Muchos triángulos y pocos sentimientos.

//3-Contacto visual

Nathan

Y ahí la ví. La chica más hermosa.

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¡Arg! La mierda de levantarse temprano. Y todo porque hoy es el primer día de universidad. El teléfono sonó e hizo que me despertara aún más.

"¡Cariño!" mi madre tebía una voz muy aguda y alegre esa mañana. "Venga Nathan levántate. Tendrías que estar feliz.. Es el primer día de universidad. ¿Has hablado con Cameron ¿Cómo vais a ir?" se oyó por el móvil.

"Mamá, me fui de casapara que todas las mañanas esto no sucediera. ¡Pues claro que no he hablado con Cameron!"

"Bueno hijo vete yendo que te estoy retrasando. Pásalo bien. Y dile a Alan que a ver si os venís algún día. Besos"

"Chao mamá. Se lo diré, no te preocupes."

Y esa es la mierda de ser Nathan Hudson señores y señoras. Y yo sigo sin querer ir a la universidad. Siempre he odiado ir a un sitio y estar sentado horas y que te toque un profesor tocacojones. Pero mi madre me convenció. Además ya que mi "perfectísimo" hermano iba, ella también quería verme en la universidad. 

Mi hermano Cameron y yo sólo nos sacamos unos meses. Yo soy diez meses mayor que él. Y, aún así, le odio. 

Siempre es el perfecto en todo. Se cree mejor que yo siempre y lo intenta demostrar. Él siempre trae una novia (nunca repite de chica) a las comidad familiares. Aunque el defecto que tiene es que nunca quiere a una chica de verdad. Siempre las lía para que se acuesten con él y después las compra joyas o las lleva a cenas románticas como si fuera su forma de pagarlas (las trata como a putas) y las rompe el corazón. 

Yo, en cambio, soy diferente. Soy el hijo preferido de mi padre (bueno, Nash también). Mis grandes aficiones son el rugby, el póquer y las muejres. Bueno, no las bipolares ni las muy zorras. En realidad nunca he tenido una relación duradera. Ellas saben que las ataduras no me gustan. Saben que será solo un polvo, nada más. 

Pero eso solo será hasta que encuentre a la mujer adecuada, la que valga la pena. Y hasta ese momento quería disfrutar de las demás mujeres. 

Bueno, volviendo a la realidad.

Salí de la cama y me duché. Me puse mi sudadera (A/N: la sudadera de la foto), unos pantalones y unas Vans. Fui a la cocina y me encontré a mi mejor medio dormido con la cuchara en la mano llena de cereales y leche. 

"Allan, despierta. Esto no es tu cama." grité. 

"Tu puta madre. Joder estoy cansado." gruñó. 

"No eres el único y hablando de mi madre que no es puta..." le di un codazo "flojito" "...quiere vernos algún día."

"¿Preparará brownies y galletas?" suplicó. 

"Siempre que vamos las prepara." y se nos iluminó la cara con ese pensamiento. 

Alan y yo somos como hermanos. Nuestras madres son mejores amigas y desde que nacimos él y yo somos como hermanos. 

Terminamos de desayunar y nos fuimos directos al Porsche que nos regalaron por ir a la universidad. 

Cuando llegamos miles de chicas nos vinieron a saludar dando saltitos. Patético. 

Alan y yo nos dirigimos a ver las listas cuando la campana sonó. Y vi a Cameron. Iuuurggg.

"Nath, hermano. ¿Qué tal?" me sonrió y quise pegarle. 

"Demasiado bien hasta que te he visto." y me volví para ver las listas con Alan. 

"¿Juntos?"

"No, Nathan. Desgraciadamente no."

"Bueno, pues ala. No hagas nada malo con las chicas."

"Lo mismo te digo." y nos despedimos. 

Cuando iba a entrar a clase mi teléfono vibró. 

"Nathan, ¿Qué tal todo por la uni? ¿Ya te has tirado a alguna? Sería un nuevo récord." mi hermano mayor Nash rió. 

És es mi hermano mayor y siempre ha cuidado de Alan y de mí. Le admiramos mucho. 

"Tío tengo que entrar a clase. Y no he batido tu récord, no te preocupes."

"Vete a cagar. Halbamos luego."

La clase fue un puro coñazo. Por esto no quería estar en la universidad. 

Bueno, de todas maneras, al final me sonó la campana y me apresuré hacia la puerta.

Alan tardó en llegar, Pero cuando lo hizo parecía un poco preocupado. 

"Tío, Cam."

"¿Qué pasa con ese gilipollas?"

"Está intentándose ligar a una delas buenas."

Alan y yo teníamos una especie de ranking. Las 'buenas' eran el tope. Y si Cameron quería una, no la conseguía fácilmente. Ni difícilmente porque al final se rendía. 

"Pues habrá que hacer algo". Estábamos llegando al coche y como cincuenta tías se nos acercaron gritando y bla bla bla. 

Había unas demasiado frescas. Estuvieron gritando y saltando durante cinco minuos. Después se fueron dispersando. 

Yo estaba de espaldas a Alan pero podía sentir que estaba disfrutando de una vista. Le di un codazo y me giré.

Y ahí la ví. La chica más hermosa.

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