Prólogo.

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La oficina del Hokage estaba en silencio total, la noche había caído y la única luz que alumbraba la sala era la de la luna llegando a revelar al anciano en la silla detras del escritorio y parte de una máscara de porcelana frente al mismo.

El silencio era inquietante, casi abrumador para cualquiera que entrara a la sala, parecía que los ojos rojos detrás de la máscara de porcelana estaban anunciando silenciosamente algo a los ojos del viejo Hokage.

El viejo se enderezó y habló con su voz más profunda de lo que la mayoría de la gente había escuchado nunca, un tono autoritario que denotaba la seriedad del asunto.

—Informe.

El Anbu frente a él se removió la capucha dejando salir su cabello rubio salvaje, se levantó del suelo y se tomó su tiempo para responder.

Frascaso rotundo dijo denotando el tono femenino debajo de la máscara. El Anbu hizo una pequeña pausa y luego continuó. —Encontramos la base que Jiraiya-Sama nos dijo, pero era una trampa, Orochimaru le dió la información deliberadamente y todo mi equipo fue aniquilado, solo pude escapar gracias a su sacrificio— dijo la voz sin reflejar nada, estaba entrenada para eso, pero el viejo sabía que el Anbu estaba a punto de romperse ahí mismo. —La información detallada está en mi informe escrito, Hokage-Sama— dijo sacando un pequeño manojo de papeles de su túnica negra.

Hiruzen miró los papeles pero sin embargo no los tomó, se dedicó a mirar los ojos rojos detrás de la máscara que parecían devolverle la mirada. Finalmente la luz de la luna iluminó toda la máscara del Anbu mostrando el diseño de un zorro.

Entiendo, Kitsune, te veré mañana al mediodía para una reunión importante, hasta entonces puedes irte dijo el Hokage a lo que el Anbu asintió y caminó por la puerta.

La Anbu caminó por los pasillos hasta llegar a una ventana de la torre del Hokage para luego dar un salto hacia los tejados de la aldea.

La Anbu corrió hasta llegar a uno de los  complejos de apartamentos Shinobi en la hoja. Llegó hasta la entrada donde el vigilante simplemente le asintió y la dejó pasar.

La Anbu llegó hasta el 4to piso donde estaba su apartamento, sacó las llaves y entró.

Todo estaba en silencio, todas las luces apagadas, como si nadie más viviera ahí. El enmascarado caminó hasta su cocina donde se quitó la máscara y encendió la luz, el Anbu depositó la máscara en la mesa de la cocina. Para luego caminar hasta una pequeña estantería en la pared, levantó uno de los adornos y aplicó chakra en el sello dibujado debajo. Luego de unos segundos caminó de nuevo hasta la mesa y se sentó.

El silencio reinó durante varios segundos, el Anbu parecía no moverse ni siquiera un milímetro. La luz iluminó su cabello rubio sucio y su rostro fino que estaba sucio y levemente magullado. Parecía estar alrededor de sus 20's.

De la nada hubo un aumento de chakra, y en un parpadeo la mesa frente a la chica de destruyó en mil pedazos.

— ¡Maldicion! la chica gritó con una ira inmensa, sus ojos rojos clamaban por sangre, por el sufrimiento de alguien. Parecía como si un demonio acabara de tomar control de ella. — ¡Me cago en Dios si es que existe! — ella exclamó pateando la silla donde había estado sentada. — ¡Maldito seas Orochimaru! — ella gritó con furia, con un tono que si las palabras mataran Orochimaru habría muerto con una espada abriendolo desde su cerebro hasta su estómago.

La chica tiró todo lo que estaba sobre su estufa, tiró la nevera al suelo, y con un puñetazo de chakra destruyó uno de los estantes. Sus gritos se podrían haber escuchado en toda Konoha sino fuera por los sellos de privacidad en toda su casa.

— ¡Voy a matarlo! ¡Voy a matarlo! ¡NOOO! ¡Voy a...! ¡Voy a...! la chica tomó con su mano derecha su Ninjato que reposaba debajo de tu túnica. ¡VOY A...! la chica lanzó un tajo hacia su espalda hacia la repentina presencia que sintió detrás de ella.

La chica sintió como una mano tomaba su muñeca mientras un brazo la rodeaba intentado completar un abrazo.

—Ka...kakashi la chica quiso decir algo pero un pequeño "Shhh" la silenció al instante.

Detrás de ella estaba parada un hombre de cabello plateado puntiagudo, una máscara facial que cubría la mitad de su rostro y una altura bastante mayor a la de la chica. El hombre abrazó a la chica que era solo unos 4 años menor que él haciéndola empezar a calmarse.

¿Desde cuándo estás aquí? ella preguntó sorprendida.

Se supone que debías llegar hace 2 semanas...me preocupé por ti el respondió. ¿No puede un hombre preocuparse por su pequeña hermanita? — él dijo con cariño hacia ella que la hizo relajarse en su abrazo.

Kakashi la condujo hacia el sofá que milagrosamente no había sido dañado por el arrebato de la chica.

El se sentó con la chica en su regazo sin romper el abrazo mientras acariciaba su cabello rubio. La chica se estaba relajando y en el silencio de la noche ella empezó a sollozar.

Todos ellos...Kakashi, todos fueron asesinados por ese bastardo— la rubia dijo entre lágrimas. Kakashi...cada vez se aleja más...y ya han pasado 13 años...¿crees que...? ella dejó la pregunta en el aire.

Kakashi la abrazó con más fuerza sintiéndola quebrarse en lágrimas. Él sigue ahí fuera...puedo decirlo...y lo encontraremos, y acabaremos con ese bastardo— el dijo en su oído en lo que la chica empezó a llorar más fuerte. Kakashi apretó los dientes y simplemente estuvo ahí para ella...hasta que ambos se quedaron dormidos.

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FINAL.

"Wherever they run, i will find them"

—Sova.

La Anbu (Casi) Perfecta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora