No lo hagas - Justin Bieber #PGP2016 | #HFA's 2016

Capitulo 10

Justin Bieber POV'S

Me senté en mi sillón favorito, esperando a que mi tío hable.

A mi costado derecho se sentaba Joshua, mi primo mayor y a mi costado izquierdo Thomas, mi primo menor.

Chicos... tengo un nuevo trabajo para ustedes, junto con los demás del grupo. -Se acomodo, tomando un sorbo de su whisky.-

Estamos pensando en darle un susto al encantador Sr.Clairy, ustedes ya saben lo que él hizo en su pasado y ahora debe pagarlo.

¿Nos ayudaran verdad? -Pregunto fulminándonos con la mirada.-

Mis dos primos asintieron enseguida y yo me quede mirando al vacio por unos instantes.

¡Justin! -Grito Fred.-

¡Si joder, ayudare! -le respondí de mala gana.-

Perfecto, el plan es el siguiente... el día Sábado a la madrugada iremos a su casa y tomaremos como rehén a su esposa, el no estará para esa hora. Todos sabemos que es la persona más importante en su vida, su debilidad.

La soltaremos a los dos días, es solo para asustarlo y darle a entender que no se podrá olvidar tan fácilmente de nosotros, lo queremos de vuelta. -Comento serio con su voz gruesa.-

Tú Joshua -le paso un arma.- usaras esta para asustarla y sacarla de allí. Thomas tu vigilaras la entrada principal y Justin ayudaras a cargarla en la camioneta, los demás y yo nos encargaremos del resto.

Acepte haciendo un movimiento de cabeza y volví mi mirada a la televisión, tome el control y comencé a hacer zapping.

Me acorde de mi madre y me levante, yendo a su cuarto.

Toque la puerta y oí un "pase".

¡No te quiero ver! Vete ahora -murmuro.-

-La abrace.- Perdón, perdón, perdón mamá no estaba pensando en lo que hacía, perdí el control, soy demasiado impulsivo solo no quiero que me veas como un egoísta, yo si pienso en ti, en cómo has sido la mujer más luchadora estos últimos años, en lo fuerte que eres para aguantar todo esto. Solo entiende que es demasiada presión para mí no sabes cuánto te quiero a ti y a mis hermanos y no los dejaría por nada en el mundo. -sentí un poco de humedad en mi buzo y me di cuenta que ella estaba llorando.-

Ya no llores, lo siento tanto por todo, esto no te lo merecías, eres una persona grandiosa y tienes que seguir adelante como lo haz hecho siempre.

Mi niño grande, se que a veces no estoy presente como lo desearía, pero tus palabras hacen que no me sienta culpable, también te quiero, te quiero muchísimo y te perdono, todos cometemos errores y lo sabes muy bien, nadie es perfecto Justin, grábatelo en la cabeza. Perdóname tu también por haberte dicho egoísta, no lo eres, para nada siempre tratas de dar lo mejor para complacer a todos y se lo mucho que te esfuerzas para que todo esto no te afecte más de lo que ya lo ha hecho. -Cerró su boca tratando de no soltar un sollozo y limpio sus lágrimas.-

¿Entonces estamos bien? -pregunte.-

Mejor que nunca -sonrió.- Tus hermanos están en el colegio, ¿podrías luego pasarlos a buscar? -dijo.-

De hecho es genial, luego los llevare a algún parque, ya sabes tiempo de hermanos -reí.- Mamá desde hace mucho he querido preguntarte algo

Dime -se dirigió hacia el baño y comenzó a lavarse su cara.-

¿No has pensado en que tendríamos que mudarnos al departamento que tenemos? Digo, creo que es mejor para que convivamos en familia, me refiero a Simón, Maia, tú y yo, nadie más -mencione esperando su respuesta.-

Lo pensare, es una muy buena idea -seco su cara con una toalla y me miro sonriendo de lado.-

Perfecto, piénsalo y cuando decidas coméntamelo -me acerque hacia donde estaba ella y le di un beso en su mejilla.- Voy a buscar a los pequeños, luego nos hablamos.

Abandone la casa y entre a mi auto acomodándome en el asiento y tomando entre mis manos el volante.

Simón y Maia son mis hermanos pequeños, realmente son las personas más inocentes y tiernas del mundo.

Ellos van al colegio como personas normales, no porque fuéramos criminales no van a estudiar, digo es algo realmente importante en la vida de un niño ir a la escuela. De hecho yo la he terminado hace dos años y debo admitir que extraño un poco a mis amigos y a los insoportables de los profesores.

Estacione frente al edificio de educación y espere a que ellos salgan.

Preste atención al sonido de la campana, haciendo que todos los pequeños salgan disparando hacia sus madres, o yo que se quien los vendría a buscar.

Baje del auto y me apoye en mi puerta.

Percibí unos pequeños brazos rodeando mi pierna y supe que era Maia.

-¡Hola chiquitina! ¿Cómo estás? -bese su mejilla alzándola a upa como si fuera un bebe, pero claro que no lo era, ella ya tenía seis años.

-Hola Justy, estoy bien, gracias por preguntar -sonrió haciendo que en su mejilla se forme un pequeño huequito.

-Me alegro entonces, ¿dónde está Simón? -pregunte al no encontrarlo cerca.

-Él me ha dicho que iba a decirle algo a un amigo y luego volvía para aquí -miro hacia su lado derecho y apunto con su dedo.

Vi como reían entre ellos, se veía realmente feliz, me alegraba mucho que se sientan personas normales y no diferentes.

Luego de unos instantes el volvió corriendo.

-Hey bro! -choco su puño con el mío e hizo una mueca.

-¿Qué tanto te causaba risa hermano? -interrogué curioso.

-¡Ah nada! Solo le contaba lo divertida que era esa película que hemos visto la otra vez ¿recuerdas? -añadió subiéndose a la parte trasera del auto.

-Si, lo recuerdo -le sonreí. Abróchense los cinturones, iremos al parque.

Encendí el auto y nos dirigimos al parque central de Seattle.

Me senté en una banca cerca de los juegos, así mantendría mi mirada en ellos. Eran tiernos y todo, pero eran demasiados traviesos.

Tome una bocanada de aire, al fin me sentía liberado de todo el estrés de las últimas cuarenta y ocho horas que habían pasado.

Me dispuse a pensar en el nuevo plan de mi tío, otro trabajo. Hace cuanto no teníamos uno así.

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