Barbie rockera. Capítulo VI

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Hay sonrisas que no son de felicidad, sino de un modo de llorar con bondad. –Gabriela Mistral

CAPITULO 6

Un ruido se escucho en las afueras de mi ventana haciendome saltar un poco del susto, las ramas del arbol chocaban contra el cristal por los vientos que provocaba la lluvia torrencial en esa tarde. Londres se caracteriza por su carácter lluvioso y su cielo nuboso y gris. Una gran cantidad de precipitaciones azota a la ciudad durante todo el año, así como temperaturas suaves tanto en invierno como en verano. Regresé mi vista a mi computadora y volví a escribir el reporte de Psicología.

Cuando las clases habían terminado ese no había vuelto a ver a Dave ni a mis amigas, estaba tan distraída. El encuentro con Nathan a pesar de no haber sido malo me había dejado en duda. Podía sentir algo en el, algo peligroso. No tenía nada de confianza en él y sinceramente no pensaba que la volviera a tener algún día con alguien del sexo masculino, tal vez ni si quiera con Myers.

Las cosas que habían pasado los últimos meses me hacían saber que sería así.

Cuando mi madre murió la mayoría de personas en el pueblo se lamentaron, ella era un miembro de la comunidad que favorecía tanto a su propia familia, como a los demás. Era altruista, bondadosa y, a pesar de todo, fuerte. Yo por mi parte, no me podía creer que la mujer fuerte que nunca dejaba de sonreír y era buena en todo se hubiese ido por un acontecimiento tan insignificante. Pero entonces recordé.

Recordé a la mujer que sufría detrás de aquella sonrisa, recordé como lloraba en su cama durante la noche cuando creía que nadie la escuchaba, pero yo lo hacía. Lloré con ella silenciosamente al otro lado de la puerta. Lo recordaba.

Lo que hubiese hecho yo por ayudarla a secar sus lágrimas... Pero ella necesitaba su espacio, sabía que si entraba ella dejaría de llorar y me diría que todo estaba bien, no dejaría que le mirara sufrir y no por orgullo o alguna otra cosa. Ella quería mantenerse fuerte para nosotros.

Los días transcurrieron de manera normal y cuando los chicos y yo nos juntamos con Nathan para el trabajo este no apareció, ni al día siguiente, ni al siguiente, pero sorprendentemente el ya no estaba en nuestro equipo y cuando le pregunte al profesor este me informo que él había solicitado entregar el trabajo por su cuenta ya que saldría de la ciudad. Todo volvió a la normalidad en el aula. Hasta después de dos semanas de iniciar clases.

Llegué a la escuela más temprano de lo que debería, el salón tenía la puerta cerrada y la luz pasaba por debajo de esta.

—Sigo sin entender cuál es el problema Nathan, se supone que esto es fácil para los de tu clase. —Detuve mi mano a unos milímetros del pomo de la puerta al escuchar la suave voz de una chica al otro lado de la puerta, no era una voz que conociese...

—No puedo solo acercarme así, solo dame algo de tiempo....—  Hablo por lo bajo Nathan, con su despreocupada voz de siempre, pude notar un cierto matiz de desesperación en esta, pero lo disimulo muy fácilmente.

—Tiempo es lo que no tengo—  Escuche un golpe tan fuerte como si se hubiese lanzado una silla contra una pared así que abrí la puerta, pero lo que me encontré fue un poco más comprometedor y me arrepentí de haber entrado.

Nathan se encontraba en el asiento del profesor con una chica en el regazo, ella lo miraba furiosamente, pero muy en el fondo la mirada que se compartían el uno al otro era de amantes. Cuando entré en el salón y caminé hacia mi asiento ellos no se inmutaron de mi presencia, o eso era lo que creía hasta que después de dejar mi bolso sobre la banca me di vuelta encontrando a la chica que antes estaba furiosa con Nathan, frente a mí. Invadiendo mí espacio personal. Alta, aun más que yo, extravagante en su forma de vestir, bonito cuerpo y hermosos ojos color negro de los cuales casi no podías distinguir el iris de la pupila, excepto por que este era ligeramente más claro que la pupila. Estaba maquillada con rímel negro, había delineado sus ojos con un lápiz del mismo color que el rímel y muchas sombras de ojos en una variedad de colores oscuros que bien podían ser morado o azul marino haciendo el efecto "ahumado" en sus grandes ojos. En los labios llevaba un labial rojo oscuro. Su cabello era largo hasta los hombros y despeinado, estaba teñido de azul, un azul eléctrico. Su vestuario se conformaba de  pantalones skinny negros, que a diferencia de Nathan no parecían desgastados, al contrario, parecían recién comprados y Doc Martins negros en los pies, llevaba un tipo corsé en la parte superior que le acentuaba y definía la cintura y sus curvas. Era la barbie rockera perfecta. Y me miraba como si yo fuera la cosa más rara que hubiese visto en toda su vida. 

Nathan se levantó del escritorio y no pude evitar dar una repasada a él mientras caminaba a su asiento. Así como no pude evitar estremecerme cuando su mirada gris se encontró con la mía. Ese día se había puesto los mismos pantalones negros con una pequeña cadena a un lado combinados con unos vans negros con blanco impecables. Al parecer su cazadora se había quedado en casa, pero eso no reducia que se viera increiblemente sexy con la camisa negra que resaltaba sus brazos. Su cuerpo era musculoso, pero no exageradamente. Tenía un cierto toque de fragilidad en su figura.

—Hola! — La suave y sensual voz de la barbie gotica me sacó de mis ensoñaciones... ¿Ensoñaciones? ¿Con Nathan? Debía estar loca...  Volví la mirada a la chica intimidante que tenía enfrente —Mi nombre es Erith, he de suponer que eres Scarlett. He estado esperando por ti desde hace mucho tiempo —.




¡HOLAAAA! Al fin capítulo, eh? Gracias por leerme y no se olvíden de votarme y comentar que les pareció. Los quiero mis lectores y lectoras hermosos y hermosas xD Hasta luego ;)

At The End (Al final...)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora