Mi mama me llevara a su Iglesia hoy, dijo que eso sería mejor que cualquier psicólogo y estoy bastante nerviosa.Motivo: No sé.
Fuimos andando ella mi hermanito y yo, hasta llegar a una pequeña casa de ladrillo en tonos beige y blanco.
Una linda melodía de fondo se escuchaba al entrar. Un señor nos recibió con un cariño extremadamente raro, ¿Por qué? Nunca había visto a alguien tan feliz en mi vida, su sonrisa era contagiosa y le regale una de las mías.
Todos se saludaban con todos, sin importar si te conocían o no, de seguro si me conocen a mi, pero yo no recuerdo muchas de sus caras, solo a la familia vecina.
Cuando los saludos terminaron, nos ubicamos en las sillas e hicieron la oración de inicio, así le llamo el Pastor que hablaba desde el púlpito.
Cerré mis ojos, y con la mano en mi corazón, le pedí paz para mi familia y para mí.
Las explicaciones que se dieron fueron muy amenas, y no aburridas como pensé que serían, me reí una que otra vez, y solté unas cuantas lágrimas con unas canciones, que llamaban adoración, así como llamaron a la chica de la adoración, si en mi cabeza la registre con ese nombre, es una chica menuda con sonrisa dulce y lentes mucho más grandes que sus ojos.
Sentí como si mi vida no tuviera problemas, liviana como una pluma y que Dios me había escuchado, sentía paz.
Llegamos a la casa y estaba mi papa, y si, sigo teniendo problemas.
—¿Qué haces aquí, Marcos? —Pregunta mamá comenzando a alterarse
—Esta es mi casa y puedo venir las veces que me de la gana —Contesta soberbiamente
—¡Dejo de ser tu casa cuando tu fuiste con esa! —Le grita
No importa la edad que tenga, esto siempre me causará querer meterme debajo de la mesa, y al mismo tiempo abrazarlos y que no se griten más.
—Mami, no me siento bien, vayamos a mi cuarto, no le hagas caso, ya se irá. Por favor —Le digo al borde del llanto.
—¿Puedes quedarte hasta que se vaya? por favor, mama —Pido cuando entramos a la habitación.
—Estaremos bien, cariño, tranquila, Dios es bueno. —Me consuela cuando seguro ella está peor.
—Mami, hermanita papi ya se fue —Mi hermano toca la puerta y me levanto a abrirle
—Despertaste pequeñín —Mama lo abraza cuando se acerca a ella
Mamá lo lleva al baño a lavarse los dientes, y yo quiero arrancarme el cabello.
Motivo: Me siento muy, muy frustrada.suena mi celular.
Axel
Hola, princesa. ¿Cómo estas?
Veo su mensaje, y lo ignoro, al menos en el celular, en mi cabeza vaya que no puedo. Suena de nuevo
Axel
¿Que pasa princesa, te moleste?
Pienso que va dejarlo estar, y me lanzo a la cama para seguirme quejarme de la vida y todo lo relacionado con ella.
Suena el celular y está vez es una llamada, al tercer repique me armó de valor y contesto.
—Eeh, hola —Contesto
—Hola, ¿te pasa algo, Melodie? ¿He hecho algo mal? —Cuestiona
—No es nada, solo no me siento bien.
ESTÁS LEYENDO
Comenzando a volar
Teen FictionMelodie fue una dulce y alegre pequeña, hasta que una tragedia familiar cercenaría su personalidad y transformaría su forma de ver la vida. El miedo y la melancolía la convertirían en una víctima fácil de la dependencia, la manipulación y el engaño...