Capítulo 2:

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El chico de ayer está aquí otra vez, perturbando mi espacio de lectura. ¿Por qué no me deja en paz de una vez? Sólo quiero leer, no tener un admirador acosándome detrás de un libro. Por otra parte, tiene buen gusto. Le encanta Percy Jackson, lo cual siempre es un punto a favor. Además le gusta leer, porque ha entrado en la biblioteca. Es mi sitio favorito del mundo. Bueno, de la ciudad, porque no he estado en ninguna otra parte. Ayer acabé el ladrón del rayo y encadeno con el mar de los monstruos. Ojalá encontrar a un chico como Percy. Bueno, valiente, sarcástico, gracioso... ¿Por qué no se puede hacer real y pedirme salir? Todo lo que tengo es un chico extrangero y al que se le nota a la legua que le gusto. Pero bueno, no tengo más opciones, los chicos de mi colegio son idiotas. Bueno, más idiotas que el que tengo en frente y me mira embobado. Así que dejo el libro a regañadientes en la silla y me presento.

-Hola, soy Dalia. Creo que hemos empezado con mal pie. ¿Cómo te llamas?

-Soy Hugo, Hugo Manuel- me contesta el chico con una gran sonrisa- Estoy de viaje con mi padre. ¿Tu vives aquí?

Parece haber estado deseando que le dirigiera la palabra. Patético. Pero tengo que socializar, no puedo tirarme todo el día leyendo, por mucho que me gustaría.

-Sí, soy egipcia

-Alaaa- responde admirado- ¿Te has leído las crónicas de los Kane? Hablan de una familia egipcia.

-Nunca había oído hablar de ella- contesto algo intrigada

-Es una saga de Rick Riordan, en el mismo universo que Percy Jackson. Te la recomiendo mucho. Creo que la he visto por aquí....- se levanta del sillón como un resorte y se agacha junto a una estantería.

Niño hiperactivo... Demasiado charlatán para mi gusto. Espero que sepa leer en silencio o nuestra amistad va a ser un completo desastre. Me tiende el libro con una media sonrisa. Sus dientes son brillantes y contrastan con su piel morena. ¿De dónde vendrá? Leo la contraportada. Dioses egipcios, ambientada en varios sitios del mundo, dos hermanos... Tiene buena pinta.

-Gracias

Por toda respuesta sonríe otra vez y se sienta a leer. Empiezo a leer el que me ha dado, pero de vez en cuando lo miro de reojo. Sigue sonriendo. ¿Quién sonríe mientras lee? Un mechón de pelo le cruza la cara pero no se molesta en apartarlo. Seguro que tiene el  pelo suave. ¡Vuelve al libro Dalia! Me obligo a volver la mirada al papel. De repente me doy cuenta que he leído cinco veces el mismo párrafo sin entender nada. Frunzo el ceño. Este no es un libro de la escuela, ¿Por qué me cuesta tanto? Tampoco es que tenga una distracción. ¡Eso es! El chico. No estoy acostumbrada a leer con nadie, y ahora no puedo leer porque está delante. Pero no puedo decirle que se vaya.

-Mmm, Hugo

-¿Si?

-¿Te apetece ir a dar un paseo?- me vendrá bien un poco de aire y el sol está más bajo así que no hay riesgo de golpe de calor

-¡Claro!- responde entusiasmado- Me podrías mostrar un poco la ciudad

-Pues vamos

Salimos de la biblioteca y le hago de guía turístico.

Qué chico más raro.

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⏰ Última actualización: Feb 16, 2022 ⏰

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