-¿Hola?-pregunté atendiendo mi teléfono.
-Finalmente, estaba preocupado, te mande miles de mensajes.-dijo él desde el otro lado.
Rodé los ojos y doble hacia la derecha. La tarde era fría, pero ya faltaba menos para que la primavera llegara y todas las camperas y remeras manga larga dejaran de fastidiarme.
-Lo lamento, estoy llegando a tu casa.-declaré.
-¿Vienes en tu auto?-preguntó, su voz estaba un poco ronca; estaba segura de que hacía poco se había levantado de la siesta. Amaba eso.
-No, le preste el auto a Vanesa.
-Oh, si, hoy tenía una cita con Alex.-murmuró más para él que para mi.
-Aja.-formulé.
Vanesa y Alex habían estado saliendo por un tiempo, conociéndose y eso; eran adorables, completamente diferentes el uno del otro.
Un silencio pequeño se hizo presente en la llamada, solo podía escuchar su respiración del otro lado. Quería verlo, lo extrañaba bastante, ya que hacía dos semanas que no lo veía.
Su edificio apareció frente a mis ojos y mi corazón comenzó a latir de ansiedad.
-Ya casi estoy en la puerta.-anuncié.
Escuché un ruido al otro lado del teléfono, y luego silencio. Confundida, mire la pantalla y vi que la llamada se había cortado. Me encogí de hombros y guarde mi celular, no iba a llamarlo nuevamente ya que estaba literalmente a unos metros de mi.
El viento movió mi cabello haciendo que este quedara en mi cara, frente un instante y lo corrí. Recientemente había cambiado mi color verde a uno morado, eran tiempos de grandes cambios, o por lo menos eso decía Silvia cuando decidía hacer algún cambio en su cabello. Sin embargo, no sabía que otro cambio podría tener mi vida; todo había girado hacia un camino diferente cuando Rubén decidió entrar en ella.
Suspire y decidí retomar mi pequeño camino, sin embargo, no llegué tan lejos, ya que cuando levanté la mirada hacia la puerta del edificio, unos ojos color miel me miraban expectantes y brillosos.
Sin pensarlo tanto, y actuando como en las típicas películas románticas, solté is cosas y corrí hacia ese chico tan especial, al cual había extrañado exageradamente en un corto periodo de tiempo.
Sus brazos me recibieron, dándome una bienvenida cálida.
-Te extrañe.-murmuró en mi cuello y sentí como dejaba un beso allí, dándome escalofríos.
No le respondí, él sabía que yo también lo había hecho; así que solo me dedique a disfrutar de su hermoso abrazo. Escuché a su corazón latir casi con tanta fuerza como el mío, y me emocioné.
Sin embargo el clima era frío, y a pesar de que nuestros cuerpos podían darse calor, el viento que pasaba sobre nosotros estaba comenzando a hacer efecto.
-¿Quieres entrar?-escuché su pregunta en mi oído y asentí, con mis dientes temblando.
Cuando Rubén noto como el frio había actuado sobre mi, comenzó a reír.
-Eres muy linda.-admitió y tomó el bolso que había dejado caer unos segundos antes de su caliente abrazo.
Rodé los ojos y seguí sus pasos; no pude evitar que una sonrisita cruzara por mi rostro. No era algo anormal que Rubén dijera esas cosas, y si, al principio me había costado un montón acostumbrarme a eso, ya que no podía creerlo, sin embargo ahora era un poco normal en mi vida despertar con mensajes diciendo lo hermosa que era.
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Para toda la vida (2da temporada de LCPPU) elrubius y tu
FanfictionY estaremos juntos, pase lo que pase.