Parte Única

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La ciudad de Geonhwa, enclavada entre dos inmensas montañas, era una de las más apartadas y recónditas en la localidad de Geonil. Un territorio lleno de mitos, ocultismo, y –de acuerdo a las antiguas leyendas–poseedor de una de las 7 puertas al mundo de los muertos; cuya ubicación exacta permanecía envuelta en misterio.

Algunos, devotos de supersticiones, creían fielmente en la designación, y juraban haber escuchado –de vez en cuando– ruidos, voces de ultratumba, sonidos que no tenían explicación lógica o causa aparente. Que no podían haber sido emitidos por ningún ser vivo.

Eran ecos de lamentos, llantos entrecortados y pesarosos, que brotaban de las profundidades del lago que abastecía la zona.

Los pescadores, que alguna vez se aventuraron en las aguas semi turbias, juraban ser testigos auditivos de las resonancias; indeseados escalofríos y temblores, les recorrían ante el recuerdo.

Consecuentemente, la extensión hídrica permanecía desierta, rebosante de peces y demás animales acuáticos, que bien podrían contribuir al sustento diario.

Pero, nadie estaba dispuesto a soportar los agónicos lloros, que desgarraban el alma, y sumían a los oyentes en un estado de melancolía y desesperación. Rompiendo a llorar, en acompañamiento al emisor de los lamentos.

Una realidad que, sin embargo, no todos compartían a cabalidad. Al menos, no Jeon Jungkook: él reía ante las anécdotas, considerándolas totalmente ficticias, y descabelladas.

El chico de 20 años, era un escéptico nato, y a su parecer, aquellas afirmaciones no eran más que cuentos inverosímiles, inventados para asustar a niños, y pobres crédulos de mente influenciable.

Jeon, pertenecía a una de los núcleos familiares más nuevos en las inmediaciones. Se mudó siendo un pequeño infante, de apenas 4 años.

Y ese preciso día, conoció a Jung Hoseok: futuro mejor amigo, y receptor secreto de sus sentimientos.

El chico, provenía de la familia fundadora del poblado; un linaje de alcurnia y poderío. Mientras Jungkook, contaba diariamente los centavos, para proveerles de alimento a sus padres.

La oposición de sus realidades no evitó que creciera entre ellos un entrañable cariño. Y ese ingenuo sentimiento, se solidificó, tomando dimensiones más profundas y románticas. Hasta que Hoseok fue enviado lejos por razones de estudio, hacia la capital de la región.

Cuatro largos años transcurrieron desde entonces. No obstante, los jóvenes nunca permitieron que la distancia fuese un obstáculo.

Mensajes, videollamadas, correos, mantuvieron la comunicación de cualquier forma posible. Y a pesar de extrañarse –profundamente– de consolaban con la cercanía de su reencuentro. En un mes, Jung volvería definitivamente, tras culminar el semestre final en la universidad.

Y Jungkook estaba convencido que, después de ese día, serían inseparables. Planearon, desde que se anunciara el compromiso de Hoseok con Bang –un hombre acaudalado, aunque de dudosa reputación– huir juntos a cualquier lugar, y liberarle de la eterna infelicidad.

Los padres del chico concertaron todo sin tenerle en consideración, iniciando la fusión de su empresa textil, con la distribuidora que administraba Bang. Y decidieron sellar el trato comercial, ofreciéndole la mano de su único hijo en matrimonio.

The Corpse Groom [JJK & PJM] (OS) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora