Hacia casi una semana que descubrieron que el árbol de Thalia había sido envenenado. Cualquiera que habitará en el campamento, criatura mitológica o mestizo, conocía perfectamente lo importante que era mantener con vida ese árbol.
Los alejaba de los constantes ataques de los monstruos, e incluso de las tediosas tormentas de verano, que aunque no sonará tan importante o mortal, siempre venia bien. Los campistas más antiguos recordaban como era el campamento antes del sacrificio de la hija de Zeus. Más que un hogar era como una base militar en una frontera hostil. O por lo menos, así lo explicaba el viejo de Marck.
El señor D y Tantalo actuaron más bien porque tenían que actuar, cosa que en el fondo no sorprendió a nadie. Decidieron enviar al mejor guerrero, ¿y quien mejor que la capitana de la cabaña de Ares? Estabamos orgullosos de la misión de nuestra hermana, y le despedimos con la promesa de que si moría nos encargariamos de tejerle el sudario más horrible que pudiera imaginar.
De eso ya habían pasado varios días, pero habían parecido años. La cabaña de Ares era violenta y descontrolada aun cuando estaba bajo el feroz mandato de Clarisse. Sin embargo, ahora que está estaba lejos del campamento y que Mark había vuelto a asumir el cargo de capitán las cosas realmente estaban descontroladas.
-¡Por Zeus, baja la música estoy intentando pensar! -el grito enfadado de Ellis retumba en mis oídos haciendo que le mire.
-No seas inútil, tú no sabes hacer eso -burlon y verdaderamente molesto le contesto.
Ellis no es él que más impone de la cabaña. Más bien es el pequeño, el que nadie toma en cuenta o a quien humillan por diversión. Pero esta vez, los ojos le brillan con violencia, cierra los puños con fuerza y un aura feroz envuelve cada movimiento.
- ¡Oh que miedo! -un acto suicida y estupido, pero no podía dejar que se saliera con la suya.
De repente noto como algo me golpea la cabeza. La sangre me recorre el rostro y el mando de la televisión se hace pedazos al llegar al suelo. Le miro asombrado más que molesto.
- ¡¿Como se os ocurre romper el mando?! -la voz grave de Mark recorre la cabaña con la misma fuerza que con la que ha salido.
-¡Ha sido él! -entre empujones y golpes le echamos la culpa al otro ante la mirada irascible del ahora capitán.
-¡Silencio! Estoy harto de los dos y vuestras estúpidas peleas, siempre estáis igual y nunca...-el puño de Ellis dio directamente en su cara al agacharme para esquivarlo.
La cosa se iba a poner fea en cuestión de segundos, por lo que cogí la primera arma que encontré, el Meimer. La preciada lanza eléctrica no pudo acompañar a su dueña pues los hijos de Hefesto estaban mejorandola, y me alegraba mucho de ello en estos momentos.
La puerta de la cabaña se abre de golpe, mostrando la imponente presencia de Clarisse, quien nos encontró enzarzados en una violenta batalla. Marck sujetaba por los brazos a Ellis mientras yo acercaba la crepitante lanza a uno de sus ojos.
- ¡¿Pero que os pasa idiotas?! -no tardamos mucho en separarnos, se notaba a leguas que estaba enfadada.- ¡Y suelta a Meimer imbecil! -temeroso la dejo apoyada en la mesa.
- ¡Menos mal Clarisse! ¡son insoportables! -Mark respira aliviado y le da unas palmadas en el hombro a la capitana.
- Las camas desechas, las armas tiradas por cualquier lado, el sofá lleno de trozos de pizza, el mando roto...¡¡Y sobre todo habeis incumplido la primera regla!! -la primera regla había sido puesta por Clarisse nada más llegar a ser líder. Esta prohibía todas las peleas que acabarán a golpes entre miembros de la cabaña.
- Lo sentimos... -le miramos de reojo pues ninguno se atreve a enfadarla más.
- Y mucho más que lo vais a sentir ahora -un brillo malvado ilumina los ojos de Clarisse.
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Y aquí nos encontramos ahora, vestidos con tutus rosas con purpurina y extrañas coletas en el pelo. Clarisse descansa en el, ahora pulcro, sofa bebiendo un refresco mientras Ellis y yo limpiamos a fondo la cabaña. Pero no me puedo quejar de mi suerte, no cuando estoy viendo a Mark a cuatro patas haciendo de reposa pies de la loca que tenemos por hermana.
- ¡Otro refresco Sherman!
-Enseguida mi señora -contesto cansado y enfadado. Pero una sonrisa se dibuja en mi rostro. Por fin todo vuelve a la normalidad...
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Bienvenidos a la cabaña 5
FanfictionLa cabaña de Ares siempre ha sido considerada...especial. Pero ¿que es ser especial en un mundo donde las extrañas profecías, los caprichosos dioses y las más pintorescas criaturas estan a la orden del día? Si se lo preguntarás a algún hijo de Atene...