La venganza es dulce

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Cαpı́tulo Ⅰ〉
Parte 2/2

El fabuloso plan...

Constaba de enamorar sea como sea, a los cinco en un lapso no mayor a dos meses, y romperles el corazón después de haberse acostado con cada uno de ellos.

Yuta era consciente de que tenía un gran problema, en el que sólo veía como venganza tener un encuentro placentero con cada uno. Pero lo que menos le importaba era eso, él necesitaba vengarse de ellos, para encontrar finalmente su paz interior.

Bajaba por su casa alquilada, buscando algo de ropa deportiva para dirigirse al parque que le quedaba algo lejos, pero caminando llegaría bien.

Hace mucho, unos diez años, la pubertad había hecho un gran cambio en él, lo había dejado irreconocible, e iba a aprovechar esa oportunidad para cambiarse el apellido a Hirai, el apellido de su madre y hacer un borrón y nueva vida y a decir verdad, le salió de maravilla.

Ahora portaba un como siempre, suave y sedoso pelo de color rojo, un rojo fuerte.

Si iba a vivir en esa casa por unos meses, tendría que comprar algo de comida, pero ahora no era el momento. Tenía que salir para encontrarse con su primer objetivo.

Mentiría si dijera que no tenía miedo.

Wonho como lo conocían en la escuela, era el chico que más hacía a Yuta cagarse encima, algunas veces muy literalmente.

Pero ahora, con todo lo que sabía y tenía anotado en una carpeta, había recapacitado y centrado su ira en algo más productivo como lo era el yoga.

Y le estaba funcionando bien, la gente iba a sus clases al aire libre, sobretodo mujeres mayores de 50 que simplemente se quedaban contentas con ver un poco de músculo, una apariencia masculina que añoraban.

Yuta llegó después de una hermosa media hora de caminata.

Y lo vio.

Pudo ver lo feliz y tranquilo que Hoseok se encontraba, charlando con sus alumnos.

Y sintió una furia recorrer sus venas.

Él estuvo años. AÑOS, para recuperar algo de cordura por el calvario que pasó en su adolescencia, años dedicándose al trabajo y a la universidad para no caer en la profunda depresión y matarse. Y Hoseok, había hecho su vida demasiado simple, sin sufrir.

Ahora estaba más decidido en arruinarle la vida.

Con zancadas llegó hasta el alto, con un físico mejor que lo que Yuta había visto en la secundaria.

-¡Hola! Buenas tardes, ¿Usted quiere anotarse a unas pequeñas clases de yoga? —Inquirió el alto con una sonrisa que transmitía calidez, cosa que a Yuta no le hizo efecto ninguno.

Ojalá las cosas hubieran sido distintas.

-Buenas tardes a usted también, señor... —Fingió no saber su nombre, imitando una sonrisa sincera a la perfección.

-Hoseok, me llamo Hoseok. ¿Cómo te llamas?

NUNCA digas tu nombre real. JAMÁS. ¿Escuchaste Yuta?

La voz de Mark le retumbó todo el cerebro.

-Me dicen Freddy.  —Los nervios invadieron el cuerpo del japonés, si lo reconocía, el plan estaría arruinado.

La venganza es demasiado caliente | Yuta HaremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora