Capitulo 1

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La brisa fresca de las calles de Londres me golpeó en el rostro, hacía demasiado frío como para estar a mediados del verano. Y no me quejaba, los días con clima frescos eran los que más amaba, aunque me hubiera gustado salir al menos con una campera para no morirme de frío.

Caminaba apurada, retandome mentalmente el estar llegando tarde a mi primer día de trabajo.

Bien hecho Noah, no vas a siquiera empezar que ya te van a despedir.

Y todo era culpa de mi despertador el cual no cumplió con su labor de despertarme, y yo siendo una persona de sueño pesado, no despegué un ojo hasta que escuché la fuerte música de la vecina del lado la cual parecía haberse levantado de muy buen humor.

Como todos los malditos días.

Para completar mi mala suerte, luego de darle el desayuno a mamá y dejarla al cuidado de la señora Wilson , cuando por fin pude llegar a la parada del autobús este ya había pasado.

Haciendo que lleguemos hasta este momento, en el que me encontraba corriendo como una loca desquiciada a las siete de la mañana, con mangas cortas porque pensé que "no estaba tan frío como para salir con abrigo".

Llegaría al trabajo no solo tarde, si no también con un resfriado y neumonía.

A pesar de cómo había empezado de mal mi día, estaba super emocionada y nerviosa por dentro. Luego de muchos años poniendo todo mi esfuerzo en mis estudios, por fin pude recibirme y ahora estaba por empezar con mi trabajo tan soñado de ser enfermera. El recuerdo de mi graduación era algo que siempre iba a guardar en el fondo de mi corazón. Recuerdo cómo llegué feliz a casa para ir directo a contarle a mamá sobre lo sucedido y aunque ella no me respondiera en absoluto, sabía bien que por dentro ella estaba orgullosa de mí.

Aunque hubiera deseado con toda mi alma escuchar esas palabras salir de ella misma.

Pero no se podían esperar cosas que nunca iban a pasar, ¿cierto?

Una vez llego frente a unos de los hospitales más conocidos de Londres, el Saint Thomas, suelto un largo suspiro y me preparo mentalmente para todo lo que vendría a mi vida de ahora en adelante.

Cuando puse un pie adentro las voces y los pasos de las personas caminando de aquí para allá inundaron mis oídos por completo. Yo camino directamente hasta la recepcionista, la cual sostenía un teléfono fijo manteniendo una conversación con alguien mientras anotaba cosas en una libreta. Traía el cabello rubio atado en una coleta alta, era de contextura robusta y tenía su rostro lleno de maquillaje. Al llegar frente a ella, me da una mirada rápida y vuelve a hablar por el teléfono unos segundos hasta que corta. En ese tiempo yo me limité a buscar en la mochila que traía cargando conmigo el papel que contenía todos mis datos y se lo entrego una vez esta pone toda su atención en mí. Ella lo revisa atentamente y vuelve la vista a mi mirándome de pies a cabeza.

Yo sonrío incómodamente al sentir su mirada juzgadora sobre mi anatomía.

-Llegas diez minutos tarde, ¿piensas que este trabajo es un juego? Miles de personas desearían estar en tu lugar.-Me encojo en mi lugar ante sus toscas palabras.

-De verdad lo siento, mi despertador no sonó y-Fui cortada abruptamente.

-El doctor Bernard te está esperando en su consultorio, piso uno sala a4-Asiento rápidamente mientras volvía a guardar la hoja que antes le había dado cuando me lo acerca de mala gana-Espero que sea la última vez que llegas tarde.- Se da la vuelta dando por terminada nuestra conversación y yo, aguantando querer arrancarle las clinas, me doy vuelta para ir hasta el lugar que me había indicado.

Mi último latidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora