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Soobin aspiró profundamente, el aroma de su omega que se había intensificado, no desecharía la oportunidad que la diosa Luna le había dado. Pero obviamente sus planes eran siempre interrumpidos.
—Suelta a mi hijo Choi Soobin—¡Uhg! Justamente tenía que aparecer el padre de Yeonjun utilizando su voz de mandó que para nada le había afectado al lobo de perfecto linaje.
—No, usted apartece de nosotros—Respondió Soobin haciendo al Alfa mayor gruñir. Si el padre de Yeonjun era un Alfa demasiado posesivo con su familia y es que esté tenía solo a 2 Omegas que proteger, y esos Omegas solo eran Yeonjun y su Madre. Si alguna vez tuvo que darle el pase a los Alfas Choi es por qué el padre de Soobin y el son muy buenos amigos.
—¡Yeonjun!—Llamo a su hijo pero este estaba aferrado al cuerpo de Soobin sin intenciones de soltarse—Ven acá hijo—Yeonjun gruño hacia el Alfa—No me gruñas—Le reprimió utilizando su voz de mandó pero este parecía no doblegarse ante el.
—Alfa... Tómame...—El lobo de Soobin brinco emocionado tomando al Omega entre sus brazos y dándole un besito en la frente afirmando que lo haría con gustó.
—Sujeta tus piernas a mis caderas...—Yeonjun hizo lo que su Alfa le estaba pidiendo e ignorando los gritos de las familias, Soobin salió por una de las ventanas llevándose al Omega con el, que ronroneaba en su cuello y una que otra vez suspiraba por lo tranquilo que estaba en los brazos de su Alfa.
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