y de la nada me la encontré hablando con su osito en el pasillo, es muy traviesa.

Ágata: *mirando a Hugo* espero que sean muy felices juntos, por cierto Daniel... ayer dijeron en las noticias, que llevaste equipo médico al asilo de ancianos, me sorprende y alegra que seas tan bondadoso...

Hugo: *sin dejar de mirar a Emma* como dije Ágata, no se me hace justo lo que el gobierno hace, si puedo ayudar, lo hare, no importa el cómo *sonríe*

Ágata: dios te bendiga siempre hijo *limpia sus ojos con un pañuelo* bueno... mejor tomemos nuestro camino, hay menos tráfico a esta hora y es un largo viaje, Clara tú me acompañas?

Clara: *acomoda mejor a la niña* si señora.

Emma, aun dormida, fue vestida y llevada al auto de la señora Ágata por clara, quien, a falta de una silla para bebés, se encargó de llevarla en los brazos, avanzando entre las calles de la ciudad y luego por la autopista, siguieron el auto de Hugo Daniel, pero de pronto la niña comenzó a moverse demasiado...

En plena oscuridad, una Emma adulta se encontraba caminando desnuda, sin rumbo, desesperada por comprender su entorno, comienza a correr asustada, todo siguió negro por unos momentos hasta que a lo lejos vio un destello brillante, pero a escasos metros de él, la joven adulta cae de rodillas.

Emma: aaaaa! Hee? *sorprendida* el suelo es suave...

Decidido seguir a gatas, cada vez que avanzaba, la luz se veía alejándose más y más de una forma extraña, mientras que su propio cuerpo, sin percatarse, comenzaba a rejuvenecer, de pronto la luz estaba encima de ella cegándola por completo.

Emma: ¿qué paso? *tallando sus ojos*

???: donde está mi niña?...

Emma: *congelada* esa voz... es real?... *comienza a llorar con sus ojos tapados*

???: awww estás haciendo travesuras?...

Emma: *se descubre los ojos al sentir que la cargan* en serio eres tú?...

???: hoooo que sucede? ¿Por qué lloras muñequita? *pone a Emma frente a su rostro*

Emma: *llorando estira sus brazos* PAPIIIII!!!!

Papá: *sonriendo* claro que sí!, papi llego *mira a la niña* hay, hija otra vez te quitaste el pañal? Jaja

Emma: *sonrojada* ño pañal mi gande *lo mira pensando* no puedo hablar bien!! qué pasa? ¿Porque papá está aquí?... aunque... *le toca la cara* te extrañe mucho papi.

Papá: si está bien, eres grande, una grande hermosura!! *le da muchos besos entre la mejilla y el cuello*

Emma: *ríe y piensa* jajaja, no importa que haya pasado, pero me alegra verte.

La niña lo abraza mientras es llevada al cambiador de la habitación para bebés, rápidamente había sido puesta en un gran pañal blanco con dibujos de perritos en la parte delantera.

Papá: bueno nena *baja a la niña en un corral de juegos* vamos a dejarte jugar un rato *sale de la habitación*

Sentada en medio del corralito Emma pudo observar como todo a su alrededor comienza a cambiar, su habitación poco a poco se hizo más para niña que para un bebé, aunque ella seguía siendo una bebé sentada en la esquina del cuarto con solo un pañal y chupando su pulgar. Al fondo se podía escuchar gritos provenientes de una discusión fuerte culminados por el fuerte sonido de una puerta azotándose.

La Agente EspecialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora