capítulo 7

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Un trueno...

Hace varias semanas que una tormenta azota los alrededores del campamento. No es algo que nos afecte directamente, pero las nubes dan un tono melancólico que acaba afectando en el ánimo de todos.

El despacho, vacío y silencioso, es mi confidente de preocupaciones. Sólo las blancas cortinas o el suelo de madera conocen lo que lleva rondando por mi mente toda la semana. Sólo la amplia mesa de roble o la alta estantería saben lo que me despierta por la noche.

Dos truenos...

El mismo sueño se repite día tras día. Dos figuras pequeñas y oscuras se esconden entre las cabañas del campamento, destruyendolo todo a su paso. Las llamas recorren los pasillos de la  Casa Grande, apagándose siempre en la puerta del despacho. De ellas surgen dos jabatos, de penetrantes y oscuros ojos.

Suspiro agotado. Cuando un sueño se repite es que algo importante va a pasar. Y desgraciadamente todo lo que pasa importante por aquí está relacionado con los dioses.

Tres truenos...

Unos apresurados pasos se escuchan por el pasillo. La capitana de la cabaña 5 abre la puerta con brusquedad.

- Quirón, tenemos un problema -parece molesta, sus ojos destellan con un tono rojizo.

- Señorita La Rue, tendrás que ser más concreta - los problemas son el pan del día a día, sobretodo desde que el Señor D dirige el campamento.

- Algo raro esta pasando. No se explicarlo, solo ven a verlo - con un gruñido vuelve por donde a venido.

Apresuradamente recorro los pasillos de la Casa Blanca hasta el porche de madera. El campamento es un caos. Los campistas de Apolo  llevan paraguas y extraños tapones en los oídos. Sin embargo, los hijos de Afrodita gritan cada vez que se ven reflejados en un cristal o un charco de agua, charcos de los que Percy huía como si su vida dependiese de ello.

Cuatro truenos...

- ¿Qué esta sucediendo?... -todo esto es demasiado confuso...

- Parece ser que tienen miedo, miedo de lo que antes adoraban.

- Ahora lo entiendo. Los hijos de Apolo tienen miedo del sol y la música, y los de Afrodita temen ver su reflejo.

- Y así con todos, es insoportable -rueda los ojos y Mark le da un puñetazo en el hombro.

Cinco truenos...

- Lo importante es que nosotros estamos bien, lo que significa que los hijos de Ares somos mejores - ambos sonríen orgullosos y en este mismo instante varias ideas se unen en mi cabeza.

Dos jabatos...dos crías de jabalí...un jabalí. Por supuesto, Ares tenia que estar en medio de todo esto. Phobos y Deimos, los peores hijos del dios de la guerra, rondan por el campamento.

- Vaya...vaya. Quirón, viejo amigo, pensé que te alegraría vernos de nuevo - Deimos aparece por detrás de Sherman. La sonrisa burlona  de Phobos se muestra al lado de su hermano.

Seis truenos...

- Siempre es grata vuestra visita, siempre y cuando dejéis a mis campistas en paz -Se miran confundidos entre ellos.

-¿Y para que vendriamo si no? -sus risas, antiguas como el miedo y el terror, hacen que los que las escuchen se tensen.

Antes de que pueda contestar, una niebla los envuelve de arriba a bajo, haciendo que desaparezcan.

- Cabaña 5, teneis menos de dos horas para solucionar esto.

- ¡¿nosotros?! -exclaman todos al mismo tiempo.

- Sois los únicos a quien les puedo confiar esta misión -además de los únicos que no se asustan cada dos pasos.

Siete truenos...

            (•••••••••••••••••••••••)

- Bien punks, ahora yo tomo el mando. ¡Busquemos a esos bastardos!

- ¡Si capitana! - responden a mi orden.

Nos dividimos para abarcar más territorio en menos tiempo, pero quizás no ha sido buena idea enfrentarnos a dos dioses en solitario...

Mis pies siguen los senderos del bosque de una forma monótona, como quien recorre su casa. Pero una sombra aparece delante de mi y mi cuerpo es empujado por unas fuertes manos.

- Hola hermanita -arrogante me saluda Deimos.

- Supongo que Quirón te a mandado para convencernos de que nos vayamos - Phobos coge mi mentón obligandome a mirarle a los ojos.

- Soy hija de Ares. Yo no convenzo, yo ordeno.

- ¿Y que vas a hacer? ¿pelear contra nosotros? - rien y me empujan.

- ¡Parad! -Deimos parece reflexionar y se aparta haciendo que me caiga sentada al suelo.

- Tienes razón, somos hermanos...

-Hermanastros -le interrumpo.

-Somos hermanos, y los hermanos se apoyan.

-Nosotros queremos apoyarte -interviene Phobos después de intercambiar miradas con su gemelo- en tu relación con ese hijo de Hermes.

Siento como mi rostro enrojece de furia y vergüenza. ¡¿Que se creen estos dos?!

- Por eso vamos a ayudarte a dar el gran paso para formalizar cualquier relación.

- Nos iremos del campamento, únicamente para contarle a nuestro padre, tú romance con ese hijo de Hermes - chocan los cinco victoriosos.

- ¡Sobre mi cadáver! - He hecho lo imposible para que Ares no se entere de lo mio con Chris, si se lo cuentan...seria nuestro fin.

- Pues tendremos que ponernos cómodos -Phobos se apoya en un árbol.

Le debo la vida al campamento, mis amigos, mi familia...Chris... todo por lo que he luchado tantos años esta aquí. Suspiro resignada, antes o después se tendrá que enterar.

- Vale, esta bien. Pero marcharos ya.

         《~~~~~~~~~~~~~》

Hace varios minutos que todo a vuelto a la normalidad. Todos parecen tranquilos, como si el miedo ya no existiera en sus vidas.

Todos menos yo. Se que Phobos y Deimos cumplirán con su palabra. Y cuando eso pase la furia de Ares hará temblar los cimientos del Olimpo.

- ¿Todo bien princesa? - Chris me abraza por la cintura. Odio ese estupido mote, pero por más que se lo diga no le importa.

- Solo estaba pensando -me encoge de hombros. Ya me preocupare de esto más a delante.

Bienvenidos a la cabaña 5 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora