Hola, soy Jessica. Nací en un pequeño pueblo llamado Nonk-Hill, muy alejado de las ciudades vecinas; muchos dicen que es un pueblo fantasma, el pueblo olvidado. Desde muy pequeña quedé huérfana, el dolor por la pérdida de mis padres me lleno de inseguridades, la vida no fue nada dadivosa conmigo.
Aún recordaba esos gritos, los gritos de mis padres, tan desgarradores como penetrantes en la memoria.
-¡Jessica, corre!. - Gritaba papá, yo solo me quedé ahí, pasmada sin saber qué hacer, mis pies estaban clavados al suelo, no podía moverme.
-Hija ¡Hulle! - La voz de mamá me atrajo a ella. Mi padre estaba atado de manos y pies mientras que mi madre estaba siendo atacada por unos hombres encapuchados.
-¡Vete!- Fue lo último que escuché decir a papá cuando alguien me tomó de la mano y me guió lejos de allí.Todo estaba muy oscuro, nunca había sentido tanto pánico como ahora, nunca me había quedado sin saber qué e decir o qué hacer, pero claro, solo tenía 5 años, era normal que me quedara sin nada qué hacer. Desde ese momento he estado sola, nunca supe quién me ayudó a escapar, o si solo fue mi imaginación.
Han pasado 10 años desde aquella tragedia, y aunque no tengo conocimientos ni he ido a una escuela, mamá se había encargado de enseñarme lo necesario, cómo leer, escribir y contar, y vaya que contar ha sido una de las cosas que más me han ayudado en este tiempo. He estado viviendo en el bosque, con algunas ramas y palos, logré construir un fuerte para cubrirme de las lluvias y los intensos rayos del sol, a veces creo que mis papás están a mi lado y me cuidan, o quizás es la soledad que me hace sentir este tipo de cosas.
¿Es real?
No lo sé , no confío ni en mí . A veces no sé que pienso, si soy cuerda, o si simplemente ya perdí la cordura y escape de algún lugar.
Me parece tan estúpido pensar que podría tener a alguien a quien le importe. Siempre he estado sola y quizás así esté siempre.
La noche se hace presente, me tocó aprender a vivir, cazar, encender fogatas, poner trampas para estar a salvo, y a entrar a escondidas a tiendas de las cuales tomo comida y provisiones, ropa y otros utensilios que he llegado a necesitar, incluso en algunas ocasiones me he quedado en lugares muchos más cómodos que mi refugio, el cual poco a poco he ido remodelando y adornando.
Cuando mis padres murieron y fui arrastrada lejos de su ubicación, fui llevada a la ciudad, un lugar bulloso, con muchas personas las cuales me veían de manera incómoda , fea, de una forma que me hacían sentir como una basura en piso de mármol. Lo cual me enseñó a no dejarme pisotear, fuí insultada por pedir algo de comida en algunos lugares, por querer ganarme un plato de comida fuí tratada como ratera, en lo que tuve que convertirme para sobrevivir.
Al cumplir 15 años, decidí dejar esa vida tan horrenda, pues no me agradaba en nada tomar lo que no me pertenece, pero debía hacerlo para sobrevivir. Lo último que robé , fueron algunas cosas para vestir decentemente e ir a buscar algún empleo, con el cual podría pagar todo lo que había tomado, porque si bien es cierto, en estos 10 años he guardado todas y cada una de las hojas en las cuales escribí lo que debía pagar y el lugar. Se que quizás sea tarde, pero quiero pagar mis deudas de alguna manera.
Fui a la ciudad en busca de algo que hacer y poder ganarme algo de dinero para ir reuniendo. Llegué a un lugar donde había un letrero que decía "Se solicita personal de limpieza", supongo que es algo fácil, era lo que pensaba y realmente lo esperaba, ya que no entiendo algunas cosas, pero he visto como limpian los vidrios de las tiendas, los pisos y esas cosas. No me parece algo difícil de hacer, pero no puedo asegurar nada.
Me decidí a entrar, el dueño me preguntó mi nombre, si estudio, de donde vengo, si contaba con experiencia alguna y si tenía disponibilidad inmediata, a lo que respondí:
Mi nombre es jessica, no estudio, vengo de un pueblito lejano, no tengo experiencia alguna pero sí muchas ganas de aprender, y cuento con disponibilidad inmediata. El Señor cuya contextura gruesa, y porte bien formado, de unos cuarenta y tantos años, me miró como estudiandome
, buscando algún tipo de respuestas, o yo que se, solo sé que realmente necesito el empleo y debo conseguirlo.-Señor... - Dije llamando su atención- sé que soy joven y que quizás no cuento con la experiencia necesaria, pero realmente tengo muchas ganas de trabajar y ganarme la vida honradamente, mis padres murieron y estoy sola en el mundo, desde entonces vivo en un refugio que yo misma construí, pero me gustaría poder lograr mucho por mí misma, me gustaría poder tener la oportunidad de demostrarle que puedo dar más de lo puede ver.
Realmente esperaba poder convencerlo, no sé hacer muchas cosas, pero me encantaría aprender, salir adelante. Lograr tener un lugar cálido y cómodo dónde vivir, desearía no estar sola nunca más... Es horrible sentir ese sentimiento de abandono, soledad, da miedo, miedo a quedarse con esos sentimientos de por vida.
-Cristian, mi nombre es Cristian jovencita - Dijo él.
-Mucho gusto señor Cristian, mi nombre es Jessica - Me presenté , sí que había sido mal educada, llegué pidiendo empleo y ni me había presentando ¡Tragame tierra!.
-Es un placer conocerla Jessica - Pronunció, a leguas se notaba que es un señor bastante educado.
-El gusto es mío señor - Estaba tan nerviosa que hasta la voz me tiembla.
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¿Realidad?
De TodoJessica, es una joven de corazón noble, inseguridades y un gran dolor que desde su niñez lleva consigo. Pero, ¿todo será real?.