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❪ ♡ CAPITULO 01⤾꒷꒦꒷ ࿐ྂ ❫
Mientras Remus tocaba el cigarrillo con sus dedos y le daba palmadas a la baranda que tenía enfrente, esperaba paciente el autobús muggle. Él había estado mucho más que dispuesto a estar en el mundo muggle y no volver a pisar jamás el mundo mago, a pesar de todo, ese fue el hogar de los merodeadores y de su vida. Una vida de la que, simplemente, desearía olvidar.
Era medianoche, probablemente más de medianoche, aun así él no estaba ni cerca de dormirse, después de tomarse una píldora no sé dormiría en toda la madrugada. A pesar de que el calor del cigarrillo solo estaba en su mano, con cada calada sentía la misma excitación en el cuerpo que sintió la primera vez que lo probó, es decir, hace algunas semanas.
Paso sus manos por su pelo castaño, áspero y casi grasoso, necesitaba una ducha de inmediato, pensó. Antes de que hiciera algo, el autobús estaciono al frente suyo, parando para que el suba y se siente esperando acabar en alguna parada. Apagó su cigarrillo con sus pies y se subió al colectivo. Saludo con un gesto en la mano al conductor y se sentó en el fondo. Sacó su billetera y su bolsa con miligramos de cocaína de su bolsillo izquierdo del pantalón holgado que tenía, un obsequio de un amigo que conoció en un bar a las afueras de la ciudad, abrió su cartera de cuero, en ella tenía billetes de doscientos y cien que había conseguido por pequeños trabajos que podía recolectar, tambien tenia tarjetas; una de ellas era utilizada para su anterior colegio de Magia y Hechizeria, un pase gratuito para poder entrar libremente a la sección prohibida de la biblioteca, una la usaba actualmente para el autobús, y la última fue un regalo de Sirius que decía "¡Felicidades, campeón! Eres mayor de edad. Ahora puedes ir a la cárcel. " agarro dos tarjetas y, en una de ellas, ubico una fina raya de cocaína, con la otra tranzo una fina raya blanca para que estuviera preparada, espero que el transporte estuviera en un lugar plano y aspiro hasta el último miligramo de la sustancia.
Una sensación de poder y energía abarcó el cuerpo de Remus, la sensación no era nueva pero jamás se cansaría de ella. Se rasco la nariz y se volteo a la ventana, y se quedó mirando por alli.
Después de 30 minutos, Remus ya estaba en la parada. Y como siempre pensaba, lo peor –y lo mejor– del viaje había quedado atrás. Una vez más, había experimentado la posibilidad muy real de su propia muerte; una vez más, se había encontrado capaz de afrontarla. "Piensas demasiado, Remus" después de cruzar la esquina, sintió un viento por la espalda. No se volteo, ni siquiera movió su cabeza pero sintió una brisa extraña, una que era fresca pero reconfortante.
━ ¿Remus, eres tu? ¡Hace décadas que no te veo! ━una muchacha voluptuosa de un metro y ochenta abrió la puerta, tenía un cigarrillo en su mano que soltaba solo para inhalar el humo y después exhalar. Se habían conocido en una de las fiestas en esa misma casa y habían tenido sexo algunas veces, fuera de eso, se entendían bien y eran buenos amigos que se apoyaban en las decisiones, a pesar de no ser tan cercanos, sentían respeto mutuo y solo se veían como amigos.
