Las flores después de la guerra.

Capitulo 5

—Es solo una pesadilla—habló mientras se tapaba toda con su manta—no pasa nada, tranquila, no cierres los ojos de nuevo—hablaba a sí misma para calmar sus sentimientos—intenta dormir—se acomodo en su cama pero al cerrar los ojos, un recuerdo llego a su mente como una luz—verga

Después de eso no quiso volver a dormir pues al cerrar los ojos veía una y otra vez lo que había sucedido, decidió ir a caminar y a visitar a centro. Tomó su de su armario una sudadera con la se cubriría del frío, tomó las llaves sin hacer el más mínimo ruido y emprendió su camino.

—¿Por qué ahora?—hablaba para si misma, estaba por llegar al lugar cuando se detuvo al ver la grande entrada que le causaba escalofríos, compro unas flores y se quedó estática.

Ahí se encontraba paralizada admirando la gran entrada, por un segundo dudo si debía o no entrar pues sus sentimientos se encontraban en una pelea interna, dejando de lado todo lo que sintiera o no, decidió entrar. El lugar era frío y de aspecto triste. Al llegar ella se sentó a un lado.

—Hola Centro—saludó sin recibir respuesta alguna—sabes espero con ansias el 2 de noviembre por qué así podrás visitarnos—hablaba mientras acomodaba las flores en el lugar para que se viera bien—y podremos estar juntos de nuevo, los tres, aunque sea solo una noche pero juntos—lágrimas comenzaron a formarse en los ojos de la latina

Se encontraba la latina hablando a la tumba de Centro mientras las lágrimas caían una sobre otra juntándose hasta volverse llanto, llanto el cual llamaría la atención de alguien que casualmente se encontraba por ahí.

—Te extraño mucho Centro, y aunque suelo disimularlo frente a Norte y España la verdad es que no soy tan fuerte como lo hago creer—limpiaba sus mejillas con su sudadera—si tú estuvieras aquí todo sería distinto, sería mejor, yo me siento culpable de lo que te pasó y lo siento mucho, de verdad—ella se vio interrumpida por alguien qué significaba mucho para ella—

—Mexique (México)—Canadá tocó con suavidad el hombro de la latina—Are you ok? (Estas bien?)—Se puso en cuclillas para estar a la altura de la mexicana que estaba en el suelo

—¡Hojita!—se volteó en dirección a el canadiense mientras lo abrazaba—

—what's up mexi? (Qué pasa Mexi?)—dijo correspondiendo su abrazo, miro la lápida y reconoció el nombre después miro a México y lo comprendió todo—oh Mexico, it's good that you cry, don't keep it, I'm here with you to comfort you (oh México esta bien que llores, no lo guardes, estoy aquí contigo para consolarte)

—Hojita, aún me duele mucho que el no esté aquí—hizo una pausa—y me duele saber que yo pude evitarlo, yo tuve toda la culpa de esto—comenzó a llorar con mayor intensidad mientras se refugiaba en el pecho del canadiense—si solo hubiera la controlado

—It wasn't your fault and you couldn't have prevented it either (No fue tu culpa y tampoco podrías haberlo evitado)—la abrazo mientras le daba palmadas en la espalda—You know you couldn't control it, you were a girl (Sabes que no podías controlarlo, eras una niña)

—Creo que hubiera sido mejor que yo muriera y no él—comenzó a hablar con dificultad—

—Mex don't say that! (¡Mex no digas eso!)—Canada le dijo en un tono de voz algo alto

—¿Por que no?, sabes qué soy la más peligrosa de los tres—su llanto volvió a ser fuerte—

—Mexico, you were not to blame for what happened and you know that the gift that makes you special is dangerous, yes, but if you use it for good as only you know how to do it, it will not happen again (México, no tuviste la culpa de lo sucedido y sabes que el regalo que te hace especial es peligroso, sí, pero si lo usas para bien como solo tú sabes hacerlo, no volverá a pasar)— Canadá habló mientras la abrazaba con fuerza—Maybe what I will tell you will hurt but, we both know that in the same way he would die, he was too weak to bear more and this would be equally inevitable (Tal vez lo que te diga te duela, pero ambos sabemos que igual él moriría, estaba demasiado débil para soportar más y esto sería igualmente inevitable)—please do not cry