Capítulo II

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Ese mismo día llamé y me citaron para una entrevista para la mañana siguiente. Me vestí lo más formal posible, con un maquillaje y un peinado sencillo. Quería dar una buena imagen. Estaba todo muy cuidado, al menos a primera vista.

Al llegar a la dirección que me habían facilitado, pude observar que, aunque no parecía una vivienda adinerada tampoco era tan sumamente humilde como la mía.

 Cuando entré al portal, el conserje me preguntó mi nombre y después asintió diciéndome que me estaban esperando. Daba la impresión de que lo tenían todo bastante controlado. 

Subí por las escaleras, y al llegar al cuarto piso me paré en el que tenía rotulada la letra C. Suspiré y llamé al timbre con mis nervios a flor de piel. Me abrió una señora de unos cincuenta años, de cabello negro y bastante arreglada.

─Hola, soy Lydia. Vengo por la entrevista─saludé forzando una sonrisa.

─Hola. Yo soy Inés. ─ Me tendió la mano para estrechármela ─Sí, te estaba esperando. Pasa.

Caminé detrás de ella hasta el salón donde nos sentamos. Enlacé mis manos para intentar calmar los nervios. 

Inés me explicó que en principio el trabajo sería solo las mañanas de lunes a sábado, aunque eso podía cambiar, ya que en su trabajo (trabajaba de administrativa) estaban habiendo algunos problemas con los horarios. Continuó explicándome el sueldo que cobraría, y para mi sorpresa, era más alto de lo que me esperaba, pero a cambio me pidió que tenía que estar disponible en cualquier momento, y tener el teléfono siempre conmigo, pues a la mínima llamada que me hiciera porque me necesitaba, debía correr hacia su casa, sin excusas. Era eso o nada.

Lo vi todo muy drástico, pero yo era nadie para juzgar a las personas. Seguramente ella tendría sus razones, y yo, con tal de conseguir un trabajo, aceptaría cualquier norma que me pusiera.

 La entrevista puede decirse que fue correcta, pero Inés me pareció una mujer muy seria. en ningún momento me ofreció ni un amago de sonrisa. Lo último que me dijo antes de despedirme fue que me esperaba al día siguiente, y puntual.

Mi pequeña LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora