¿Quién gana al final? Capítulo VII.

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 "Cuando se está en medio de las adversidades, ya es tarde para ser cauto." –Séneca (2 AC-65) Filósofo latino.


CAPITULO 7

—Realmente creo que nunca antes me gustó tanto la clase de deportes. — Leah estaba sentada a mi lado derecho en las gradas de la cancha de futbol. El profesor nos había dejado hacer unos cuantos ejercicios, abdominales, sentadillas y vueltas a la cancha. 

Mi mirada se encontró con la de Erith, quien se encontraba en el extremo opuesto de la cancha en donde estaba yo, en un par de shorts deportivos negros y una blusa de tirantes negra con azul también. Su piel blanca se veía increíble en la luz del sol, casi como si brillara y su cabello se veía largo aun sujetado en una coleta alta, su cabeza azul resaltaba sobre las chicas que le rodeaban. 

—¿Lo dices por la chica engreída de haya que sólo nos mira como si quisiera decir "Soy mejor que ustedes, perras" o por el concurso de resistencia entre Dave y el chico... Nathan?— Le preguntó con sarcasmo Chelsea que estaba haciendo estiramientos, de seguro estaba por iniciar a correr con la intención de "demostrarles" a los dos chicos que corrían al rededor de la cancha, quien mandaba.

—Obvio que por Nathan, digo... ¿es que no lo estás viendo?— Le dijo a Chelsea sin dejar de ver al pelinegro, cuando no le contestó y rodó los ojos Leah me miró haciendo pucheros. —Scar, dime que tú si puedes ver lo sensual que se mueve al correr— 

Desvié mi mirada de la de Erith y fruncí levemente el ceño, llevé la vista hasta el extremo sur de la cancha, donde efectivamente dos chicos corrían por muy delante de otro grupo más grande de chicos. Nathan y Dave iban a la misma altura, pero mientras que en Dave el esfuerzo se hacía notable, en Nathan parecía más como si estuviese dando una vuelta por el parque. 

 —Oh, bueno, al fin alguien a parte de mi le va a enseñar a ese tarado que no es bueno en todo— Sonreí ante el comentario de Chelsea justo cuando mi mirada se encontró con la de Dave. Él me sonrió de lado formando una sonrisa encantadora y cuando miré a su lado Nathan me lanzó una mirada burlona.


Cuando ambos pasaron junto a Erith, ella tomo a Nathan y acercándolo completamente a sí misma le plantó un beso increíblemente apasionado e intenso para estar en público —Joder, que deberían de conseguirse una habitación— Gruñí ante la PDA** mientras Leah se reía detrás de mí. 

—Si no te conociera mejor, diría que estás celosa Scar— Rodé los ojos y sonriendo le miré a ella.

—Realmente no es mi tipo— 

—¿Alto, guapo, sensual, inteligente y atlético no es tu tipo?— 

—Chico malo, con ese aura de peligro... No. No es mi tipo— Le corregí levantándome de mi lugar en las gradas y bajando por estas hacia el pasto abajo donde podría empezar a calentar y trotar.

En realidad mentía al decir eso,  ¿a quién no le gustaban los chicos malos? Honestamente a las chicas nos atraía el peligro que emanaban de los poros de su piel. Pero Nathan era...  Definitivamente peligro y sensualidad envasada en un extremadamente atractivo exterior.

Y mientras él estaba ahí, fulminado con la mirada a la chica de cabello extravagante que le hacía pucheros y jugueteaba con su playera, Dave se acercó hasta mi. 

—Comenzaba a asustarme al no verte bajar de aquellas gradas, creí que te sentías mal— Me sonrió. Era verdad, yo no era atlética como Chels, pero no era de las que se quedaban sentadas a ver los chicos correr como Leah. Me gustaba hacer estiramientos y definitivamente correr, pero la caminata era lo mío, ir lento, observar al rededor. Eso era relajante para mi.

—Si estuviera enferma ni siquiera estaría en las gradas Myers—

—¿Segura? Yo no querría tener que lidiar con el profesor Smith—

El profesor John Smith era un fiel a la creencia de "Entrena duro, pelea más fácil", musculado y algo joven era uno de los profesores más estrictos en el instituto. Ciertamente nadie quería tener alguna discusión con él y ser expulsado.

—Probablemente me lo replanteé— Contesté haciendo una mueca y él rió. Comenzamos a trotar en silencio. Desde que mi madre se había ido y las clases se acabaron, mi vida no estaba llena de actividad física cada dos por tres como el año pasado, estaba muy por debajo de mis capacidades iniciales. El médico familiar me dijo que si quería podía hacerme un examen médico donde no se me permitiera hacer mucho ejercicio. Pero yo no quise, ¿que mejor para aclarar la mente que estar al aire libre? Siempre que estaba en casa me sentía triste, sola a pesar de mis hermanos.

Pero sobre todo me sentía observada.

Y no en la forma de "mis hermanos siempre están al pendiente de que no vaya a cometer alguna locura como suicidarme" o algo así. Era más como... algo que me miraba y cargaba todo el aire alrededor con esa pesada sensación, pero no siempre estaba ahí.

Un escalofrío recorrió mi piel, no sabía por que hasta que miré al frente, Nathan estaba parado observándome. Su mirada pasaba entre Dave y yo, parecía que quería reír, pero no podía comprender por qué, —¿Scar?— hasta que Dave me sacó de mis pensamientos mientras me miraba algo divertido esperando una respuesta.

—¿Qué pasó?— Pregunté mientras sentía mis mejillas calentarse ante el inminente sonrojo que sabía que se estaba presentando en mi cara. 

Sonriendo amablemente Dave me miró a los ojos —Yo estaba preguntándote... Baile de bienvenida, tu y yo... ¿Quieres ir al baile de bienvenida conmigo?—



**: PDA son las siglas en inglés de Demostración de Afecto en Público, que se traduce básicamente a tener actitudes por demás cariñosas con otra persona (habitualmente besos o más con tu pareja) en presencia de otros.

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⏰ Última actualización: May 09, 2015 ⏰

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