¡Esto Es Una Mierda!

No puedes estar aquí

Las videollamadas con Sam se hacen cada vez más frecuentes; no sé muy bien por qué si simplemente nos podemos escribir y, por lo general, no me gustan mucho. Por desgracia, vivo en una casa de entrometidos, mi puerta estaba abierta, y pues Stace a veces es "curiosa" por no decir metiche de mierda.

—¿Estás hablando con tu novio? —preguntó entrando a mi cuarto.

—No tengo novio, lo sabes —contesté.

—¡¿Y yo qué soy?! —gritó Sam desde el teléfono.

—¿No que no tenías novio? —me preguntó con sarcasmo.

—No tengo. Este solo es un delulu. Ahora, largo de mi cuarto.

Seguí hablando con Sam hasta tarde; se quedó dormido. La mitad de su cara estaba aplastada en la almohada; se veía muy tierno a pesar de que estaba babeando un poco.

{Terra, no empieces con tus estupideces. Sam es tu amigo, A M I G O}

Dejé mi celular recargado en la mesita de noche; según yo seguía hablando con él, pero al parecer estuvimos toda la madrugada en llamada porque me desperté cuando su madre lo fue a despertar a él.

—Sam, ya levántate —le dijo su madre.

—Cinco minutos más —se quejó.

—Ponte esto —su mamá le aventó la ropa y salió del cuarto.

—No jodas —fue lo último que escuché antes de que cortara la llamada.

—Dice mi mamá que ya te levantes —me dijo mi hermana con el cepillo de dientes en la boca.

—No molestes, tú ni la pijama te has cambiado.

—Yo mínimo me estoy lavando los dientes.

Tuve que despedirme de mi amada y cómoda cama para vestirme, hacerme el skincare y arreglarme para ir a la escuela. Bajé, tomé una manzana y me fui.

Buscaba mis libretas del primer término cuando unos golpecitos se oyeron en la puerta de metal de parte de mi vecino.

—Ten, me lo dio mi hermana —Sam me dio un folleto azul claro.

—Ten. Mi hermana me dio el mismo.

—Vamos a clase, ¿te parece?

—Sí, es muy temprano para saltarse clases —respondí y ambos empezamos a caminar hacia nuestro salón.

—Oye, ¿te puedo preguntar algo?

—Sí —respondí confundida.

—Es que puede que suene mal o muy directo.

—Está bien —me reí.

—¿En serio eres adoptada? Es que ayer hiciste un chiste y no sé si era chiste de "jajaja trauma" o chiste, chiste, ¿sabes? Pero se me hacía grosero preguntar y no quería que pensaras que era un grosero.

—¡Wow! Pregunta fuerte, pero sí. Cuando veas a mi familia te vas a dar cuenta, es muy obvio —me reí.

—Hablando de... ¿cuándo voy a conocer a mis suegros?

—No son ni van a ser tus suegros —Sam rodó los ojos—. Tenemos que terminar el proyecto de biología. ¿Lo terminamos en mi casa?

—Vamos a la mía —él asintió y entramos a clases.

Después del primer periodo, ambos salimos de nuestros salones y nos quedamos embobados por nuestros crushes. Yo por Louie Miller: alto, castaño, pelo largo, complexión media, lindo; y Sam por Sophie Milles.